Juan Antonio Criado, agricultor
Juan Antonio Criado ha decidido dejar su trabajo en Banca y aceptar el reto del relevo generacional, tomando las riendas de la explotación familiar al frente de la que esta es su primera campaña
Inmaculada Acién
Almería
Domingo, 14 de abril 2024, 19:07
La incertidumbre sobre el futuro del sector hortofrutícola es uno de los principales factores que se convierten en freno para muchos jóvenes ante la posibilidad ... de optar por acceder desde el punto de vista empresarial al campo. Una incertidumbre que comparte Juan Antonio Criado, pero que en su caso no fue óbice para tomar la decisión de continuar con el legado familiar.
Estudió Administración yDirección de Empresas en la Universidad de Almería, comenzó a trabajar en Banca. Sin embargo, hace un par de años decidió darle un giro a su vida, cuando su padre le planteó que tomara el relevo al frente de la explotación familiar. Una profesión que llevaba en las venas, puesto que es hijo y nieto de agricultores.
Esta es la primera campaña para Juan Antonio Criado, quien afirma que no lo dudó. «Fue algo que tenía claro, que en un futuro quería continuar con el legado familiar. De pequeño ya jugaba por el invernadero, porque mis padres trabajaban los dos y en la agricultura se echan muchas horas, más cuando eres dueño de una explotación. Muchas veces al salir del colegio estaba allí con ellos», recuerda.
Ahora, antes de iniciarse como empresario agrícola, se apoyó en las formaciones que ofrece el IFAPA. «Estuve seis meses haciendo cursos, llegué a hacer ocho cursos en total y entre ellos también el de aplicador de plaguicidas, y sigo formándome porque hay muchas jornadas a las que me acojo. Este mes, por ejemplo, he estado en una jornada de innovación en agricultura ecológica», explica.
Su primer año como empresario agricultor, que se cumplirá en unos meses, ha sido intenso. «Parece que he empezado en un año de muchos cambios, con todo lo que estamos viviendo de las movilizaciones, Agenda 2030, las reformas. Hay un poco de incertidumbre con el futuro, pero, al final, como jóvenes intentamos avanzar con entusiasmo, pero vamos a ver lo que se apuesta por nosotros y lo que podemos avanzar», reflexiona.
En su caso es uno de los jóvenes afortunados que ha podido acceder a las Ayudas a Jóvenes Agricultores por relevo generacional. «La solicité hace un par de años, aunque tenía claro que me la aprobasen o no, tenía que empezar con la explotación. Por suerte la he recibido y es una forma de incentivar a que los jóvenes emprendan», afirma Criado, quien incide en que pese a que sus padres se han dedicado a la agricultura toda la vida, él siempre había visto el sector desde fuera desde el punto de vista económico. «Cuando estás dentro ves los costes de todo, los riesgos que tienes que asumir hasta recuperar la inversión inicial, con esta ayuda casi cubres gastos y es un incentivo muy importante» insiste.
Incorporación de jóvenes
Por otra parte, Juan Antonio Criado está siendo testigo de cómo en su propio entorno muchas explotaciones están pasando a agricultores más veteranos, ante la ausencia de relevo generacional. «Creo que es por la incertidumbre de no saber qué va a pasar con el futuro del sector y sentirnos un poco desprotegidos a largo plazo», explica, al tiempo que añade que «cuando te dedicas a la agricultura tienes que tener claro que cuando lleves cinco o diez años dentro del sector, si esto falla, con 40 o 45 años a qué te dedicas y ese miedo lo veo en mi entorno. La gente no tiene claro hasta cuando este sector va a continuar siendo rentable o hasta cuándo te vas a poder ganar la vida dignamente».
De hecho, confiesa que él mismo, a día de hoy, sigue planteándose su futuro. «Por eso están tan activas las movilizaciones y yo participo de ellas, porque necesitamos que alguien nos diga: «tranquilos, que se va a seguir apostando por el campo».
Este año lleva la explotación familiar ya solo, casi dos hectáreas, pero sigue teniendo al maestro al lado para resolver todas las dudas. La experiencia de su padre es algo fundamental, como también el apoyo de los técnicos de campo de CASI, que es la cooperativa con la que trabaja. Y siendo de CASI y teniendo la explotación en Níjar, no es de extrañar que sea el tomate su cultivo principal. «Hubo unos años que probamos el calabacín, pero hemos vuelto a nuestros orígenes que es el tomate, que es lo que mejor entendemos y lo que mejor se nos da». Una vuelta al tomate pese a la amenaza del virus del rugoso. «Es cierto que llevamos el tema con miedo, sobre todo al principio, cuando había poca información al respecto, pero al final tomas todas las medidas preventivas y replicas un poco lo que vivimos con la covid, con las batas, la desinfección y todas las medidas de higiene necesarias que ya entonces aplicábamos para las personas. Por suerte no nos ha tocado, pero es algo peligroso y hemos visto vecinos que han tenido que arrancar plantaciones enteras con el coste que supone. Es dramático», reconoce.
Burocracia
Pese a que por su formación está acostumbrado a tareas administrativas, Juan Antonio Criado señala que cada día el agricultor tiene que dedicarle mucho tiempo a temas administrativos. «Es cierto que yo que soy más joven y acostumbrado a nuevas tecnologías, por lo que soy un poco más ágil, pero si mi padre tuviera que hacer todo lo que yo hago, tendría un problema, porque ahora mismo no es muy accesible, cada vez es más engorroso y nos piden cosas que en la agricultura intensiva es imposible», apunta.
Retos del sector
Dos son principalmente los retos de futuro que Juan Antonio Criado ve en el sector hortofrutícola. «El primer reto que le veo a la agricultura en Europa y con una perspectiva amplia es la competitividad. Creo que estamos perdiendo competitividad con terceros países, bien sea por los costes asociados a mano de obra o costes de explotación en un país u otro, pero creo que estamos indefensos», afirma, al tiempo que insiste en que «hay mucha burocracia regulatoria, pero no veo que las administraciones protejan el producto europeo, la soberanía alimentaria y que todos produzcamos en situaciones justas».
Otro reto es la conversión al ecológico. «Creo que por una razón u otra casi todo el mundo va a tener que hacer producción ecológica y eso es un reto en cuestión de control de plagas, conocimiento de nuevas técnicas y que las empresas apuesten por la innovación en el ecológico y nos den más facilidades o podamos tener métodos más efectivos en ese sentido», hace hincapié.
Un reto que el ya se plantea asumir a medio plazo y para lo que reconoce que se está formando. «Yo ahora mismo produzco en convencional, pero la idea es pasarme en un futuro a ecológico. Viendo el camino que lleva el campo y lo que nos dicen las administraciones, pienso que sí o sí esa terminará siendo la única opción», subraya.
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