'Errantes', de Andrea Heredia, cosecha gran éxito en su estreno en Cazorla
La historia del pueblo gitano durante el siglo XX emocionó al público el Teatro de la Merced
José Luis González
Lunes, 14 de julio 2025, 12:45
Como era de esperar, había gran expectación en Cazorla por descubrir el mundo interior de la bailaora catalana Andrea Heredia. Expresado sobre el escenario a ... través de una particular recreación de la historia del pueblo gitano durante el agitado siglo XX. Así, con el título de 'Errantes', la artista asentada en Cazorla desde hace ya varios años compuso un espectáculo clásico de flamenco para el que se apoyó en cuatro músicos: la voz de Laura Heredia, la guitarra de José María Lorite 'el Macareno', la percusión de Paco Maestro, la flauta travesera de Justo Heredia y el bajo de David 'Melerock'. Además de un grupo de actores y actrices de todas las edades que dieron forma al grupo errante que ejemplificaba al pueblo gitano, con sus tareas diarias allí donde se detenían: cosiendo, lavando, recolectando o haciendo labores con el esparto.
En el marco de esa concepción clásica de la obra, la escenografía no hizo más que plasmar las imágenes que todo el mundo tiene en su imaginario de una familia gitana en su transcurrir errante. Con su carro, tirado por caballería o bueyes, sus aperos, sus ropas tendidas al sol, sus utensilios de cocina, sus sillas de madera con asientos de mimbre... y su música flamenca, que les acompañaba allá donde fueran. Una forma de vida que se vio truncada en Europa con el holocausto nazi y la II Guerra Mundial, siendo el pueblo gitano junto a otros colectivos de todo el mundo conocidos quienes más padecieron aquellos años oscuros.
Hilo conductor
Con estas premisas, Andrea Heredia compuso un montaje cuyo hilo conductor fueron los diferentes palos del flamenco, a través de los cuales desarrolló su historia. Partiendo de una escena de la vida cotidiana de cualquier familia gitana errante, desgranó uno a uno los palos con sucesivos entreactos rellenados con la guitarra de 'Macareno', el cante de Laura Heredia o lo solos de flauta, cajón flamenco o bajo. Así, comenzó con un Martinete al que siguieron las seguiriyas, las bulerías, las alegrías, el taranto, la alabanza, el tango y la bulería final.
En definitiva, un espectáculo que era el primero concebido, producido y dirigido íntegramente por Heredia, que merece todas las alabanzas por el mérito de atreverse a semejante empresa en un municipio como Cazorla, aun con la colaboración de su Ayuntamiento. Y que vio la luz tras varios meses de intenso trabajo con el visto bueno final de un público entregado en su estreno. Con toda la garra y la calidad en el taconeo de la bailaora, su gran baza y su mejor cualidad, al que supo sacar todo el partido. Un arte escénico, expresado sobre las tablas de la Merced, que fue su ofrenda a esa libertad del pueblo gitano «que sabe a memoria de las almas que han quedado atrás», como ella misma afirma, «para volver a ser un pueblo, un alma viva y dejar de ser errantes; y, sobre la tristeza, campos de alegría, vivir, sentir juntos payos y gitanos en armonía».
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