Jorge Isiegas gana el mano a mano con Paco Ureña en Úbeda
Los toros de Daniel Ruiz dieron escasas opciones, cortando una oreja Isiegas mientras que su oponente paso de puntillas por San Nicasio
ÁNGEL A. DEL ARCO
Úbeda
Domingo, 4 de octubre 2020, 00:50
El mano a mano que se celebró ayer estaba previsto para el pasado viernes, pero sobre Úbeda y su plaza de toros cayó un auténtico ... diluvio acompañado de un fuerte vendaval de aire que dejó el ruedo impracticable para el toreo. Hacía tiempo que no veía llover así, haciendo bueno el refrán que «nunca llueve a gusto de todos». Contentos estarán los agricultores, que buena falta hace el agua, pero el festejo taurino de ese día quedó chafado ante unas inclemencias climatológicas con las que nadie puede luchar.
Menos mal que la lluvia y el viento duró poco, es decir, un sólo día. Ayer despertó con el cielo despejado, disipando las dudas, pudiéndose celebrar el segundo mano a mano de la feria de San Miguel sin incidencias ni inconvenientes. El cartel por tanto no sufrió ningún cambio, quedándose como se anunció originalmente, lidiándose cuatro toros de la ganadería de Daniel Ruiz para un cartel que estuvo compuesto por el murciano Paco Ureña y el aragonés Jorge Isiegas.
Se cumplieron todas las medidas sanitarias impuestas por la Junta de Andalucía para éste tipo de espectáculos, exactamente igual que el festejo anterior; la toma de temperaturas a cada espectador, el gel hidroalchólico en todos los accesos al coso taurino, la prohibición de fumar durante el festejo, el uso de mascarilla de forma obligatoria y la distancia del metro y medio entre las localidades. También, a través de la megafonía, se recordaba todas las medidas a tomar. Una excelente organización en todos los sentidos para que el festejo se pudiera desarrollar sin ninguna incidencia. Cabe recordar que todavía, en ningún festejo taurino ha habido un positivo en toda la geografía española. Eso habla y muy bien del nivel de implicación del mundo del toro en beneficio de la salud de todos.
A partir de las seis de la tarde dio comienzo el festejo, en la que nuevamente se guardó un minuto de silencio y sonó el himno español con la correspondiente ovación del respetable. Hasta hoy todo igual que el día anterior, sin contar el frío y la lluvia.
Por la puerta de chiqueros fueron saliendo los toros de la ganadería de Daniel Ruiz. Animales bien presentados, teniendo en cuenta que Úbeda es plaza de tercera. El conjunto salió mansote, descastado, nobles y flojos, aunque a un ganado bravo se le debe de exigir algo más, más casta, más genio, en definitiva, más emoción.
Toros
El primer diestro en actuar fue el murciano Paco Ureña. Teníamos mucho interés en ver a este torero, que, con su primero pocas opciones de triunfo tuvo. El toro, un castaño claro desarmó al torero teniendo que tomar el 'olivo' ante lo peligroso de la situación, sacándoselo a continuación a los medios. Tomó una vara en la que empujo más por genio que por bravura, saliendo suelto en aptitud defensiva. Sin lucimiento en el tercio de banderillas, comenzó el murciano su labor con muletazos por ambos pitones, observando las pocas opciones de triunfo. Se puso sobre el lado izquierdo en la primera serie, con firmeza, intentando obligar al manso de Daniel Ruiz. El animal muy parado y escarbando se pensó eso de embestir, cuando lo hacía siempre cabeceando y a regañadientes. Se aburrió pronto el torero que se justificó en un trasteo de escaso contenido y de nula brillantez. Pasó un quinario a la hora de finiquitar a su oponente, poniendo muchas dificultades el astado ante la desconfianza del torero. Muchos pinchazos, también descabellos, sonando dos avisos, a punto de sonar el tercero y el toro al corral. Lo evitó un certero descabello siendo silenciado.
Con el tercero, segundo de su lote, le enjaretó media docena de verónicas a pies juntos que levantaron una cariñosa ovación. Repitió con el capote en un quite por 'gaoneras' muy ajustadas, que, está vez sí, tuvo importancia, demostrando la clase de torero que es éste murciano aguerrido.
