Apdha señala una «grave responsabilidad institucional» tras la muerte de un migrante electrocutado en Níjar
Las condiciones extremas en las que viven los trabajadores y temporeros, consideran, «están en el origen de esta muerte y de otras que se han producido por circunstancias similares»
M. T.
Níjar
Miércoles, 2 de julio 2025, 12:20
La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (Apdha) ha mostrado su «profundo pesar» por «la muerte evitable» de un trabajador migrante de 34 años y ... residente en el asentamiento de infraviviendas de Atochares, ubicado en el municipio de Níjar. La víctima, que falleció electrocutada, fue localizada tras permanecer varios días desaparecido.
La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía denuncia que tras estos hechos «se esconde una grave responsabilidad institucional», ya que, a pesar de tener conocimiento de estas situaciones, las administraciones parecen permanecer pasivas, «permitiendo que la precariedad y la vulnerabilidad de estos trabajadores sigan siendo la norma»
La entidad recuerda que «la situación extrema en la que viven miles de trabajadores migrantes, cuya mano de obra es imprescindible para la industria agroalimentaria de Almería, es de sobra conocida por los ayuntamientos, por la Junta de Andalucía y por el Gobierno central». A pesar de ello, como señala la entidad, «lo único que las administraciones públicas hacen al respecto es invisibilizar esta dramática situación y anunciar medidas cosméticas que, hasta el momento, no se traducen en una mejora de las condiciones de vida del colectivo».
Es más, tal y como apunta Apdha, «hay políticos que aprovechan toda suerte de tragedias para alentar el odio contra un colectivo vulnerable como es el de las personas migrantes».
APDHA señala que «hace ya más de dos décadas que miles de personas viven en condiciones de semiesclavitud» en Almería y, además, Huelva, ante «la desidia de las administraciones y la voracidad y el egoísmo de quienes explotan sin miramientos a estas personas». La entidad andaluza explica que «los trabajadores migrantes de la industria agroalimentaria de Almería y Huelva viven en chabolas construidas con materiales desechables, sin suministro eléctrico, sin acceso al agua potable y con el miedo permanente a ser víctimas de incendios accidentales o provocados«. Y, mientras esto sucede, »las administraciones públicas y las personas que los emplean en sus explotaciones agrícolas no cumplen con su obligación de garantizarles un alojamiento digno y seguro«.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión