«Es obligación del ciudadano devolver a la sociedad algo de lo recibido de ella»
Adela Tarifa deja la dirección del IEG y seguirá como consejera de la entidad a la que llegó en 1998
Adela Tarifa Fernández, historiadora e investigadora, deja el puesto de consejera directora del Instituto de Estudios Gienneses (IEG) después de ochos años al frente del ... organismo, dos mandatos según estipulan los estatutos de la entidad. Deja la máxima responsabilidad en manos de José María Capitán y del equipo que este nombre, pero su compromiso con la entidad se mantiene intacto. «Es obligación de cada ciudadano devolver a la sociedad algo de lo que de ella ha recibido», dice convencida.
El IEG es un organismo autónomo de la Diputación de Jaén, adscrito a la Confederación Española de Estudios Locales. Se fundó en 1951 para el fomento, el estudio, la investigación y la divulgación de las peculiaridades de la provincia de Jaén en los ámbitos de conocimiento de las Ciencias Sociales y Jurídicas, Naturales, Tecnología, Humanística y Expresión Artística. Todos sus miembros fueron varones en su creación.
«Tengo la conciencia tranquila al haberme entregado al trabajo en el IEG plenamente»
Lo que se ha avanzado desde entonces es importante, en palabra de Adela Tarifa. «Si los primeros consejeros que soñaron con este centro nos vieran hoy se sentirían orgullosos de haber plantado una semilla de tan rica cosecha. Solo visitando el Centro Documental y la Biblioteca, o entrando en nuestras páginas, vía Internet, se puede comprobar que en el IEG somos punteros en documentación, digitalización y transmisión del conocimiento. Todos nuestros fondos, hasta donde la ley lo permite, están al servicio del público, incluido el legado Miguel Hernández, adquirido por la Diputación y custodiado por el IEG. La apuesta por las nuevas tecnologías, con sistemas digitales de máxima calidad, facilita la difusión del conocimiento y ayuda a muchos investigadores». Así resume parte de lo que es el IEG en una conversación con IDEAL, periódico del que es articulista.
Adela Tarifa, con un perfil humanista muy marcado por su formación académica y por sus convicciones personales, pasará a la historia del IEG por varios motivos, entre ellos haber sido la primera mujer nombrada consejera numeraria en 1998 y la primera en dirigir la entidad en 2016. A todo ello se une su personalidad. Los que la conocen estarán de acuerdo conmigo en destacar su capacidad para escuchar, su olfato para abrir nuevas líneas de estudio e investigación, su empatía, su capacidad para integrar en la diversidad y su defensa de la igualdad entre géneros.
Debate y consenso
«Confieso, al despedirme del cargo, que si de algo estoy satisfecha es de que nos hayamos respetado todos y de que jamás escuchásemos la menor descalificación sobre el que piensa diferente. Nunca dejamos de dar la palabra a quien la pidió. Tal vez por eso ha sido posible todo lo conseguido. Porque aquí no se impone nada, se debate y se consensúa. Para mí es el mejor de los caminos posibles cuando se quiere lograr algo duradero y que valga la pena, pues la violencia y el rencor a nada conducen», explica Adela Tarifa como metodología de trabajo y convivencia.
En sus ocho años de mandato 2016-2024, el IEG ha avanzado en tres direcciones que han consolidado el organismo, lo han hecho más cercano y conocido, a la vez que más diverso. Esos frentes que cito son, para mí, la incorporación de más mujeres a la lista de consejeros/as del organismo; la difusión y promoción de la actividad académica del IEG por toda la provincia y el impulso de la figura de los colaboradores externos, una pieza clave para el funcionamiento de la entidad y que refuerza las 19 secciones que coordinan consejeros y consejeras. Sin duda se trata de una herramienta que ayuda a la implantación del IEG en la sociedad, alejándolo de la imagen elitista que todavía hoy tiene entre algunos sectores de la población.
Uno de los primeros actos en el participó Adela Tarifa como directora, y que refleja una de sus apuestas, fue en la bienvenida a la entidad a cinco nuevas consejeras. «Es una asignatura pendiente por la desproporción numérica existente entre consejeros y consejeras, a todas luces injustificada», explica. Ahora solo hay ocho mujeres entre los 34 miembros del organismo.
«Nunca dejamos de dar la palabra a quien la pidió; aquí no se impone nada, se debate y consensúa»
«Ha sido una constante para mí en estos años trabajar para que desaparezca la invisibilidad femenina. Ya no es tolerable la más mínima discriminación de género», insiste. En el centro no se nombró a ninguna mujer consejera numeraria hasta 1998, dos décadas después de aprobarse la Constitución Española, en el inicio de la democracia.
Para la historiadora, el IEG es «hoy un centro adaptado a la época actual, vivo, en constante renovación, que camina al compás de los tiempos». Algunos ejemplos: su defensa del patrimonio histórico-artístico, etnológico, antropológico y medioambiental; su aportación permanente a la investigación científica en todos los campos, su impulso a la economía provincial, particularmente en el olivar, desde todas sus vertientes, incluida la investigación genética, colaborando con la Universidad.
En estos dos mandatos se han mejorado las dotaciones para investigación, publicaciones, biblioteca, así como para los premios, de convocatoria anual: Cronista Cazabán, de Humanidades y Ciencias Sociales; de pintura Emilio Ollero; el de investigación Agraria y Medioambiental, y el más joven de todos, el premio de fotografía Paisajes giennenses.
En el momento de pasar a un segundo plano dice estar en paz consigo misma. «Tengo la conciencia tranquila al haberme entregado al trabajo en el IEG plenamente, dedicándole ocho años de mi vida y anteponiendo la institución a otras obligaciones académicas e incluso familiares», relata. Agradece a sus equipos directivos el apoyo y trabajo. Cita a los dos vicedirectores, Miguel Viribay y José María Capitán; al secretario Miguel Ángel Chamocho; a la vicesecretaria, Inmaculada Herrador; al director del boletín, Luis Garrido, y al gerente y bibliotecario, Salvador Contreras, del que dice siempre que si no existiera habría que inventarlo. Cierra su lista de agradecimientos con el presidente de la Diputación, Francisco Reyes; la vicepresidenta Paqui Medina y todos aquellos diputados provinciales vinculados al IEG.
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