Édgar González pugna con Roger Martí por la posesión del balón. EFE
UD Almería

Las cosas que hay ver del Almería en Cádiz

El equipo rojiblanco, perjudicado por la expulsión de Édgar y por un penalti no pitado sobre Koné, debe aprendera hacer otro tipo de partidos cuandojuega a domicilio

Juanjo Aguilera

Almería

Domingo, 27 de agosto 2023, 22:55

Se podría decir que, visto el partido del en Cádiz, llueve sobre mojado. El disputado en el Nuevo Mirandilla, el pasado sábado, es el primero ... que la UD Almería juega lejos del Power Horse Stadium en la presente temporada y parece que nada ha cambiado con respecto al pasado. El curso con el que la 'nueva' UDA –por el cambio de propiedad– se estrenaba en la máxima categoría estuvo trece jornadas seguidas sin ganar a domicilio y apareció en el decimocuarto desplazamiento del campeonato, el efectuado al Coliseum Alfonso Pérez de Getafe, para lograr una victoria que luego sirvió para que las cuentas de la salvación cuadraran. Es bien cierto que la pasada temporada, con un equipo sometido a una plantilla a la que Rubi puede que sacara más rendimiento del que tenía –cerca de una veintena de los que alineó o con los que trabajó el vilarense en el curso 2022/23 estaban un año antes en la afrenta del ascenso–, hubo partidos en los que hizo méritos para haber conseguido alguno de los triunfos que se escaparon de entre las manos, aunque es también verdad que al final lo que reza en la clasificación no son los merecimientos y sí los puntos.

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Lo sucedido el pasado sábado en el Nuevo Mirandilla ofrece lecturas y no todas buenas. Puede que lo sucedido en los últimos 50 minutos –incluido el descuento– esté mediatizado por el error que supuso la expulsión de Édgar González, pero no es menos cierto que antes se acusó la falta de definición y de llegada. El equipo fue otro a partir del minuto 20 porque hasta esa instante la ubicación de Sergio Arribas, moviéndose con libertad entre líneas, dio cierta profundidad que se acabó en ese instante para ser un fútbol superficial a partir de entonces, con un dominio de balón horizontal, fruto de las combinaciones entre los centrales y, por tanto, estéril. Eso sucedió cuando el Cádiz impuso un ritmo en cierto modo tedioso que el equipo dirigido por Vicente Moreno no fue capaz de acometer y que, incluso, aceptó como si con eso fuese suficiente. Se podría decir que todo lo que ocurrió después de la expulsión rigurosísima del central rojiblanco, los 50 minutos restantes, no deberían tener análisis porque están mediatizados por el hecho de un perjuicio en la apreciación de García Verdura. Una decisión final sin sentido que una jugada de ese tipo, producida sin 'dolo' para el rival –no hay contacto– acabe con una cartulina amarilla que desemboca en una roja y que esa decisión no pueda ser examinada en el VAR por una reglamentación que impide que se pueda ver si es una decisión acertada o errónea cuando es un castigo que si no hay una 'advertencia' anterior no acaba haciendo tanto daño.

En manos ajenas

Puede que con igualdad numérica el partido hubiese sido otro, o no, pero lo que pudiera ser es inimaginable para el pensamiento humano. Del mismo modo, el penalti cometido por Javi Hernández sobre Ibrahima Koné cuando el delantero maliense entraba dentro del área y el lateral amarillo, desentendiéndose del balón, agarró al delantero rojiblanco por el cuello para hacerlo caer y como ese se han pitado unos cuantos penaltis. La pena máxima, todo hay que decirlo, habría que marcarla después para ver si el Almería empataba y ganaba el partido, o no, porque tampoco se sabe.

El arbitraje de García Verdura no fue bueno –puede que propio de un debutante–, pero lo sucedido en el Nuevo Mirandilla no debe quedar mediatizado por la actuación llevada a cabo por el colegiado catalán. Hay más cosas que analizar y que no son todas buenas.

Se podría decir que el partido estuvo en manos ajenas para la UD Almería como consecuencia de esas decisiones, pero también por errores propios. Édgar González volvió a arriesgar tras la amarilla vista en una acción 'manejable', ocasionada por un mal despeje de Sergio Akieme y el central de Sant Joan d'Espí se vio obligado a parar la contra de Iván Alejo, acompañado este por Chris Ramos, por la derecha, y Darwin Machís, por la izquierda, con el equipo indálico defendiendo en inferioridad pues estaban atrás Sergio Akieme, que había retrocedido a tiempo para cerrar espacios, y por Marc Pubill, que llegó por la derecha de la UDA. Chumi estaba arriba para rematar un saque de esquina que no 'cuajó'.

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Más errores

Ya en inferioridad numérica por la expulsión del central, una falta en las cercanías del vértice derecho del área defendida por los rojiblancos acababa 'ejecutando' al equipo rojiblanco por una mala 'gestión' en tareas defensivas. El Cádiz no es un equipo que tenga un fútbol indefendible. Si tiene algo es velocidad por los costados y un buen rendimiento a balón parado.

Unai Emery, en su etapa en el Almería, se destapó con esa faceta del juego que ayudó al equipo indálico a meter en serias dificultades a los 'grandes' de la categoría gracias a una acción del juego en la que se igualan 'ricos y pobres'. El balón parado iguala las fuerzas y es el único modo 'fiable' para buscar el equilibrio. El equipo cadista sabe aprovecharlo, más aún si hay descuidos. Los pequeños detalles, de los que se ha hablado 'mil veces', no pueden quedar sujetos al acierto y sí a la atención, a fijar marcas y no cometer descuidos.

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El Cádiz ya avisó el curso pasado marcando dos goles como consecuencia de saques de banda. El sábado no fueron esos 'misiles' puestos en juego por Javi Hernández desde la banda, pero el lateral izquierdo jerezano sí que puso un balón de dulce al palo contrario al lugar donde se produjo la infracción, por el que aparecieron Roger Martí y Gonzalo Escalante, solos sin marca, para que el argentino habilitara el remate posterior del central Luis Hernández y pusiera el Cádiz por delante en el marcador.

Aún con el marcador en contra, el Almería consideró, puede que con buen criterio, no ir a tumba abierta, sabedor tal vez de que había que evitar las acciones a la contra de jugadores como Darwin Machís, Iván Alejo, Chris Ramos o Roger Martí. Y lo cierto es que el Almería no llegó a disparar entre los tres palos en los minutos posteriores, salvo un cabezazo mal dirigido de Luis Suárez, en el 63. Esa fue la sexta acción en área del Almería en una hora de partido ante un rival que abrió el campo para provocar los espacios en el equipo de Vicente Moreno.

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Lo mejor

Pero el empate rescata cosas buenas con la entrada al campo de Lucas Robertone y de Ibrahima Koné, con lo que se vio un Almería distinto, con el maliense por delante como referencia, Luis Suárez en la izquierda y Ramazani en el costado derecho, con una pareja que dio equilibrio con Baba y Robertone, pero no fue de inmediato. En esa fase, aun con uno menos, el equipo rojiblanco empezó a tener presencia, lo que es una lectura positiva del mismo modo que la reacción para no rendirse, a lo que se llegó como consecuencia de alargar el duelo con la incertidumbre de un marcador igualable.

De este modo, la UD Almería sumaba un punto en su peor partido de la temporada, tras dos encuentros jugados en casa en los que el equipo rojiblanco hizo méritos para más cosas, pero, como queda dicho, en fútbol se vive de goles y no de ocasiones marradas.

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