El PSOE dirige sus miras al PP tras el paso atrás de Podemos y Ciudadanos

La reunión se celebra después de que Juanma Moreno abriera la puerta al diálogo en el debate de investidura y de que Susana Díaz le respondiera que lo aceptaba. El PP rompió con el PSOE la negociación tras la bronca elección de la Mesa del Parlamento, cuando quedó con un solo miembro, lo mismo que IU (5 diputados). Tampoco agradó mucho al PP que Ferraz le situara junto a Bildu en el listado de partidos con los que no pactaría.

El PP ha puesto sobre la mesa 146 medidas para desencallar la investidura, que Moreno atribuye a la «incapacidad» de Díaz para generar mayorías. Las propuestas son casi todas de su programa electoral: una bajada de los impuestos distinta a la socialista, incluida la supresión del de sucesiones esta legislatura, la publicación de las relaciones de cónyuges y altos cargos con empresas que contratan con la Junta y una comisión de investigación sobre los fondos de formación; la reforma del reglamento de la Cámara para que haya más control del Gobierno y garantizar la ejecución presupuestaria.

Ahora se trata de buscar puntos de encuentro para desbloquear la elección de Díaz. Algo que no parece probable que ocurra este viernes, cuando se produzca la segunda votación. Todos los partidos siguen en el 'no' a la investidura y parece que la situación puede prolongarse semanas. Los peores augurios para el PSOE, los de que Díaz no será investida hasta después de las municipales del 24 de mayo, tienen hoy más posibilidades de cumplirse que hace dos días. Díaz tiene dos meses, es decir hasta la primera semana de julio, para recibir la confianza del Parlamento. Transcurrido este tiempo sin nuevo Gobierno, deberá convocar unas segundas elecciones.

En la votación de mañana solo será necesaria la mayoría relativa. Bastará con que los votos en contra no superen los 47 del PSOE para que Susana Díaz obtenga la confianza de la Cámara. La oposición suma 62. Sería necesario que 16 diputados al menos se abstengan. El PP, con 33 diputados, podría o bien abstenerse todos ellos o prestar al PSOE 16 abstenciones para que saliera la investidura y el resto votar en contra. Por ahora descarta esta opción.

Hasta este martes el PSOE contaba con que Ciudadanos y Podemos, que suman 24 escaños, fueran los artífices de la investidura. El acuerdo casi estaba cerrado con Ciudadanos, después de que acordaran el sábado el llamado pacto anticorrupción y que Díaz incluyera en su discurso en su totalidad. Los dos partidos han dado marcha atrás y han adelantado que volverán a votar 'no'.

Fecha y hora

En Ciudadanos, Albert Rivera primero y Juan Marín después han vuelto al inicio de las conversaciones al exigir «fecha y hora» para que Chaves deje su acta de diputado, algo que no se dijo cuando el pasado viernes anunció el acuerdo anticorrupción. Se entendía entonces que se daba por satisfecho con la renuncia del expresidente de volver a concurrir a las elecciones.

Rivera exige la firma del pacto antes de la investidura y que este incluya el «escollo» de Chaves. Ciudadanos entiende que de otra forma sería difícil explicar a sus bases un acuerdo con el PSOE. La cercanía de las elecciones ha hecho recapacitar a Rivera para marcar distancias. La respuesta del PSOE después de hablar con Ciudadanos a lo largo de la mañana fue notificarles que el pacto se firmará después de la investidura. Los puentes parecen rotos entre ambos partidos.