Enjuto, tímido y trabajador: así es Óscar Liria
El fienés creció políticamente bajo las alas de Rodrigo Sánchez, alcalde de Fines, su tío, de mano de quien llegó a la Diputación Provincial
Miguel Cárceles
Almería
Sábado, 19 de junio 2021, 22:17
La sorpresa fue máxima. Los teléfonos echaban humo. Sus compañeros de partido se 'wasapeaban' sorprendidos. Alguno se levantaba de sus reuniones y quehaceres diarios. «Un ... segundo, debo hacer una llamada». La noticia les estallaba en los teléfonos inteligentes a mediodía del martes. «¿Óscar?No puede ser». Un aspecto monaguillesco, casi claustral, una timidez extrema («es difícil hacerle una entrevista», narra un periodista curtido en batallas; «las respuestas había que sacárselas con pinzas», resume). Todo en su carácter es antitético al de quien se imagina uno en un problema de este calibre. Nadie esperaba que se le pudieran achacar, presumir o investigar comportamientos de ese tipo. «Que se le acuse de recibir mordidas es ya de por sí sorprendente. Que sea en un contrato de mascarillas causa estupor», dice un histórico militante popular al ser cuestionado al respecto. «Hay políticos de los que no te sorprendería algo así. Pero ¿Óscar? Qué va. Nadie se lo podría llegar ni a imaginar. Estamos noqueados, sorprendidos. No nos lo creemos», admite otro histórico del centroderecha almerienses, entre sus más cercanos colaboradores en tareas de gobierno en la Diputación Provincial de Almería.
Graduado en Ciencias Empresariales por la Universidad de Almería en 2011, Liria, fienés, sobrino de uno de los alcaldes históricos del Almanzora, Rodrigo Sánchez, es un hombre enjuto, de poco volumen. Una cualidad que le acompaña a su carácter callado, taciturno, discreto. Casi invisible. Un peón perfecto para un rol secundario en una organización jerarquizada como el PP. Muy lejos del protagonismo –involuntario– de los últimos días.
Crecido en la guardería política de Nuevas Generaciones y bajo las alas del alcalde Sánchez, que le hizo concejal en 2011 –el año en el que acabó sus estudios– llegó y besó el santo. Pasó de llevar mochila al campus a coger el escaño en el Palacio Provincial. Desde entonces su vida ha sido la política. Ahí cuajaron sus relaciones sociales y se fraguaron sus éxitos personales.
«Es un chaval muy trabajador.Siempre al teléfono, siempre reunido o siempre de viaje. No había agenda porque estaba todas las horas del reloj llenas de tareas», relata un concejal socialista que le ha tratado en los últimos diez años, primero en Agricultura y recientemente en Fomento. Incluso al ala izquierda del Palacio Provincial se echan las manos a la cabeza al leer lo que la Guardia Civil ha destapado en su investigación. «Es que es incluso algo pusilánime, baja la mirada al hablar contigo. Increíble».
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