Los ecologistas, ante el hotel de Genoveses: «No descartamos ir a los tribunales»
Ecologistas en Acción, Amigos del Parque, GEM, Greenpeace, Equo e Izquierda Unida presentan alegaciones al dictamen medioambiental ya que, a su juicio, la Junta no puede autorizar una rehabilitación del cortijo para reconvertirlo al uso turístico porque está en suelo agrícola
Miguel Cárceles
Almería
Lunes, 29 de junio 2020, 13:16
Los ecologistas han anunciado guerra -legal- para evitar que la Junta de Andalucía autorice la reconversión de una cortijada vinculada a la explotación agrícola tradicional ... en un hotel en pleno corazón del Campillo de Genoveses. Y no descartan acudir a los tribunales o, incluso, a la Comisión Europea. Y es que según sus argumentos legales, la Junta no podría autorizar la rehabilitación de la cortijada de Chiqueras -propiedad del Grupo Playas y Cortijos, que gestiona el negocio turístico de la familia Torres y González Díaz- para su uso turístico por la propia calificación del suelo.
En declaraciones a los medios, Enrique Ruiz, abogado de los colectivos ecologistas, ha mencionado que el Cortijo Chiqueras se asienta sobre unos terrenos que están considerados en el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN, máxima herramienta urbanística del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar) como zona C1. Es un tipo de calificación «destinada a cultivo tradicional». Y por lo tanto, ha indicado, «no se pueden autorizar rehabilitaciones de edificios que estén destinadas a darles un fin que no esté estipulado en su uso originario».
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«La Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Níjar pretenden catalogar la zona como un proyecto de interés social público alegando que este proyecto va a beneficiar a los intereses locales y generales promocionando un tipo de turismo que nosotros rechazamos», ha defendido Ruiz, alegando que más allá de la califiación del suelo, el proyecto colisionaría «gravemente» con el Plan de Movilidad del Parque Natural.
Cabe recordar que uno de los condicionantes más férreos para visitar el espacio protegido reside en la limitación de entrada de vehículos a la zona de Genoveses, Barronal y Mónsul: la joya de la corona del parque. En verano -fecha de máxima afluencia- el estricto conteo de vehículos limita el deterioro del espacio por la circulación interna y se dota de servicio de bus para reducir los viajes por dicho paraje. Además, este año se ha prohibido la pernoctación de autocaravanas en el espacio precisamente para limitar el impacto en la zona.
«Si fuera una zona de interior o cerca de un núcleo urbano no habría ningún problema. Pero estamos hablando de una zona virgen. Donde quieren hacerlo ahora mismo hay un centro de interpretación sobre el hilado, que es lo que debe haber», ha referido el lerado de los ecologistas.
A juicio de Ruiz, esta actuación va conexa a un incremento de la actividad turística y comercial que se cierne justamente sobre el espacio más protegido de todo el parque. De hecho, ha recordado que «a la entrada» al paraje, hay proyectada «una zona comercial». «Y ahora, un hotel. ¿Qué será lo próximo?», ha cuestionado. «Es un precedente inaudito. La playa de Genoveses está bien como está. Fomentemos mejoras en la gestión del espacio natural y fomentemos el turismo en el entorno urbano: San José, Las Negras. Que hay sitio y gente que quiere invertir para hacer hoteles», ha defendido.
Los ecologistas (en la iniciativa están representados Ecologistas en Acción, Amigos del Parque, GEM, Greenpeace, Equo e Izquierda Unida) no descartan acudir a los tribunales tras las alegaciones. Pero además han mencionado una vía alternativa, la de la Comisión Europea. Y es que, a juicio de los conservacionistas, la autorización de un cambio de uso en ese paraje contravendriá los acuerdos de la Red Natura 2000 y, por lo tanto, otorgaría margen a las instituciones comunitarias para revertir las decisiones autonómicas.
El proyecto actual es una versión recortada de uno cuyo expediente se inició en el año 2016. Entonces -bajo gobierno socialista en la Junta de Andalucía- el plan quedó aparcado durante el proceso de alegaciones. Dicho plan preveía la ampliación del complejo con un nuevo edificio y nuevos aparcamientos. La Junta instó a los promotores a revertir esos elementos que, a su juicio, no casaban con la elevada protección del paraje, uno de los más señeros del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. Los ecologistas advierten de que de abrir, el propio hotel implicaría un incremento de la presencia antrópica en un espacio que ya vive la presión turística de forma voluptuosa, especialmente en verano.
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