Cárcel y un año sin su hijo para una madre por un tortazo y un agarrón
La sentencia considera que fue una agresión en toda regla, más allá del derecho paterno a corregir al menor
JUAN ESTEBAN POVEDA
Jueves, 4 de diciembre 2008, 10:53
Una mujer de 37 años ha sido condenada a 45 días de prisión (no tendrá que ingresar al no tener antecedentes) y prohibición de ... aproximarse a 500 metros de su hijo durante un año y 45 días como autora de un delito de maltrato contra el menor. Según el relato de hechos probados de la sentencia del Penal 3 de Jaén, la mujer le recriminó al menor (que tenía entonces diez años) que no había hecho los deberes. El chaval respondió tirándole una zapatilla. Después salió corriendo y se encerró en el cuarto de baño. La madre fue tras él y logró abrir la puerta. El chaval cayó al suelo. La madre lo levantó «agarrándolo del cuello dándole seguidamente cuando se hallaba sobre el lavabo un tortazo por detrás de la cabeza, lo que hizo que se golpeara la nariz y sangrara».
La sentencia considera «acreditado que la acusada cometió un acto de agresión contra su hijo». Se cumplen «todos los requisitos de maltrato, aun cuando hubiese sido la única agresión cometida». La magistrada atiende a las circunstancias en las que se produjo el hecho, y considera el «carácter difícil y desobediente del menor respecto a las tareas del colegio -un informe de la Guardia Civil y la declaración de un profesor y el padre así lo acreditan- y la situación de nerviosismo que se produjo en la madre al comprobar que la había engañado y no había hecho los deberes, así como el comportamiento previo del menor de tirarle una zapatilla y correr a encerrarse en el baño, que sirvió de detonante de la agresión». No es que quisiera hacerle daño, pero la madre «tuvo que prever las consecuencias lesivas, y sin embargo las asumió y actuó», dice la magistrada.
La acusada, recuerda la magistrada, admitió los hechos «incluso de una manera más inculpatoria para ella que en la instrucción», donde indicó que quiso darle un azote y como él se revolvía le echó mano al cuello. No se considera que declarar a través de un interprete de lengua de signos (es sordomuda) le haya perjudicado. El menor, por su parte, ejerció su derecho a no declarar.
Agresión o corrección
Una vez que se considera probada la agresión, «el único debate que se plantea» es el de si la madre ejerció su derecho a corregir a su hijo y si éste disculpa a la acusada. El Código Civil atribuía a los padres la potestad de corregir «razonable y moderadamente». El pasado 28 de diciembre esta potestad fue suprimida del ordenamiento jurídico español. Aunque los hechos que se juzgan son de 6 de octubre de 2006, cuando aún estaba en vigor. La magistrada recuerda que el Código Penal ha ido exacerbando la protección en el ámbito familiar hasta llegar en 2004 a elevar a categoría de delito lo que antes era falta, y que abundante jurisprudencia aboga por la proscripción de los malos tratos de los padres a los hijos al amparo del derecho de corrección. Para el caso concreto que se juzga, la magistrada sentencia que se produjo «una agresión física, dos actos de agresión de cierta intensidad que produjeron lesiones», que «no puede considerarse comprendida» dentro del concepto del derecho a corrección de los padres respecto a los hijos.
La defensa de la madre ya ha anunciado que habrá recurso. En el juicio, celebrado el 24 de noviembre pasado, el letrado ya indicó que una condena penal para un caso así sería desproporcionada y que incluir medidas de alejamiento sería producir un mal mayor que el que se pretende reparar, pues aleja del seno familiar a un niño que convive con absoluta normalidad con sus padres. De hecho, cumplir rigurosamente 500 metros de alejamiento en un pueblo pequeño, como es el de la familia afectada, supone en la práctica que uno de los dos, madre o hijo, tengan que dejar de vivir allí.
El caso llegó a manos de la Justicia cuando el tutor del niño le vio rastros de sangre en la nariz y le preguntó qué le había pasado. El chico respondió que su madre le había agarrado del cuello y le había dado un bofetón. Le vieron también el morado. Y lo llevaron al centro de salud.
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