Un hallazgo histórico en las profundidades

El grupo se desplazó a una de las zonas en investigación en el término municipal de Santiago-Pontones, en pleno Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, donde dos equipos se encargaron de localizar y explorar dos nuevas simas, encontrándose con una grata sorpresa. «No es normal que las cavidades sean de más de 100 metros de profundidad, en la provincia habrá 15 o 20 de estas características. Llevamos 40 años explorando en Jaén y se han descubierto muchas cavidades, pero no así. Era muy difícil encontrarla», explica Toni Pérez, presidente del GEV.

La localización exacta de la sima no pueden desvelarla, ya que siguen trabajando en ella con el permiso de la Consejería de Agricultura. Una persona conocía la cueva, les llevó y encontraron la cavidad. Además, tienen localizados varios agujeros más. «Primero la localizamos mediante un GPS de precisión e instalamos los anclajes a la roca para ascender y descender con la cuerda de la forma más segura, lo más profundo que podamos. Cuando una cavidad tiene galerías horizontales o laterales la exploración puede durar varias jornadas», apostilla. En este caso en concreto, varios compañeros bajaron unos 50 metros, pero como vieron que la sima seguía y no tenían suficiente material, regresaron el domingo, cuando bajaron los 150 metros. «Se pudo hacer porque la exploración fue fácil, no tenía galerías laterales ni horizontales», añade Toni Pérez.

Tal y como explica el responsable, este hallazgo es de importancia, ya que se reconoce que el medio subterráneo jienense tiene potencial a nivel andaluz. «Es esencial para conocer el pasado, cuanto más analicemos nuestro medio subterráneo más daremos a conocer los ecosistemas y la geodiversidad», manifiesta. La otra sima descubierta sí tenía galerías horizontales y laterales, y su exploración conllevó más tiempo pese a ser más pequeña.

El proceso de bajada no es tarea fácil. Dos de los que bajaron por la sima de 150 metros fueron Jesús Pérez y Fátima García, campeones de Andalucía, España y Europa en técnicas de progresión vertical. En el equipo, los miembros son, por ejemplo, técnicos deportivos en espeleología o ingenieros técnicos industriales. «La exploración idónea está formada por tres o cuatro personas, porque si son más impide que realicen todos la exploración, y si son menos tampoco es lo adecuado, porque hay que subir el material», explica Toni Pérez.

Una afición

Las actividades las programan los fines de semana, ya que no deja de ser una afición, y todos tienen su trabajo aparte. En los próximos días explorarán otras cinco o seis cavidades más. «Todavía quedan varias incógnitas en varias cavidades cercanas, así como la exploración en profundidad de dicha zona en cuestión, por lo que seguramente las sorpresas que nos depare en un futuro podrían ser fascinantes. Es mucho trabajo. Todo lo que hagamos ahora queremos presentarlo en el Congreso Español de Espeleología, que se celebra en diciembre en Huesca. En principio iba a ir solo yo a dar una ponencia sobre biología subterránea, pero al ver la importancia de esto daremos dos ponencias», aclara.

Asimismo, el equipo agradece a los Agentes de Medio Ambiente de la zona toda la ayuda prestada, puesto que mantienen una «colaboración mutua» en este trabajo de campo, además de a la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía y al Parque Natural y Reserva de la Biosfera de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, las autorizaciones y permisos necesarios para estas investigaciones subterráneas. «Los agentes medioambientales nos han ayudado mucho, en ciertos lugares hay carriles cortados, con cadenas y demás, y nos facilitan el trabajo acompañándonos o dándonos las llaves. Nosotros colaboramos con ellos localizando cuevas y simas peligrosas para montañeros y senderistas, ellos las señalizan, y así la ayuda es mutua», indica Toni Pérez.

El Grupo de Espeleología de Villacarrillo está pasando por un buen momento. Este 2019 cumplen 40 años, y las actividades que organizan no cesan. Han puesto en marcha una escuela de formación para niños, publicaciones espeleológicas y hasta un libro que verá la luz el año que viene sobre Santiago-Pontones. Este año colaborarán en congresos internacionales y revistas científicas, y ya empiezan a preparar alguna competición para después del verano. La espeleología en la provincia está, sin duda, bien representada.