«Quiero sorprender al público jienense, que se emocione, que salgan con un '¡guau! »

–¿Es vuestra primera vez actuando en Jaén?

–Sí, y venimos con muchas ganas, ya que yo tengo raíces andaluces. Mi bisabuelo y tatarabuelo eran de Baza, en Granada, y fueron a hacer el servicio a Orán, en Argelia. Mi bisabuela, nació ahí, pero su familia era granadina y después regresaron para trasladarse a Cataluña. También tengo familia en Almería o Murcia, mucho del Sur de España. Como buena catalana (ríe). No hay catalán que sea de ocho apellidos catalanes, los míos están todos repartidos y son muchos.

–¿La sangre del sur afecta a su manera de crear?

–Sin duda, a todos mis abuelos les gustaba cantar, a pesar de que nadie se dedicaba a la música. Yo tampoco me imaginaba algo así de pequeña, solo que la música estuvo siempre muy presente. Por eso tengo más ganas de tocar en Jaén, me apetece mucho. Sé que es un público muy exigente, tenéis unas voces increíbles y eso me motiva aún más.

–¿Qué buscan despertar en el público jienense?

–'Clamor' es un disco que tiene un directo contundente y muy emotivo, creo que al final lo que me gusta es sorprender, inspirar y crear un ambiente, una experiencia que sea muy especial, única. Quiero emocionarlos. Que el público salga del concierto y digan «¡guau!».

–Cantos de ballena, ondas de radio y balidos de cabras, ¿de dónde viene la inspiración de mezclar estos sonidos en sus temas?

–De la curiosidad. Es una fuente infinita de conexiones raras, digamos. A mí me encanta todo lo que tenga que ver con el sonido, al final todo son ondas, mi propia voz, todo lo que escuchas. En 'Clamor' el juego era decir cuales eran otras voces, un poco desde la ficción, pues en un disco cualquier sonido funciona como una voz y que llene al público.

–'45 cerebros y 1 corazón' o 'Clamor', ¿qué trabajo cree que habla más de vosotros?

–Creo que todos nos definen. Es como decir qué edad de tu vida te define más. Ahora con 20 años o con 15, al final son etapas vitales que quedan imprimidas en el sonidos y emociones en letras e ideas que se van superando porque las vas absorbiendo. '45 cerebros' es un disco hecho sin ambición, con mucho tiempo para crearlo. 'Clamor', por otro lado, tenía un calendario más definido, una idea de hacer algo más allá, rompedor con nuestro propio sonido. Es un disco que reflexiona con otro lugar, muy distinto. Con '45 Cerebros' no había público, en 'Clamor' sí lo hay, y de los que ha llenado espacios de conciertos con el otro disco. Así que es otro esquema mental, no es mejor ni peor, es que es el que es. Eso no puedes escogerlo, solo aprender a convivir con esto. Es fantástico, como etapa tiene sus aprendizajes y, si intentas saltártelos, vuelven a aparecer.

–¿Ha sentido presión o expectación por parte del público a la hora de crear el último disco, 'Clamor'?

–Es confuso crear para alguien que no seas tú y te pierdes fácilmente. Tú eres quien debe defender eso, y es importante, al final hacer algo en lo que tú creas. Después, si al otro le gusta más o menos, no lo sabes, pero nunca perderás si sabes que te gusta a ti. Si haces algo a medida de otra persona que ignoras en qué momento de su vida se encuentra, te pierdes. Por el contrario, no puedes perderte cuando hablas tú. Así, la gente en '45 Cerebros', iban buscando lo que habíamos creado. Mientras que 'Clamor' es un giro en el que estamos más cómodos.

–Para conocer mejor la reacción del público es importante tenerlo cerca, ¿cómo les ha afectado la pandemia en los ánimos?

–El contacto directo es lo mejor y estamos deseando volver a estar en contexto anterior. Tengo muchas ganas de este verano, con todo lo que se viene, festivales con el público, bailando y contento, no comedido, ni con miedo.