Una gran tarde en Santisteban con Luque, De Justo, Aguado y los toros de Sancho Dávila
Salen a hombros tras cortar un total de ocho orejas a una buena y noble corrida, indultando al quinto de nombre Llave
Ángel A. del Arco
Santisteban del Puerto
Sábado, 18 de mayo 2024, 23:02
Santisteban del Puerto es una localidad de la comarca de El Condado. Pueblo de gran belleza que guarda un gran patrimonio histórico y que sabe ... disfrutar de sus tradiciones. Entre ellas se encuentra la tauromaquia, que durante las fiestas de 'Pascuamayo' se vienen celebrando como cada año. Este sábado se celebró el que era a priori el plato fuerte de la feria taurina de 'Pascuamayo'. Daniel Luque, Emilio de Justo y Pablo Aguado conformaban un cartel variado que había levantado una gran expectación.
Y todo ese ambiente se vio reflejado en la entrada de público. Los tendidos del buen cuidado coso taurino se fueron llenando hasta cubrir sus tres cuartas partes. Una gran entrada, similar a la de años anteriores. Ya lo dijimos en el previo, los toros de la ganadería de Sancho Dávila eran uno de los grandes reclamos.
El conjunto de los seis toros tuvo una buena y correcta presencia. No defraudó en ese sentido. En cuanto a su juego, hubo un poco de todo: desde los complicados primero y segundo a la nobleza del tercero.
En su mejor momento
El primero de los toreros fue el sevillano Daniel Luque, que se encuentra en su mejor momento desde que tomara la alternativa hace ya algunos años. Aún está pendiente de pasar el examen de San Isidro en Madrid, pero la reválida de Sevilla la aprobó con nota, saliendo a hombros.
Salió con ganas ante el primero de Sancho de Dávila, pero se estrelló de primeras con un astado que embistió siempre de manera descompuesta y con un punto de genio no dando opciones al lucimiento del torero.
Y no fue por falta de ganas, brindando su faena de muleta al público, iniciándola por alto para ligarle a continuación una templada serie sobre la diestra. Y sería la única templada por culpa de un astado que se fue complicando conforme avanzaba la lidia. El torero estuvo sobrado en todo momento, confianza que le llevó a sufrir un par de sustos, que sólo quedaron en eso. La estocada final le llevó a cortar una oreja.
Con el cuarto, un toro que tuvo mucha clase y calidad aunque muy escasas fuerzas, le cuajó una destacable actuación. Ya lo cuajó en un sensacional recibo a la verónica con una larga soltando el capote que fue lo mejor. Con la muleta y ante un toro de tan escasa fortaleza le dio los tiempos correctos, siempre bien colocado, con suaves toques, embarcando y llevando la embestida sin tirones, cosidos en la muleta de un Luque que exprimió la dulzura del toro de Sancho Dávila.
En el tramo final y con el toro muy apagado llegó una tanda al natural, con muletazos de uno en uno realmente buenos. Para terminar 'luquecinas' que puso al respetable en pie. Una estocada tras pinchazo que tiró al toro sin puntillas. Las dos orejas fueron a parar a sus manos, siendo el toro de Sancho Dávila ovacionado en el arrastre.
Totalmente recuperado
Teníamos ganas de ver, más si cabe después de la gran actuación que tuvo en Madrid el pasado viernes, al extremeño Emilio de Justo. Sencillamente estuvo extraordinario en Santisteban del Puerto. Y eso que el día anterior sufrió una espeluznante voltereta cayendo sobre el cuello que nos hizo temer lo peor.
Totalmente recuperado y sin secuelas, Emilio de Justo cuajó al segundo de su lote, otro toro de Sancho Dávila que no puso las cosas fáciles. Sin opciones para torear con el capote de forma lucida y tras el paso por el caballo sin entrega y esperando mucho en banderillas, el extremeño inició por bajo su faena de muleta intentando fijar y que humillara el toro de Sancho.
Se movió mucho el astado, pero no bien, intentando el torero ligar las series, algo complicado porque el toro se venía enhebrado en la muleta del torero desluciendo el muletazo. Intentó perderle pasos y de esa forma extrajo los momentos más meritorios de su actuación. Cortó una oreja tras una estocada entera y trasera que fue suficiente.
Con el segundo de su lote, quinto de la tarde, Emilio de Justo salió enrabietado cuajando un electrizante saludo. El toro tomó dos varas, saliendo suelto en ambas. Brindó al público y se salió al centro del platillo con suaves muletazos por ambos lados. Con el compás abierto y a media altura una primera tanda en la que no apretó la noble y floja embestida. En la siguiente ligó la tanda obligando más al toro, al igual que la tercera que le faltó más templanza.
Por el pitón izquierdo tuvo una clara embestida que no siempre la supo aprovechar el torero, toreando algo rápido. Cuando se templó, los naturales surgieron profundos y de excelsa belleza. Toreó con la derecha al natural sin la ayuda de la espada formando un alboroto en los tendidos. Tanto alboroto que los tendidos empezaron a pedir el indulto del toro. Finalmente ante la insistencia del público y del propio torero, el presidente sacó el pañuelo naranja concediendo ese indulto a mi parecer algo exagerado. El toro de nombre Llave volvió a los corrales ante una gran ovación, mientras el torero paseó las dos orejas simbólicas.
Notable presentación
El sevillano Pablo Aguado hizo su presentación en Santisteban del Puerto. Y no defraudó, mostrando ese toreo de arte y calidad. A su lote de toros de Sancho Dávila le quiso imprimir temple, gusto y calidad. Otra cosa fue que lo consiguiera, pues con su primero le fue imposible el lucimiento con el capote, que, dicho sea de paso es uno de sus fuertes.
Sin nada destacable en los siguientes tercios, inició Aguado su faena de muleta sentado en el estribo. Lo mejor fue cuando se levantó y remató con un lento y cadencioso pase de pecho ese torero inicio. En el centro del platillo pegó excelentes muletazos, pero siempre de uno en uno y a media altura. El toro se apagó muy pronto y con ella la faena. Todo lo que vino después un querer y no poder por parte de un toro muy apagado y un torero que revistió muy bien la escena con mucho gusto y torería. Finiquitó su labor de estocada entera, cortando una oreja.
De lo mejor de la tarde fue la media verónica de remate de Pablo Aguado al sexto de la tarde para abrochar un lucido recibo a la verónica. De nuevo se lució en el quite por 'chicuelinas' y otra media de ensueño. Con la muleta tiró de suavidad, temple y calidad para a los sones del pasodoble Manolete bordar el toreo clásico. Una pena que el toro durara tan poquito.
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