Almería, el mejor destino para ver la lluvia de estrellas de las Perseidas

Desde el Observatorio Astronómico Nacional, dependiente del Instituto Geográfico Nacional (IGN), avisan no obstante de que este año será malo para observar las Perseidas puesto que su máximo se producirá coincidiendo con la luna llena, lo que dificultará la observación de los meteoros. La mejor opción para poder visualizar las Perseidas es, por tanto, alejarse de los núcleos urbanos y acudir a lugares oscuros, con poca contaminación lumínica, como los alrededores de la ciudad o pueblos. También es preferible estar en sitios que cuenten con cierta altura.

Otro factor que hay que tener en cuenta para que este fenómeno se visualice con éxito es que los cielos estén despejados, ya que las nubes dificultarían la visión. Por suerte, en la provincia no hay alerta de precipitaciones lo y las previsiones apuntan a que los cielos estarán totalmente despejados durante la madrugada.

Una vez comprobado el tiempo y accesorios, aunque no hace falta ningún equipo especial, muchos optan por llevar unos prismáticos o telescopio que permiten visualizar cualquier elemento celeste a la perfección. Es hora de ponerse en marcha. Almería cuenta con rincones que permitirán visualizar las 'Lágrimas de San Lorenzo'.

El Desierto de Tabernas es uno de los lugares que ofrecen la posibilidad de ver la lluvia de estrellas alejados de la capital. Este enclave, que ha sido escenario de los rodajes de westerns, brinda las condiciones perfectas para pasar la noche observando el cielo. Aunque hay que tener especial precaución y no acercarse a los poblados, ya que estos dificultarían ver las estrellas.

En la Sierra de Los Filabres se ubica el Observatorio de Calar Alto, que cuenta con el mayor telescopio de Europa continental, posee altura, cielos despejados y es perfecto para la lluvia tan esperada. No es necesario acercarse a las cúpulas, ya que habrá personal trabajando como cada día y la presencia de luces entorpece su labor. Es mejor por la explanada que hay antes de llegar al observatorio, por Gérgal y Aulago, al objeto de evitar ruidos y molestias de los que se acerquen allí a contemplar la lluvia de Perseidas.

Por otro lado, la Sierra de Gádor se extiende 52 kilómetros por la zona Suroccidental de la provincia y, gracias a su altitud, permitirá ofrecer una interacción y vista única de esta lluvia tan perseguida. También la Sierra de María se ha convertido en uno de los espacios naturales que, merced a su altura, permite a los almerienses visualizar los meteoros durante la madrugada.

El Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar es otro enclave para ver las Perseidas, al igual que pueden ser las conocidas calas que se ubican por la costa de la provincia y que son propuestas perfectas, alejadas de los núcleos urbanos, para ver el cielo adornado por estas estrellas fugaces.

Otra de las alternativas es realizar el sendero de la Hidroeléctrica, en Laujar de Andarax. Con una distancia aproximada de seis kilómetros, esta ruta permitirá a los más aventureros adentrarse en un terreno único. El trayecto conduce a los usuarios a una altitud aproximada de 1.140 metros, ofreciendo condiciones de baja contaminación lumínica para contemplar el cielo desde esta ruta. Se realiza en cuatro horas, con dificultad baja, y se postula como una opción suculenta.

Fenómeno anual

Cada vez más, la población espera la lluvia de estrellas de las Perseidas como agua de mayo. Popularmente conocido como 'lágrimas de San Lorenzo' por su proximidad a la festividad del mártir del mismo nombre, se trata de un fenómeno que se originó en el cometa 109P/Swift-Tuttle. Precisamente, su nombre viene derivado porque el cometa 109P/Swift-Tuttle y su estela se encuentran cerca de la constelación de Perseo.

Cada año, a principios de agosto, nuestro planeta cruza la órbita del cometa 109P/Swift-Tuttle, que tiene un período de 133 años y que pasó cerca del Sol por última vez en 1992.

Esta órbita está llena de partículas pequeñas, como granos de arena o menores, que han sido liberadas por el cometa en sus pasos anteriores. Cuando una de estas partículas entra en la atmósfera terrestre a gran velocidad, en concreto, a más de 210.000 kilómetros por hora, la fricción la calienta hasta vaporizarla a gran altura.