«Contar historias es lo mío»
Ismael Serrano repasa dos décadas de trayectoria sobre los escenarios mañana sábado en un concierto especial que se celebrará en el Auditorio Maestro Padilla
JUAN JESÚS GARCÍA
GRANADA
Viernes, 4 de mayo 2018, 10:50
Han pasado ya 20 años desde la edición de Atrapados en azul, el primer disco de Ismael Serrano, un álbum que marcaría un hito en ... la música en castellano. Mañana sábado 5 de mayo (21:00 horas) en el Auditorio Maestro Padilla, el cantautor madrileño presenta en Almería la gira '20 años Hoy es siempre' celebrando ese aniversario, días antes de arrancar su enésimo viaje a Hispanoamérica, en cuyos países le adoran.
–La primera vez que el mundo tuvo constancia de su existencia fue con un texto de Antonio Muñoz Molina y otro de Luis Eduardo Aute... ¡menudos enchufes!
–No conocía a Antonio, le mandé el disco y fue muy generoso. Aute había venido a verme cuando tocaba por los bares... Una noche fue muy emotiva porque terminé una canción y escuche un 'ole' muy reconocible, era Aute, me temblaron la piernas; siempre ha estado muy cerca y muy pendiente, y hemos hecho muchas cosas juntos.
–Recuerdo una crítica a una de sus primeras actuaciones que decía que usted era 'un señor mayor que tenía veinte años'. ¿Otros veinte después sigue igual de joven?
–Creo que era Elliot Murphy el que decía que para ser joven de mayor había que ser viejo de joven. Con 20 años me ponía tremendamente solemne y circunspecto. En fin... Luego aprendes a ser permeable y no tomarte en serio a ti mismo. A esa edad crees que sabes todas las respuestas, y después descubres que lo ignoras todo, te haces más sensible y más sabio.
–¿Sigue ejerciendo de 'hablautor'?
–Me temo que sí, contar historias es lo mío. Me gusta pensar en el recital como un relato en el que se cuentan historias para contextualizar las canciones. Y cada vez me gusta más ese carácter teatral de un concierto. Yo creo que aprendí ese tono en aquellos primeros cafés donde actuaba. No me gusta para mi la imagen de artista lejano, aunque en otros la admire.
–Se lo preguntaba a Sabina hace unos días y me decía que mataría por poder cantar en un bar pequeño sin provocar problemas de orden público... ¿siente lo mismo?
–Yo tengo la suerte de que hay países donde mi carrera está en desarrollo y me toca empezar desde cero, así que esas situaciones las sigo viviendo, y son muy estimulantes porque te ponen a prueba. Me gusta mucho y practico.
–Y ya puestos me ahorro otra pregunta, porque también le decía que están multando a los espacios de música en directo... ¿Por qué siempre la primera en caer es la música?
–Es verdad, porque vivimos en un país que no cuida su patrimonio cultural; sin ser conscientes lo que supone su pérdida, la de nuestras señas de identidad, que no dejan de ser vínculos que nos ayudan a sentirnos menos solos y que crea comunidad, y eso tal vez sea lo peligroso. La música da señas de identidad para nuestra comunidad.
–¿Los cantautores son la nueva 'canción romántica'?
–Quizás como hijos de nuestra generación somos hiperindividualistas. Es verdad que se ha perdido esa ambición de hacerse eco de los sueños colectivos, de ese 'nosotros' que yo creo que es lo que define al cantautor. Da la sensación de que se ha sucumbido a una estética del escapismo o al introspeccionismo mas íntimo, habiendo perdido la capacidad de reconocernos en los otros... Es el tiempo que nos ha tocado vivir.
–¿Esa función de grillo incansable lo hace ahora el rap, o más explícitamente el trap?
–Tal cual. Esos son los géneros que han tenido esa capacidad ya de su nacimiento, en el barrio de la periferia donde la adversidad es mayor y hay una necesidad mayor de establecer vínculos para superarlas.
–En Granada, Manolo García hace años terminó en comisaría por blasfemar en el escenario... 40 años después, un actor por escribir en Twitter exactamente las mismas palabras acaba de ser igualmente denunciado... Usted me dirá...
–Vivimos un retroceso importante en cuanto a libertad de expresión. Estamos asistiendo a condenas y sentencias que ya eran una locura hace treinta años. Hay un empeño en instaurar una cierta autocensura, y otro fenómeno que asusta tiene que ver con los otros cauces de comunicación que se escapan a su entendimiento o control. Donde se dicen cosas que podemos o no compartir pero que difícilmente se pueden convertir en delito.
–Para Madrid se postuló Luis García Montero y Ciudadanos sugiere a Vargas Llosa y Luego está el filósofo Gabilondo... ¡Va a ser la ciudad de las letras y los sabios!
–Oye está bien, no está mal que los intelectuales accedan a la política. A veces es preferible representantes que no pertenezcan a la élite o por lo menos que pisen también la calle. Que sean bienvenidos por supuesto.
–¿Cualquier cosa antes de seguir 'atrapados en el azul'?
–(Sonrisas) Sí, hay canciones que escribí a los 20 años y luego adquieren cierta vigencia... es terrible.
–Ahora es 'su turno gracias': ¿Está preparado para ser contador otra vez de sus historias bonitas a su hija?
–Lo que sí tengo es ganas de seguir y mirando y contarlo en canciones. Sin caer en el ensimismamiento que no me deje ver más allá de la manida zona de confort. Lo de contar.... Como generación no hemos sido muy capaces de construir el relato que contar a nuestros hijos. Yo a mi padre le hacía un reproche sobre el edulcoramiento de lo que me narraba, pero ello sí lo tenían. La generación posterior también creo que lo tiene, y puede que no sepan dar respuestas claras, pero sí tienen las preguntas que hacen todos los días.
–¿Porque no 'todo está en la memoria' como cantaba León Gieco en esa inmensidad de canción?
–La música también es una forma de preservar la memoria, por eso a la canción de autor también se le llamaba canción 'testimonial', porque es una forma de salvaguardar cierta parte de la memoria que no aparece en las crónicas oficiales. Y la memoria es el andamio sobre el que se construye nuestra identidad.
–Se ha volcado en Hispanoamérica, como Serrat y Sabina que son dioses desde Río Grande hasta Ushuaia... Y además veo las actuaciones que empieza ya mismo y va incluso a ciudades medianas y pequeñas, haciendo un trabajo de base, sumando y siguiendo...
–Forma parte del hábito de gira: no solamente ir a las grandes ciudades sino también a las más pequeñas y apartadas. Es esencial en mi oficio ir con la guitarra al hombro esos lugares, de donde recibo grandes satisfacciones. Fruto de ese espíritu quizás venga la relación que tengo con esos países, que es la que es...
–Estos conciertos serán antológicos, ¿no?
–Sí, pero también un homenaje a las personas con las que tengo deudas: canto canciones de Aute, de Sabina, de Silvio, homenajeo a Mercedes Sosa... y luego añado canciones nuevas que hablan de mi estado de ánimo actual.
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