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Edición de 1953 de 'Poema del cante jondo', de Lorca, con algunas de las obras que inspiran al artista Pepe Yagües, en la Biblioteca de Andalucía. Ramón L. Pérez

Pepe Yagües en Granada, cuando la poesía se puede tocar

El artista convierte versos de Lorca, Miguel Hernández, Neruda, Borges y Virgilio en un centenar de obras entre pinturas, grabados y esculturas. Las piezas conviven con valiosas ediciones de los libros, auténticas reliquias que atesora la Biblioteca de Andalucía

Jueves, 3 de octubre 2019

«A ti amigo Luis Rosales, para ti este lamentable libro mío ya en la nada». Esas fueron las palabras con las que Miguel ... Hernández dedicó su libro 'Perito en Lunas' al escritor granadino, en 1933. Aquellos poemas observaron desde la estantería, impotentes, cómo García Lorca salía a la calle Tablas, apresado en cuerpo y alma, una funesta madrugada de agosto de 1936. Cuando Neruda escribió el prólogo de 'Poema del Cante Jondo', un año más tarde, ya habían matado a Federico. El propio Neruda, en 1953, dedicaría una edición de '20 poemas de amor y una canción desesperada' a José Cano, que lo guardó como oro en paño en su precioso laberinto doméstico de libros. Borges escribió los versos de su Laberinto –«no habrá nunca una puerta. Estás adentro»– como el que no tiene escapatoria, fija la vista en el paredón, vacío por fuera pero cargado de misterios por dentro, como aquel caballo de Troya de 'La Eneida' de Virgilio, que siempre vuelve la vista atrás.

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Este hilo imposible de libros, autores y poemas conviven en una provocadora armonía en la Biblioteca de Andalucía. Esos tomos, auténticos tesoros custodiados por la entidad granadina, llevan inspirando al artista Pepe Yagües durante décadas. Y si el teatro es la poesía que sale del libro para hacerse humana, lo de Yagües es el teatro que vuelve a la poesía para ser objeto de fantasía, de locura, de sátira y de deseo. Un objeto pasional que se reparte en un centenar de obras entre grabados, esculturas y pinturas basadas en los versos de Neruda, Lorca, Borges, Virgilio y Miguel Hernández: 'Sembrado de lunas. Ordeño versos', una exposición abierta hasta el 26 de octubre.

Pepe Yagües es un artista internacional. Pintor, grabador y escultor nacido en Murcia, en 1968, pero que estudió Bellas Artes aquí, en Granada. Sus obras han pasado por la Fundación Miró de Barcelona, la Casa de América, el Círculo de Bellas Artes de Madrid, Nueva York, Colonia o París y en un sinfín de ferias: Arco, Art Basel, Fiac, Art Frankfurt, Art Dusseldorf, Art Strasburg, Art Bogotá, Art Seúl, Miart Milán... Pero para vivir, para descansar y para inspirarse siempre vuelve a su cueva de Guadix, donde disfruta del vino y de la carne de caza.

Y él, Pepe, está muy presente en la exposición con una suerte de alter ego que le acompaña en toda su obra: el minotauro. De hecho, en casi todas las obras que colorean la sala de exposiciones de la Biblioteca de Andalucía aparece, a veces como protagonista, otras como guiño y, algunas, como víctima indiscutible de las pasiones más desatadas. Porque 'Sembrado de lunas' es un baño de provocaciones. Un canto al erotismo y la sexualidad en el que ese minotauro se desata sin vergüenza ni pudor ni taparrabos mientras se pasea por los inolvidables poemas de Lorca, Neruda y compañía.

En concreto, hay siete trípticos realizados al aguatinta que conforman la obra 'Silencio enamorado', basado en los '20 poemas de amor y una canción desesperada' de Neruda, todo acompañado por un texto del escritor chileno Antonio Skármeta: «Gracias a este artista murciano por haberle dado espacio posible e inquietante a los versos intemporales de nuestro poeta chileno», dice. También hay expuestos diecisiete aguafuertes que pertenecen al libro de Yagües 'Guitarra abierta', con imágenes basadas en poemas de Federico García Lorca.

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En el centro de la muestra, 'Dédalo de deseo', basado en el poema del Laberinto de Borges: un fantástico políptico, una cuadrícula de viñetas alzadas que, conforme la rodeamos, cuenta la historia de una mujer desnuda, tensiones sexuales y pensamientos que explotan. Este laberinto viene acompañado también por unas palabras de María Kodama, viuda de Borges: «El trabajo de Yagües es un hermoso homenaje para quien creó y nos regaló infinitos tipos de laberintos; Borges, para quien vida, es decir tiempo, laberinto y libro eran sus formas del gran enigma del universo».

La serie de veintiún aguafuertes 'Caballo de Troya', recrea los versos del libro segundo de la Eneida de Virgilio y juega con elementos sugerentes: un patuco de bebé, parejas haciendo el amor y barrigas preñadas. Y, por último, 50 acrílicos muy azules que ilustran versos mitológicos y eróticos poco conocidos de Miguel Hernández, todos dentro de la serie 'Alma de cabra'. En esta serie, además del minotauro eterno, vemos otros rostros conocidos, como el propio Miguel Hernández, caracterizado como un fauno, mostrando su lado dionisíaco y caprino, refleja en sus versos lo que dijo de él Antonio Muñoz Molina:«Una desvergüenza sexual campesina». En la misma vitrina, Plácido Domingo, desnudo y también mutado en fauno, recrea el verso hernandiano «de un viejo y jocondo sátiro».

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Cien provocadoras y genuinas obras que comparten foco con libros que cada día valen más. Una combinación tan imposible como ese hilo que une la estantería de Luis Rosales con los relinchos de Troya. En la Biblioteca de Andalucía, una oportunidad de darle la vuelta a todo. De darnos la vuelta. Una oportunidad para dejarse llevar como un hombre toro corriendo por un gigantesco cuerpo de mujer.

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