«La Justicia no existe porque los asesinos de mi hijo siguen en libertad»
La familia de Bru, asesinado en Gérgal en 2008, vuelve a escribir al Defensor del Pueblo Andaluz ante la dilatación del proceso judicial
Fran Gavilán
Miércoles, 2 de noviembre 2016, 00:58
Desidia, tristeza, incomprensión, rabia... Son muchos sentimientos los que persiguen día a día, hora a hora, minuto a minuto a José Bru y a su ... esposa, Puri. Ellos son los padres de José Ángel Bru, vecino de Almería y de 33 años, cuyo cuerpo sin vida fue hallado completamente calcinado y con un impacto de bala el 17 de julio de 2008 por la Guardia Civil junto a una vía de servicio de la A-92, a la altura de Gérgal.
Casi nueve años después, «los responsables de la muerte de mi hijo están en la calle». Y es que los miembros del clan de 'Los Culebros' que fueron condenados el pasado mes de julio por el rapto y asesinato de Bru, permanecen en libertad provisional hasta que el Tribunal Supremo no resuelva el recurso de casación interpuesto por la defensa de los penados contra el fallo de la Audiencia Provincial.
«He preguntado por qué no se ha resuelto el recurso tras más de tres meses desde que salió la sentencia. No entiendo como se puede dilatar en el tiempo ante un caso tan grave de asesinato y que los responsables del asesinato de mi hijo sigan en libertad tras esperar más de ocho años a que se haga Justicia». Así lo indicó a este periódico José Bru, quien el pasado miércoles decidió enviar una nueva carta al defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu.
«Necesitamos una respuesta y nadie está dispuesto a dárnosla. No es normal que los procedimientos judiciales se alarguen tanto», sostuvo el padre del joven asesinado, quien ya se ha puesto en contacto con el defensor andaluz en diversas ocasiones para pedirle apoyo.
Cabe recordar que la Sección Segunda de la Audiencia Provincial condenó a principios de julio a sendas penas de 23 años y un mes de prisión a dos miembros del clan conocido como 'Los Culebros' acusados de secuestrar, matar de un disparo y quemar a José Ángel Bru en el año 2008, delitos de los que absuelve a otros encausados, si bien condena a otros dos miembros de este clan por delitos contra la salud pública y, en uno de los casos, tenencia de explosivos.
No obstante, los acusados permanecen en libertad provisional tras la decisión adoptada en una comparecencia en la que la familia de Bru solicitó prisión preventiva para los cuatro condenados en el caso de la muerte de su hijo.
«Muy decepcionados»
«Estamos muy decepcionados por todo el proceso judicial, ya no sólo porque no han permitido declarar a varios testigos claves, sino porque los asesinos de mi hijo siguen en la calle». Así lo señaló a este periódico José Bru, quien indicó que toda la familia «está destrozada» al ver que algunos acusados «no han sido condenados a pesar de que hay pruebas suficientes que los involucran», lamentó.
Tal y como reza el fallo de la Audiencia, entre febrero y marzo de 2008, J. B. L. L., y sus sobrinos J. A. S. L. y R. S. L., organizaron junto a la víctima una operación con ciudadanos marroquíes para trasladar a la península un cargamento de hachís procedente de Marruecos. Una vez introducida en España, la droga fue sustraída entre mayo y junio de ese año por una persona no identificada, aunque J. B. L. L. y su sobrino R. S. L. llegaron a la conclusión de que había sido robada por José Ángel Bru, por lo que decidieron obligarle por la fuerza a devolverles el hachís.
A primera hora del 17 de julio, J. B. L. L. y R. S. L., junto otras personas no identificadas, se apostaron en las inmediaciones del acceso a la vivienda de la víctima en Viator, y cuando llegó en un vehículo de su empresa, lo abordaron y lo llevaron a un lugar no determinado entre Níjar y Campohermoso. Allí lo tuvieron hasta pasada la medianoche «interrogándole, golpeándole y maltratándole físicamente», según la sentencia, para que les dijese dónde estaba la droga. Como no lograron su objetivo, uno de los captores le disparó al corazón con un arma de fuego, con el acuerdo de J. B. L. L. y R. S. L., lo que le provocó la muerte.
A continuación trasladaron el cadáver hasta una vía de servicio de la autovía A-92 en Gérgal, donde dejaron el cuerpo en el vehículo del fallecido, al que prendieron fuego y quedó totalmente calcinado.
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