El lince ibérico, más cerca de sobrevivir 'solo' en libertad

De hecho, el Estado de Conservación Favorable (ECF) del lince ibérico se podría alcanzar en 2040 con 750 hembras reproductoras viviendo en poblaciones conectadas, según los expertos de la Directiva Hábitats, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica y de la UE. Así lo afirmaron en unas jornadas propuestas por el grupo WWF, Fondo Mundial para la Naturaleza, destacando en declaraciones recogidas por Europa Press el caso de éxito que supone la recuperación del lince y su ejemplo para lograrlo con otras especies. En la actualidad hay 130 estimadas por la ONG, pero la cifra crece más rápido en los últimos años.

Se estima que, a falta de datos definitivos, la población del lince ibérico aumentó en cerca de 150 nuevos ejemplares el pasado año tanto en España como en Portugal (686 ejemplares había en toda la península según el censo de 2018, en Andalucía 445).

El balance de 2019 es «positivo», según explicó el coordinador de conservación de WWF, Luis Suárez, a Europa Press, ya que la población se calcula que sobrepasa ligeramente los ochocientos ejemplares, que confirman que la «tendencia creciente de la población se mantiene y sigue constante». A final de 2017 no llegaban a seiscientos los individuos en la Península Ibérica.

En cualquier caso, es algo común en los últimos cursos, con el autóctono felino no solo sobreviviendo sino expandiéndose, gracias a la labor del proyecto Life+Iberlince «Recuperación de la distribución histórica del lince ibérico en España y Portugal».

Más de doscientos linces se han liberado desde 2006 y ha despertado en los últimos tiempos el interés del New York Times o de la BBC, que emitió este pasado año un documental dedicado al programa dentro de la serie «Big Cats». «Uno de los esfuerzos de conservación más exitosos del mundo», destacó la prestigiosa cadena.

En el caso de la provincia de Jaén, según datos facilitados por WWFa este periódico, con respecto a un año antes, la población en la zona de Andújar se mantiene estable (en torno a 140) mientras que en Guarrizas, próximo al núcleo de Vilches, se estima que hay al menos quince ejemplares más partiendo de un centenar y también se incrementan en Sierra Morena.

En total, a falta de cerrar el censo oficial, serían ocho hembras y una treintena de ejemplares más sobre los 250 contabilizados hace un año. «Esta zona, como ya está 'trabajada', crece más despacio que otras nuevas como Toledo por ejemplo», explica Ramón Pérez, de WWF. Lo importante, en cualquier caso, es que sigue creciendo. Jaén además continúa siendo la cuna del lince ibérico en el mundo, con más de un tercio de todos los que hay en el mundo.

En lo que respecta al ámbito provincial también se avanzó en 2019 en la protección del animal con los trabajos del paso de fauna del lince ibérico en el punto kilométrico 305,690 de la autovía A-4, a su paso por el término municipal de Villanueva de la Reina.

«Los linces van por delante de nosotros y se están extendiendo a zonas de mayor abundancia de conejos, colonizando zonas que no estaban incluso previstas en el proyecto Life», comentó Suárez en referencia al instrumento financiero de la Unión Europea.

Pese a la buena evolución, Suárez lamenta que se hayan producido 34 muertes de linces por atropellos que la ONG ha podido contabilizar, lo que supone una mortalidad en torno al 5%. En parte el motivo del aumento de atropellos radica precisamente en los terrenos conquistados. No se mueve ya solo por Andalucía, también lo hace por el sur de Portugal, Extremadura y Castilla La Mancha y cada vez llega a más territorios y avanza más y al llegar ejemplares a zonas nuevas con carreteras y sin pasos de fauna habilitados el riesgo de atropello se incrementa.

Entre los casos famosos en los últimos años está el de Litio, apodado el lince viajero, localizado en Barcelona dos años después de haber sido puesto en libertad en un parque natural al sur de Portugal.

A diferencia de años anteriores en este ejercicio se han detectado varios casos «puntuales» de furtivismo, tanto en Andalucía como en Castilla-La Mancha.

Y todo ello pese a que la supervivencia del lince ibérico sufrió el pasado año un duro revés a nivel económico. La Unión Europea rechazó el cuarto programa de ayudas Life Iberlince para la conservación y propagación de la especie aún en peligro de extinción. Este programa, liderado por la Junta de Andalucía, lleva en marcha desde 2002, gracias al cual se ha conseguido que de una población de menos de noventa ejemplares a principios de siglo se pase a más de ochocientos actualmente según la última estimación de la organización ecologista.

Con el último proyecto, con 23 socios, se ha logrado que vivan linces en libertad no solo en sus territorios últimos, Sierra Morena y Doñana, sino también en Portugal, Extremadura y Castilla la Mancha donde habían desaparecido. El proyecto se quedó así sin fondos europeos por estimar excesiva su petición de 27 millones de euros.

El Gobierno andaluz aseguró que el programa de cría en cautividad y puesta en libertad del lince siga funcionando con fondos propios de la Junta, mientras se elabora un nuevo documento que convenza a la Comisión Europea y que se presentará en febrero. La ONG confía en que el próximo mes de junio la Comisión Europea aprobará un nuevo proyecto Life.

El reto de Iberlince II, de lograr la financiación, es establecer pasillos naturales de conexión entre las zonas de presencia histórica y reintroducción, para facilitar la expansión del 'Linx pardinus' y mejorar su intercambio genético.