Daniel Broncano: «Lo que no queremos es que según crezca vaya siendo un festival pijo»
Música en Segura viene cargado de novedades este año, desde la distribución en tres periodos hasta escenarios inéditos
ascensión cubillo
Jaén
Sábado, 5 de marzo 2022, 23:49
Vuelven las «delicatessen» de la mano de Música en Segura, un festival que en 2022 cumple nueve años con cambios de calado, como la distribución ... por primera vez en tres periodos: del 25 al 29 de mayo, del 29 al 31 de julio y del 11 al 13 de noviembre. Desde la organización aseguran que se configura así «el mayor programa musical existente en la España rural». Además de las 25 actuaciones previstas este año se programarán ocho conciertos para escolares y cuatro en residencias de mayores.
Más de 80.000 personas procedentes de distintos puntos de España y Europa han visitado a lo largo de estos años 'Música en Segura' para vivir «una experiencia mágica por el puro disfrute de la emoción de la música en localizaciones fascinantes».
–La novena edición comprende tres periodos, ¿cuál es el objetivo?
–Tiene que ver con la ambición, presente casi desde nuestro origen, de ir más allá de un festival: un proyecto que de verdad convierta a Segura de la Sierra en el pueblo de la música. Esto es algo más amplio, un festival de festivales. En 2019 empezamos con dos periodos y vino mucho público, lo que significa que hay espacio para eso. El festival grande sigue siendo el de mayo ya que tiene más conciertos y más variedad. El de verano tiene como escenarios Fuenroble y el castillo de Segura por primera vez después de siete años, mientras que el festival de otoño será parecido a lo que se hizo el año pasado y guarda relación con la iglesia de los Jesuitas.
–Hay previstas 25 actuaciones, ¿cómo se van a distribuir?
–15 en mayo, 5 en julio y 5 en noviembre. Además se hacen las actividades de Música en Segura Social, iniciativa que anunciaremos en breve y que es posible gracias al apoyo de Fundación Caja Rural. Aquí se incluyen los conciertos escolares, en residencias de mayores y la musicoterapia, con vistas a llegar a más gente de la sierra. Lo que no queremos es que según crezca vaya siendo un festival pijo, sino que sigamos manteniendo el público local. Cada vez tiene más visitantes y esto trae mucha economía a la zona, pues que además aporte bienestar social y cultural.
–¿A qué se refiere cuando habla de transformar para conservar?
–Esto tiene que ver con dos cuestiones: la económica y social por un lado y, por otro, el contenido artístico. En cuanto a la primera, en el medio rural hace falta algún tipo de transformación para que siga adelante. Un mundo rural basado solo en lo agrícola no tiene sentido y socialmente la cultura a lo mejor tiene que jugar un papel como una economía que de verdad aporta dinero. Y luego lo de transformar para conservar también tiene que ver con el contenido artístico, ya que hay varios conciertos que suponen una transformación de estilos y de géneros, pensando que eso sea el futuro. 'Niño de Elche', por ejemplo, que se define como exflamenco y hace una renovación del flamenco; Pregones de mercado, una actuación teatralizada musical que será el 29 de mayo en Moralejos; el estreno de una zarzuela contemporánea, etc.
–¿Qué otras actuaciones destacaría?
–El primer concierto, el Recital 2.0, es maravilloso, con Pablo Martín Caminero al contrabajo y Daniel García al piano. El clarinetista sevillano Pablo Barragán el 28 de mayo, que para mí es una alegría que venga a Música en Segura como la estrella que es. Vive en Alemania y toca con la Camerata Penedès. Es amigo mío y recuerdo que me ganaba en todo, sin duda uno de los mejores clarinetistas de España; New York Gipsy All Stars, que hacen música balcánica con jazz neoyorquino —es el tercer intento que hacemos, iban a venir en 2020 luego en 2021 pero tampoco pudo ser, esperamos que a la tercera vaya la vencida—.
–¿Qué novedades hay respecto a las ubicaciones?
–Este año tenemos por primera vez la Hueta, una aldea de Orcera donde haremos el concierto al amanecer y desayuno musical; la cueva del agua, en la sierra profunda, con la excursión de Abraham Cupeiro. Ya en 2021 utilizamos muchos escenarios nuevos, como Fuenroble, una pradera por encima de Segura con vistas espectaculares y que el año pasado funcionó muy bien, por eso la parte de verano está basado en eso. Pero la gran novedad es que volvemos a hacer conciertos en el castillo de Segura, uno en mayo y otro en julio. Esto se debe a que el castillo ha cambiado de gestión, es de titularidad municipal pero con gestión privada. Después de 10 años ha cambiado el licitador, así que se trata de un momento de más apertura y de más facilidades.
–¿Qué otro aspecto destaca?
–En noviembre presentamos un concurso internacional de canción de autor, 'Canciones que un hombre no debería cantar', que rinde tributo a Gabo Ferro, un cantautor argentino que nos visitó en 2018 y falleció en 2020. Creemos que va a tener tirón. Tenemos muchas ganas de ver cómo se desarrolla para darle más relevancia en un futuro también. La final sería el 12 de noviembre como un concierto más.
–¿Qué retos afronta el festival a corto plazo?
–En los dos últimos años ha habido un esfuerzo económico difícil de asumir porque nuestro gran motor, al final, es la venta de entradas. Este año que hay menos restricciones de aforo el reto es que nos valga para sanear nuestras finanzas. Luego hay otro importantísimo: 2023, porque es nuestro décimo aniversario. Ya estamos planificando cosas para entonces.
Esperamos por supuesto mantener estos tres periodos, poder hacer un festival de diez días en mayo pero también, esta es la clave, volver a traer a artistas que durante estos diez años han hecho cosas memorables. Solo con escoger a uno de cada edición ya tendríamos un festival maravilloso. Ver el viaje que ha ido dando el festival y algunos de sus artistas es algo que ya estamos hilando para que esa edición esté a la altura de celebrar el décimo aniversario.
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