«En mis canciones el alma es la letra, lo que quiero expresar con la palabra»

—Más de 40 años en los escenarios. ¿Cómo mantiene la ilusión?

—No se cómo se hace, pero ocurre. Cuando empezamos una gira con nuevas canciones o cuando grabamos el último disco estaba ilusionado y emocionado, como si estuviera empezando. Supongo que me apasiona tanto mi trabajo y lo hago con tanta entrega que no puedo cansarme de él.

—¿Cómo hace para seguir creando después de tantos años?

—No tengo ningún método en particular. Busco ideas e imágenes que me exciten y que me hagan sentirme joven como artista. Son esas experiencias las que te mantienen, y es eso que los que nos dedicamos a esta profesión no solemos cansarnos ni aburrirnos.

—Esta gira es muy diferente al resto de su carrera. ¿De dónde nace este proyecto?

—Nace en los mini conciertos de promoción del último disco 'Aunque estemos muertos'. Estaba cansado de cargar instrumentos, insonorizar guitarras y tener problemas técnicos, así que decidí hacer pequeños 'showcase' con piano y voz; disfruté tanto que decidí prolongar la sensación y surgió esta gira, 'Un piano, un pianista y yo'.

—¿Qué es lo que tiene de especial este formato?

—Me permite disfrutar muchísimo de mi voz. Estoy libre, como cantante, de la guitarra y de la banda. Creo que en estos conciertos se llega a la esencia de la creación de forma mucho más profunda, es más íntimo por así decirlo, las emociones se ponen a flor de piel.

—¿Le resulta más difícil afrontar un concierto solo con su voz?

—Para nada. Mi voz tiene mucho más espacio y mi cuerpo se dedica al 100% a la interpretación. Uno canta con el cuerpo, sobre todo es un acto muy físico, casi como hacer deporte. Hay que concentrarse, mover el cuerpo, controlar el diafragma y los pulmones, y respirar de una manera muy concreta. Es mucho más sencillo cuando no tienes que preocuparte de los acordes de la guitarra.

—Además el concierto es en un teatro, un espacio no tan habitual.

—Sí, y estoy muy satisfecho por ello. Es reconfortarte volver al corazón de la canción en pequeños teatros, y enfrentarte a ella desnudo. Es un lugar muy íntimo que enfatiza la idea del concierto: que la voz y el tema sean los únicos protagonistas de la velada.

—¿Qué puede esperar el público del concierto de mañana? ¿Alguna sorpresa?

—Una sorpresa tipo cumpleaños no, pero el formato es sorprendente. La gente va a sentir canciones a las que está acostumbrada a escuchar con banda y con arreglos; de alguna manera se podría decir 'contaminada'. En esta ocasión la van a disfrutar muy pura.

—¿Cambia mucho la idea original tras el proceso de convertirla en una canción?

—La esencia de la idea permanece, el sentido esta ahí. En mis canciones el alma es la letra, lo que quiero expresar con las palabras que escojo. Le doy mucha importancia, aunque es cierto que no se puede evitar perder cierto significado en el proceso de producción, por ejemplo de un disco. Pero también es verdad que ganas otras cosas, como la espectacularidad cuando la toca una banda.

—¿Estarán sus clásicos como 'No puedo vivir sin ti'?

—Por supuesto que estarán las canciones que todo el mundo quiere escuchar, pero habrá también rarezas, si se pueden llamar así, de temas que el público no espera y los fans van a agradecer. Es lo típico de que vas a ver a tu artistas favorito y piensas que no van a tocar tu favorita porque solo te gusta a ti; pues mañana las podrán escuchar en directo.

—¿Tiene algún recuerdo especial de sus conciertos en Jaén ?

—Lo cierto es que después de tantos años y ciudades se me confunden unos recuerdos con otros, y hace mucho que no vengo a Jaén. Me acuerdo de venir con 'Las mentiras', un dueto que tenía con Álex Olmedo en el que hacíamos versiones, y tocamos en un garito.

—¿Cómo valora la situación actual del pop rock?

—Creo que el pop rock, al igual que el resto de géneros, está siendo eliminado de la parrilla de los medios de comunicación y es un tremendo fallo. Se está confiando la programación a criterios empresariales en análisis a corto plazo, y pensar que la música no es rentable es un error muy grande.

—¿Tiene algún proyecto tras esta gira?

—Por el momento disfrutar de esta gira sin pensar en lo siguiente. Yo no voy conquistando países, lo que voy haciendo son discos. Esto no se acaba, no son proyectos mesiánicos ni empresariales, es el trabajo de un artesano de la canción, igual que los carpinteros se mueren con 90 años haciendo mesas, yo me moriré con 90 años haciendo mis temas. Como se suele decir, me iré con las botas puestas.