Nek Romero, Marco Pérez y Javier Zulueta, a hombros en Santisteban

El último episodio fue una novillada con picadores en la que, si no me equivoco mucho, alguno de los novilleros que actuaron y quizás los tres los veamos muy pronto encartelados en las grandes ferias. Nek Romero, Marco Pérez y Javier Zulueta están llamados a ser el futuro. Para esta última cita, el coso taurino registró una entrada que se acercó a la mitad de su capacidad, repartidos entre todos los tendidos de la plaza.

En los chiqueros aguardaban novillos de hasta tres hierros. Dos de El Cotillo que se lidiaron en primero y último lugar. Otro de los Hermanos Collado que salió en quinto lugar. En segundo, tercero y cuarto lugar aparecieron los de la ganadería de Guadalmena. Un conjunto variado pero de correcta presentación.

Era la primera vez que veíamos en directo al novillero valenciano Nek Romero, que tiene antecedentes familiares en nuestra provincia, concretamente en Villanueva del Arzobispo. Se encuentra en plena temporada, que la terminará tomando la alternativa el próximo 9 de octubre en un festejo que servirá para despedir del toreo a Enrique Ponce. Esa fecha y esa corrida será todo un acontecimiento.

Ayer lo vimos muy «puesto» con su lote de novillos. Preparado y con oficio, lidió con soltura tanto al del Cotillo en primer lugar como al de Guadalmena en cuarto lugar. Nos gustó, quiere hacer el toreo clásico, con valor sereno, sin alharacas y muy de verdad. A su primero lo recibió de forma genuflexa intentando torear a la verónica, aunque el novillo embistió de forma rebrincada y no facilitó la labor capotera del valenciano. Tras brindar al subalterno José Antonio Prestel realizó una faena de muleta muy meritoria, de mucha verdad y entrega. Lo mejor llegó en dos series de naturales. Con la mano baja e intentando estirar la embestida nada clara del novillo del Cotillo. En la parte final del trasteo y más cerca de los pitones se pegó un arrimón con mucho mérito y arriesgándose a una voltereta. Se llevó una oreja tras una media estocada en todo lo alto.

Con el cuarto, que fue de la ganadería de Guadalmena, salió el joven novillero a por todas. De rodillas le dio una larga cambiada, toreando de esa guisa a la verónica. Con la muleta también hubo entrega. Se puso a torear de primeras con la muleta en la mano izquierda por naturales, toreando con mucha profundidad y mano baja. Igualmente por el lado derecho, con mucha entrega ante un novillo bueno y colaborador de Guadalmena. Hizo de todo, para terminar su labor por 'luquecinas' y redondos de rodillas formando un alboroto en los tendidos. Se entregó en la suerte suprema, pinchando en dos ocasiones antes de la estocada definitiva. Cortó una oreja tras dos avisos, siendo ovacionado el novillo en el arrastre.

El gran aliciente era ver la actuación del menudo novillero salmantino Marco Pérez. Todo el mundo habla de él, un niño prodigio que si nada se tuerce está llamado a ser el elegido, el no va más, el número uno.

A principio de temporada lo vimos actuar en Andújar, dejando una impresión tremenda. Tiene una capacidad lidiadora que no es normal en un chaval tan joven. Su primer novillo, perteneciente a la ganadería de Guadalmena se movió mucho, noble y flojo. El salmantino le dio fiesta desde que salió por la puerta de chiqueros. Con el capote se lució sobre todo en el quite por 'chicuelinas'.

La faena de muleta fue larga, quizás demasiado, dándole muchos pases, aunque no todos ellos tuvieron la virtud del temple. Eso sí, con mucha facilidad y variedad en todo momento. Otra de sus grandes virtudes es su rápida conexión con el tendido, con un público muy entregado con el joven torero. Finalizó su labor de estocada entera algo suelta y un golpe de verduguillo, cortando dos orejas pedidas por unanimidad.

Con el quinto, un novillo de los Hermanos Collado Ruiz que tuvo más aspecto de toro que de novillo, le cuajó una gran faena. Maneja a la perfección la técnica del toreo. Domina a la perfección los terrenos, la distancia, las alturas. Un matador de toros en pequeño que enloqueció a los tendidos con su soltura y enorme facilidad. Una gran faena que no tuvo el mejor refrendo con los aceros, fallando varias veces con el descabello. Cortó una oreja tras un aviso y una petición unánime de la segunda oreja que el presidente no concedió, recibiendo una gran bronca.

Si Marco Pérez es un prodigio que sólo necesita tiempo para convertirse en figura del toreo, el sevillano Javier Zulueta es una ilusión y una esperanza de futuro. Por Sevilla hablan y no paran de este chaval que para empezar tiene cara y cuerpo de torero, algo más importante de lo que la gente se cree.

Está todavía muy nuevo, con una técnica aún limitada y con mucho que mejorar. Pero tiene algo que impacta, que llama la atención de los aficionados. Lógicamente está por ver, pero personalmente es de los novilleros que gusta verlos y seguirlos.

Ayer dejó una grata impresión y eso que no lo tuvo fácil. Tenía que torear después de hacerlo dos novilleros con mucho oficio y mucho nombre. No se amilanó, al contrario, salió con ganas.

Al tercero de la tarde, primero de su lote de la ganadería de Guadalmena lo toreó con gusto a la verónica en lances sueltos.

En la faena de muleta destacó sobre todo porque quiere hacer las cosas bien, con mucho gusto y enorme torería. Fueron excelentes los naturales de uno en uno, con un bonito cite, llevándolo cosido en la templada muleta. Se llevó el premio de la oreja tras una estocada caída.

Con el sexto de la tarde volvió a mostrar su disposición y ese toreo típico tan de su tierra sevillana. Temple y calidad con capote y muleta, siendo en la actualidad uno de los novilleros que más ilusionan de cara al futuro más inmediato. Un novillero a seguir.