Vuelve el Almería

Estaba costando digerir que no se consiguiera ganar durante cinco jornadas consecutivas mientras que los rivales directos, la SD Eibar, el Real Valladolid e incluso el CD Tenerife, estaban limando por completo la holgada ventaja que el equipo de Rubi les había ganado por méritos propios cuando había tenido a plantilla en plenitud de condiciones.

En un gesto que le honra, antes del partido contra el Ibiza, el entrenador de la UD Almería expresó su sentimiento de deuda con la afición por no haber podido ayudar al equipo como le hubiera gustado en los momentos de más dificultad. «Aprovecho para hacerme autocrítica. Ha sido un mes muy duro, en todos los sentidos, pero solo hemos conseguido un punto de quince. Y me siento triste por nuestra aportación como técnico, porque hay que intentar que se vea más botín cuando las cosas no vienen de cara. Entonces, estoy con ganas de reivindicarme...».

Francamente, me pareció el mayor ejercicio de honradez profesional y vergüenza torera en una situación de tanta adversidad, cuando en el entorno se empezaban a percibir las primeras dudas y en vísperas de enfrentarse al Ibiza de Paco Jémez, que llegaba con los mejores números de 2022. Ese gesto no debería pasar inadvertido para los buenos aficionados.

La Liga SmartBank es tan competida y exigente que conseguir el ascenso costará 'sangre, sudor y lágrimas'. Pero me reafirmo, porque así lo creo, que estamos en las mejores manos. La de un técnico que ya ha demostrado con creces que, cuando ha podido contar con todos sus efectivos, le ha sacado a la plantilla un excelente rendimiento.

Ante el Ibiza volvió ese Almería. Se despertó el león dormido. Y Paco Jémez lo comprobó de primera mano cuando vio como su Ibiza, que había marcado 15 goles en cuatro partidos, no tuvo opción de rematar ni un solo balón a puerta. ¿Cómo no vamos a confiar en este equipo? El 'látigo de Kaduna', Sadiq Umar, era la pieza que necesitaba encajar Rubi para engranar de nuevo el fútbol de la UDA. En su ausencia había intentado otras fórmulas, el equipo generaba juego y llegaba al área, pero la falta de contundencia en las áreas le acabó penalizando. Y es que no es lo mismo tener o no tener al nigeriano. Marca diferencias en la categoría y sus prestaciones individuales y colectivas van más allá de las estadísticas.

Nunca he pretendido disuadir a los que aún cuestionan la importancia decisiva de un jugador como Sadiq ¡Qué golazo! Más allá de su apariencia desgarbada hay un futbolista resolutivo en el área, que intimida a los rivales y mejora de forma exponencial el rendimiento y la confianza de sus propios compañeros. Y no cabe duda de que gran parte de su progresión se la debe al entrenador y al cuerpo técnico que han sabido moldear sus cualidades en favor del equipo.

El incontestable triunfo ante el Ibiza ha servido para tranquilizar los ánimos, tomar oxígeno y seguir confiando en el buen trabajo que se viene haciendo para que los buenos resultados vuelvan a tener continuidad. Y como en el fútbol siempre hay una evidente carga emocional y sentimental, no puedo más que despedirme acompañando en el sentimiento a nuestro entrenador, cuyo corazón estaba en otro punto del Mediterráneo, Vilassar de Mar. Un fuerte abrazo, míster.