IKEA lleva a media Almería a su inauguración

Así era patente en la enorme nave que, de aquí en adelante, acogerá a todos aquellos que busquen un mueble o accesorio para su hogar. El ansia por ser el primero en llegar se notó desde primera hora de la madrugada, con desplazados que, como si se tratara de un festival, aguardaban en la fila a la espera de la apertura oficial de la tienda a las 10.

Ya por la mañana, esta se extendía a lo largo de decenas de metros. Pero, a pocos instantes de cortar la cinta roja para oficializar la conquista sueca del primer tramo de la Rambla Belén, la cola daba ya dos vueltas y media, llegando inclusive a la gasolinera Repsol que se encuentra junto a la tienda.

Una cola llena de fieles clientes con la fervientes de visitar lo que hace pocos años parecía una utopía, que finalmente llegara el Ikea a Almería para evitar los incómodos desplazamientos hacia Murcia o Málaga. Porque, no nos engañemos, la cadena sueca tiene una legión de seguidores a los que no les importa desplazarse cientos de kilómetros para llevarse su mueble predilecto a casa.

Por ello, el calor, el sudor, las colas y el madrugón, no iban a evitar que miles de personas se agolparan a la entrada de la tienda con la ilusión de conseguir algún que otro cupón de descuento, llevarse algo de paso y perderse por sus extensas galerías bajo la fresca del aire acondicionado. A su entrada, un enorme recibimiento del personal a ritmo de música de Cold Play y toneladas de confeti de color amarillo y azul.