Brindó a su apoderado Luisma Lozano, comenzando su labor de muleta con estatuarios, señal inequívoca de la buena voluntad y las ganas de triunfo. El toro tuvo mucha nobleza pero escasa fortaleza, en una palabra, quiso más que pudo. Al torero le pasó lo contrario, quiso mucho, pero se encontró con un toro que duró una sola serie de muletazos. Precisamente, en esa serie se vio una excepcional tanda de naturales, con la planta asentada, metido en los riñones y llevando larga la noble y endeble embestida, todo, claro está, sin muchas apreturas. Todo acabó en ese instante, el toro se paró definitivamente y el torero se intentó justificar con un sincero arrimón, sufriendo un achuchón que no tuvo consecuencias, entre otras cosas, porque el de Daniel Ruiz con sus escasas fuerzas fue incapaz de voltear al indefenso espada.
Todavía no nos explicamos por qué Paco Ureña estuvo tanto tiempo delante de la cara del toro. No embistió ni una sola vez, estando todo el tiempo el torero girando ante el toro ante la indiferencia de un público más pendiente de abrigarse que de lo que pasada en la arena. Aunque la labor careciera de brillantes, si llega a matar a la primera hubiera cortando alguna oreja, pero de nuevo se atascó con la espada, pinchando en tres ocasiones antes de finiquitar su labor con un golpe de descabello. Saludó Paco Ureña una cariñosa ovación en una tarde, la de su presentación en la ciudad de los cerros, que no pasará a la historia.
Muy entregado y con muchas ganas recibió el aragonés Isiegas a su primero de Daniel Ruiz, recetándole un manojo de verónicas que fueron muy aplaudidas. El toro tampoco fue un dechado de virtudes, muy al contrario, otro manso, aunque con mejor condición, noble y soso. Anduvo voluntarioso el joven diestro, que, con firmeza intentó y logró por momentos sacar muletazos que tuvieron buena factura aunque sin redondear un conjunto que tuviera interés. Una pena el marrajo que le tocó en suerte, pues este diestro tiene cualidades para mucho más.
Se atracó de toro a la hora de la suerte suprema, volcándose sobre el morillo, cobrando una estocada contraria que le puso en la mano la primera oreja de la tarde. De nuevo puso voluntad en su saludo capotero con el último de la tarde, que, como toda la corrida tampoco tuvo demasiadas cualidades el de Daniel Ruiz.
Con la muleta, más de lo mismo, entrega sin límites, voluntad de agradar y la aptitud que se le presume a un torero nuevo y muy joven, con las ganas de abrirse paso, aunque con estos toros, más que una oportunidad, es una ocasión perdida. A decir verdad, el toro de Daniel Ruiz no duró ni una sola serie, tratando el torero de hacerlo embestir con cites en el hocico, zapatillas y no sé cuantas más cosas. Imposible, el toro había tirado la toalla, la negación de la bravura, la casta por los suelos y la Tauromaquia desangrándose con estos toros. Así, con estos espectáculos, no necesitamos a los antitaurinos, ya nos lo cargamos nosotros solos.
A todo esto, con las ganas del muchacho la labor fue larga y pesada, ya sé, que no se merece éste joven una crítica, pero si se ve que el lucimiento es imposible, lo mejor es acortar la faena, salimos ganando todos, el torero también. Aunque hay que recalcar y es de reconocer la entrega de Isiegas, que, ojalá lo podamos ver de nuevo aunque con mejores compañeros de viaje. Finalizó su labor con el clásico arrimón, fallando posteriormente con la espada, pinchando hasta en dos ocasiones, media atravesada y dos golpes de descabello. A esas alturas el público, decepcionado, aburrido y muerto de frío estaba más pendiente de buscar las puertas de salida que de despedir a los toreros.
Decepcionante tarde de toros en Úbeda por culpa de una descastada corrida de Daniel Ruiz. Destacando la entrega de Isiegas y lo inadvertido que pasó el esperado diestro murciano Paco Ureña.
Esta tarde, novillada
Hoy domingo si el tiempo no lo impide se va a celebrar la final del Ciclo de Novilladas de Andalucía. Se trata de una novillada con picadores incluida en el pionero Circuito de Novilladas de Andalucía 2020, iniciativa promovida conjuntamente por la Consejeria de Presidencia de la Junta de Andalucía y la Fundación del Toro de Lidia que en la actualidad está presidida por el ganadero Victorino Martín.
A partir de las seis de la tarde se va a celebrar esta final en la que se va a lidiar novillos de la ganadería de 'Guadalmena' para una terna formada por Emilio Silvera que viene de Huelva, González- Écija de Sevilla y Jesús Rivero de Cádiz.
Bonito festejo en el que se va a decidir quién es el triunfador de este ciclo de novilladas, algo pionero que sirve y mucho para ayudar a un sector cómo el de las novilladas picadas que está siendo uno de los más afectados en la actual situación de pandemia.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión