Perfil
Ana Martínez: El alma detrás de las floresEstudió empresariales pero le conquistaron las flores y ahora regenta la empresa familiar dedicada a flores y plantas ornamentales
Rosenda Mirón
Almería
Jueves, 30 de enero 2025, 13:00
Ana Martínez está al frente de la emporesa familiar que fundaron sus padres en los años 70 desde el año 2000. Empezaron con una pequeña floristería y la venta ambulante de plantas y flores en mercadillos. Su padre, equipado con una furgoneta prestada por su abuelo, inició lo que sería toda una trayectoria empresarial que hoy incluye la exportación internacional y la sostenibilidad como valores clave.
«Yo he crecido detrás de un mostrador», cuenta Ana. En un principio no veía su futuro ligado al negocio familiar, y cuenta que como todos los adolescentes, renegaba del trabajo que hacían sus padres. Sin embargo, después de estudiar Empresariales y comenzar a trabajar en la oficina, decidió volver detrás mostrador, donde dice haberse criado, haber crecido. Fue entonces cuando decidió formarse como florista para poder desempeñar de una forma profesional la que en el fondo sería su pasión, y así complementar sus conocimientos en gestión empresarial.
La empresa comenzó a expandirse a principio de los años 80, un momento marcado por la crisis económica que vivió España allá por el 82. «Mis padres empezaron con una pequeña floristería, pero en los años 80 tuvimos que reinventarnos», recuerda Ana. Esa reinvención vino de la mano de una apuesta por la producción propia. «Nos convertimos en productores, y eso nos permitió no solo vender al por menor, sino también al por mayor. Ahora exportamos a países como Holanda, Alemania, Francia y Dubái».
Esta decisión marcó un punto de inflexión decisivo. Cultivan plantas, pero la flor cortada la escogen de los países que mejor la producen: Los claveles de Colombia y las rosas de Ecuador, por ejemplo. Siempre seleccionan el país que produce la mejor flor para ofrecer la máxima calidad.
Ana habla de cómo las modas influyen en su sector. «Ahora mismo está de moda integrar frutas y hortalizas en las decoraciones florales. Es precioso, pero también un reto», asegura. Además, destaca la importancia de estar siempre actualizada en cuanto a tendencias internacionales, como las que se presentan en ferias especializadas en Holanda. «Aunque ya hemos visto máquinas que hacen ramos de flores, nuestro trabajo sigue siendo muy artesanal. La robotización todavía no puede sustituir el toque humano, el aporte creativo y personalizado no lo puede aportar un robot».
Ana y sus dos hermanos, cada uno con responsabilidades bien definidas llevan las riendas de la empresa, aunque sus padres, ya jubilados, siguen aportando consejos y opiniones. «La empresa sigue siendo su bebé», desliza Ana con cariño.
Entre las lecciones más valiosas que le han transmitido sus padres, destaca la de la constancia. «Siempre hay que estar ahí. Cuando éramos adolescentes, si llegábamos una noche de fiesta a las tantas nos hacían madrugar y trabajar igual. Nos han inculcado que si estábamos para una cosa también debemos estar para trabajar».
El clima de Almería, ideal para el cultivo tanto de hortalizas como de ornamentales, ha convertido a la provincia en un punto clave para la producción de flores y plantas. «Tenemos muchos viveros, y eso también atrae a clientes europeos que buscan calidad», explica Ana, a quien la competencia no le molesta nada: «Es muy sano que haya competencia, porque te estimula a ser mejor, a seguir creciendo, a no estancarte». Para ella lo más gratificante de su trabajo es la capacidad de crear belleza. «Hacer una decoración floral preciosa o montar un arco de flores de cuatro metros para una boda es algo increíble. Puede ser un trabajo muy caótico, pero cuando ves el resultado, te llena de orgullo». Además, disfruta de los momentos de calma en el vivero, especialmente en primavera, cuando el aroma de los naranjos en flor llena el aire. «Aprovecho para pasear sola entre las plantas y tomarme un café. Es un momento mágico».
La adaptación a las nuevas necesidades tiene que ser compatible con la calidad; por ejemplo la venta online se centra en el mercado mayorista. «Enviamos flores a domicilio pero solo en un perímetro cercano a nosotros, el suficiente para tener la seguridad de que el envío va a llegar en perfectas condiciones.», explica Ana. A lo largo de los años, Ana ha trabajado para clientes de alto perfil, incluyendo a la Casa Real española y a la familia real belga. «Una vez enviamos un ramo gigante de rosas para David Bisbal, era tan grande que el repartidor apenas se veía detrás de él», recuerda Ana con humor. También recuerda con especial orgullo un ramo que prepararon para entregar a Diana de Gales. Aunque estas experiencias son bonitas y tienen algo especial, reconoce que para ella lo más importante es el día a día y la satisfacción de sus clientes.
Un ejemplo de la combinación entre creatividad y amor por lo artesanal sin olvidar la innovación es la clave de Ana Martínez para mantener viva la esencia de la empresa familiar que regenta. Con su pasión por las flores -que transmite en cada frase de forma contagiosa- y su compromiso con la calidad, su reino de flores y plantas sigue creciendo, llevando un pedacito de Almería a rincones de todo el mundo.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.