Comienzo el año reivindicando un título que considero no ha tenido el impacto que merecía cuando se publicó. Nieves Abarca es una escritora y colaboradora ... habitual en varios medios de comunicación a la que conocí casualmente por las redes sociales; fue allí donde un día se planteó una encuesta sobre el cuadro preferido por los usuarios del Museo del Prado. Mencioné el «Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga» y fue a raíz de ese comentario que supe de la existencia de la novela de la que os hablo hoy.
Creo necesario compartir mis impresiones sin desvelar demasiado ya que, coincido en esto con otros lectores, es de esas historias donde lo mejor es el factor sorpresa y su forma de asombrar al lector.
Nos encontramos ante dos hilos temporales. El principal se centra en 1830, en el absolutismo de Fernando VII que obliga a muchos liberales a instalarse en Londres. Allí, los generales Espoz y Mina y Torrijos conspiran para acabar con el rey. Otras figuras relevantes se unen al movimiento, destacando por ejemplo José de Espronceda (debo decir que la construcción de este personaje en lo literario, en lo político y en lo sentimental es magistral). El libro se centra en ese intento de acabar con el absolutismo, pero paralelamente tendrán lugar otros acontecimientos singulares y siniestros...
Imaginad una novela histórica y gótica impregnada de romanticismo (el romanticismo como corriente literaria, se entiende); imaginad el «Temido» de la «Canción del pirata» de Espronceda cobrando vida, y todo perfectamente hilado, con una ambientación sobrecogedora y unos personajes muy elaborados y perfectamente caracterizados, sin que en ningún momento desentone la mezcla de géneros, y sin que puedas dejar de leer pese a conocer cómo acaba la historia.
Si se me permite un paréntesis, diré que hace años fui a una charla de Vila-Matas en la que decía que, ante la lectura de «La metamorfosis» de Kafka, dos reacciones radicalmente opuestas podían tener lugar: o te introducías por completo desde el principio en el planteamiento del autor, o te espantaba el mismo por absurdo. La mayoría de los lectores se engloban en el primer supuesto. Y con esto no quiero decir que Nieves Abarca sea Kafka, no, pero sí que pretendo destacar su forma de arriesgar y salir victoriosa en este libro.
Me reafirmo en mi convencimiento de que la calidad literaria que tenemos dentro de nuestras fronteras no tiene nada que envidiar a la de fuera. Voraces es un claro ejemplo que merecía estar muy arriba por lo complejo de su proceso creativo, por la propuesta tan diferente y original que ofrece, y porque está escrita de forma impecable. La escritora, insisto, ha arriesgado, y de qué forma. Este libro merecía más repercusión; no entiendo el porqué solo tuvo la difusión que le dio la propia autora en algunas entrevistas, presentaciones y poco más. Solo puedo decir que se encuentra entre mis favoritos del panorama nacional y que nunca me cansaré de recomendarlo.
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