Daniel Broncano: «La constelación de artistas de 2021 es posiblemente la mejor hasta ahora»

–Octava edición de Música en Segura, la más ambiciosa hasta el momento. ¿Por qué? ¿Ha tenido algo que ver la covid?

–Es la más ambiciosa a pesar de la covid, sobre todo porque para nosotros es importante presentar el mejor cartel posible en cuanto a la selección artística, a la oferta de conciertos y recuperar así el público en vivo. En 2021 rediseñamos todo para que las fechas permitan que haya un público en directo, por eso nos vamos al verano donde se pueden utilizar espacios exteriores y la vacunación estará más avanzada. Es ambiciosa además porque la constelación de artistas es posiblemente la mejor hasta ahora: la Orquesta Ciudad de Granada, el Ballet Flamenco de Andalucía, Forma Antiqva y Raquel Andueza y La Galanía, etc.

–¿Cómo se organiza un festival en un contexto como el actual?

–Pensando en cómo hacer un festival que guste mucho al público y nada al virus. Hay que cambiar un poco de mentalidad. Supone descartar algún formato que antes hacíamos, como por ejemplo el concierto del amanecer con desayuno porque no queremos que haya ningún evento que implique quitarse la mascarilla. También significa apostar más por localizaciones exteriores, algo que ya está en nuestro ADN porque el festival se trata de eso, de mostrar nuestra sierra a través de la música. En ese sentido partimos con ventaja porque espacios exteriores hay muchísimos y muy curiosos, espectaculares, de los que quitan el hipo.

–La piscina de Orcera, la cooperativa y la Iglesia de los Jesuitas son algunos de los escenarios.

–En la piscina va a haber tres actuaciones y todas tienen un diálogo con el entorno. El piano flotante utiliza el medio acuático como escenario. En el 'Hundimiento del Titanic', que es música contemporánea muy curiosa y muy reflexiva sobre este suceso, habrá además sonidos subacuáticos y habrá parte del público que pueda estar en barcas. 'El baile perdido' es música del Siglo de Oro que fue prohibida en la época, así que interpretarla en un entorno lúdico y diferente como es una piscina por la noche creo que va a ser genial. Y luego también utilizamos varios escenarios nuevos, como el mirador de Peñalta, a las afueras de Segura con vistas 360º; el escenario Fuenroble, que es la explanada del depósito de aguas y que tiene unas vistas espectaculares a Segura y al monte del Yelmo; o la Torre de las Eras.

–El festival también destaca por su acción social.

–Sí. Otros años iba encaminada a conciertos para escolares, una parte que estaba creciendo muchísimo porque se hacían en Orcera y en Beas de Segura y venían escolares de muchos sitios de la provincia. Este curso escolar no es viable, pero esto volverá a finales de noviembre. También los conciertos en residencias de mayores. En verano vamos a hacer por un lado talleres de musicoterapia, porque son grupos más pequeños y a la vez hay necesidad de hacer un trabajo específico con grupos vulnerables, como son ancianos, adolescentes o mujeres que en el mundo rural están especialmente aisladas, para facilitar las relaciones interpersonales a través de la música y la musicoterapia. También vamos a hacer talleres de respiración para personas que tengan secuelas del coronavirus, con vistas a dotarlas de herramientas para utilizar mejor esta función del cuerpo e intentar mejorar la ansiedad que produce el miedo a no poder respirar bien.

–La pandemia limita en algunos aspectos pero a su vez ha acelerado la apuesta tecnológica.

–Sí, el consumo digital de la música es una realidad que se ha acelerado un montón a partir de 2020 con el coronavirus. La retransmisión on line que hicimos en noviembre salió muy bien y en julio se retransmitirá en directo al menos un concierto al día, puede que incluso más, lo estamos estudiando.

–La primera edición de Música en Segura fue en 2014. ¿Cómo ha evolucionado desde entonces?

–La evolución ha sido muy grande y además insospechada porque tampoco yo sabía que esto iba a llegar a lo que es ahora. En 2014 empezó con público de la comarca y a la vez un grupo de ingleses melómanos que venían por una agencia musical. Luego ha ido creciendo en mucho público nacional venido exprofeso para el festival y esto ha propiciado que crezca en número de actuaciones y en hacer también la edición de otoño. No obstante creo que esto en realidad es el principio del proyecto, no pienso tanto en lo que haya evolucionado hasta ahora sino en lo que puede evolucionar en el futuro. Sin tener una idea concreta al principio de adonde podía llegar, sí es cierto que ya incluso el nombre Música en Segura iba enfocado a un proyecto más a largo plazo con el que desarrollar en Segura de la Sierra propuestas interesantes en el ámbito de la música. Más residencias artísticas, un espacio donde haya artistas que vengan a trabajar, a crear, a grabar, para luego mostrarlo en público pero que suponga una forma de repoblación más sostenida en el tiempo. Y en eso todavía tenemos muchísimo por hacer.

–¿Desde cuándo se viene haciendo la edición de otoño?

–Desde 2019. En 2020 iba a haberlo también y ahora este año va a haber un festival de verano y otro de otoño. El futuro pasa por hacer una especie de temporada de festivales, contando con que siempre habrá uno más grande en primavera o en verano, y ofrecer otra serie de residencias artísticas y de momentos de trabajo musical durante el año.