Un viaje de esperanza para encontrarse con Dios

En concreto, han sido más de 250 jóvenes almerienses los que han partido a vivir la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Lisboa que está teniendo lugar entre los días 1 y 6 de agosto y que se trata de «una llamada al amor de Cristo, a la conversión personal y a la comunión entre distintas parroquias, movimientos y realidades diocesanas».

Almería se está dejando notar en esta cita multitudinaria, y jóvenes como José Juan Benavides han señalado que ha decidido realizar este viaje a la JMJ para «conocer a Cristo a través de nuevas personas». El almeriense asegura estar disfrutando «de esta experiencia tan gratificante». A sus espaldas, Benavides escucha una eucaristía en la Colina del Encuentro con el resto de españoles arropando al Papa Francisco.

Ana es otra de las chicas que también ha hecho la maleta para abrazar a Dios mediante la Jornada Mundial de la Juventud. Forma parte del grupo Renovación Carismática en Almería y desvela que este encuentro es una oportunidad para «curar las heridas que solo Dios puede sanar».

La almeriense apostilla que llevaba un tiempo «sin ganas de ponerme en la presencia de Dios, de rezar o leer la Biblia». Un cambio vinculado a que, desde hace algunos meses, se abrieron «heridas en mi corazón» y se dio cuenta de que no podía «sanar por mí misma y tuve dejar que Dios las sanara».

Su grupo, Renovación Carismática, le impulsó a lanzarse a la aventura. «Le dan mucha importancia al Espíritu Santo, lo necesitaba, hice del espíritu el centro de mi vida, alabar a Dios independientemente de las circunstancias. En lugar de tanto pedir hay que dar gracias al Señor en los momentos de dolor», afirma.

Un millón de personas

Desde Lisboa está viviendo unos días «con muchísima ilusión» porque es consciente de que va «a conocer a tantas personas que comparten mi fe y mis valores, así que abro mi corazón para lo que Dios quiera mandar en mi vida, para los planes que él tenga para mí, que es lo que busco con mi estancia en la Jornada Mundial de la Juventud».

Música, bailes y oraciones, la Jornada Mundial de la Juventud es «el más bello invento» del Papa Juan Pablo II. Su primer registro fue el domingo de Ramos del 1986 y, desde entonces, ha logrado reunir a miles de jóvenes del mundo entero.

El obispo de Almería, Antonio Gómez Cantero, también ha viajado a Lisboa para informar de que los almerienses «estamos reunidos y compartiendo momentos con gente de otros países y culturas». En total, un millón de personas de 151 países han llegado desde el 1 al 6 de agosto a la capital portuguesa. «Están muy contentos por la experiencia que están teniendo», detalla, pero, eso sí, «muy cansados porque andan muchas horas, comen medianamente y duermen en el suelo».

Aun así, Gómez Cantero desvela que «están felices, el Papa Francisco ya se encuentra en Lisboa, nosotros esperamos verlo con el encuentro de los jóvenes y en la eucaristía final». Tampoco se olvida de las personas «que se han quedado en Almería. Rezad por nosotros, estamos muy felices de estar con tanto joven de diferentes países», asevera.

La felicidad se palpa en cada vídeo e imagen que retransmiten desde la Diócesis de Almería y, en una piña grupal, los más de 250 jóvenes escuchan al delegado almeriense: «No sé que razones tuvisteis para venir, pero venimos a celebrar la vida». Así, subraya que «no se puede vivir preocupados por los errores y tropiezos, tenemos el deber sagrado de ser felices haciendo felices a los demás, hay que vivir cada noche como si fuera la última y cada día, como el primero».

Buscar esperanza e ilusión

Justo antes de hacer las mochilas para viajar al acontecimiento de Lisboa, José Aliaga participó en el encuentro de los jóvenes de Estoril. Almería también formó parte de esta actividad. «Como otro joven más de la Diócesis, venimos al encuentro con Cristo, una oportunidad de reunión con jóvenes creyentes del mundo». Enviado por la Diócesis de Almería, alenta que «nos acordamos mucho de Almería y era necesario venir y encontrar la esperanza e ilusión que le falta al mundo».

Este evento, que pretende proporcionar a los jóvenes «una experiencia de Iglesia universal, fomentando el encuentro personal con Jesucristo», cuenta con la presencia del Papa Francisco que, desde el 2 de agosto, está en Portugal y hoy, día 4, confesará a algunos jóvenes partícipes. El domingo clausurará la JMJ con una misa de hermandad.