Rubi alza la voz y pedirá al Almería que solicite su revisión
El técnico denuncia que la ausencia de internacionales por el virus FIFA desvirtúa el playoff de ascenso y plantea que nunca debería disputarse un partido oficial sin todos los jugadores disponibles
No fue una rueda de prensa habitual. Tampoco una reacción de frustración tras quedarse a las puertas del ascenso. Fue, en cambio, una declaración serena, ... medida y preparada, en la que Rubi, entrenador de la UD Almería, alzó la voz para exponer lo que considera un grave problema estructural del fútbol español: la adulteración de la Segunda División por la coincidencia del calendario con las fechas FIFA. Solo, ante los medios, con un documento redactado y leído palabra por palabra, el técnico trasladó una reflexión que arrastra desde 2013 y que considera urgente afrontar. «He venido a hacer reflexionar a nuestros dirigentes y de paso tratar de buscar una solución óptima para todos», resumió.
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Rubi partió de un diagnóstico claro: la Liga Hypermotion pierde valor, justicia y competitividad en momentos concretos del calendario por la ausencia de futbolistas internacionales, llamados por sus selecciones en plena disputa de la competición. «Una imposición, la de la FIFA, y una mala planificación, la de LaLiga, nos arrastran a que los mejores jugadores dejen huérfanas las plantillas durante momentos puntuales del torneo», denunció. Y lo ilustró con datos: en la jornada 9 fueron 20 los futbolistas convocados por sus selecciones; en la 32, 21. «Son dos onces que van a las selecciones y dejan a sus equipos o a los aficionados sin poder ver a estos futbolistas esas jornadas», explicó tras revisar, según aseguró, actas y registros oficiales junto a su equipo.
No es una queja personal
Aunque el caso de Luis Suárez, delantero del Almería, se convirtió en el más visible de esta temporada por su incidencia directa en el play-off, Rubi dejó claro que su queja no era personal ni puntual. «No es cosa de Luis Suárez, Marc Pubill o Marko Perovic. Esto viene de lejos. Ya en 2014, cuando dirigía al Valladolid, empecé a mostrar públicamente mi desconformidad». Reivindicó que incluso la ausencia de un solo futbolista debería ser motivo suficiente para parar la competición, apelando a un criterio de equidad. «No podemos dar por bueno que por un jugador no hay que modificar los horarios. Creo que hasta por uno sólo se merece parar la competición».
A través de una hipótesis provocadora, quiso señalar la doble vara de medir que podría aplicar el sistema. «¿Qué pasaría si un equipo de Primera División de los más laureados bajase algún día a la Liga Hypermotion y tuviese diez jugadores internacionales en su plantilla? ¿Entonces se modificaría la norma?». En su opinión, la justificación oficial de no detener la competición por visibilidad y proyección mediática del campeonato carece de sentido. «Lo que hacemos es devaluarlo. Que no participen algunos de los más consagrados, algunos de aquellos que representan a sus naciones y que se les impida colaborar con el grupo de compañeros con los que trabaja a diario, significa un fracaso para el prestigio y la justicia de la propia competición», sentenció.
Un hurto
A Rubi no le basta con la explicación de que las secretarías técnicas deberían evitar fichar internacionales para sortear el problema. Al contrario, considera que esa lógica supone «hurtar a nuestros aficionados de poder observar defendiendo sus colores a los mejores». Recordó también que la cuestión no es únicamente deportiva. Afecta al valor de los futbolistas, al mercado, a la integridad contractual y a la planificación de clubes, entrenadores y jugadores. «Personalmente considero que he perdido un ascenso, o al menos el de disputarlo en igualdad de condiciones que mis rivales deportivos, pero no por este motivo estoy hoy aquí», puntualizó.
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Cuestionó de raíz el sistema organizativo del fútbol español. «¿Qué pasaría si en España el fútbol no estuviese regido por dos entes, la Liga y la Federación, y sólo fuese por uno? ¿Ese único organismo plantearía un calendario que quitase a los jugadores de los propios clubes a los que organiza su competición? Evidentemente, la respuesta es no», afirmó. En ese sentido, consideró que el problema es también estructural, alimentado por intereses económicos vinculados a los derechos televisivos de los partidos de junio. «Este calendario da prioridad a un aspecto económico frente al deportivo, con el coste de adulterar las plantillas de la propia competición», resumió.
Mirando al extranjero, puso como ejemplo el caso inglés, donde con una competición aún más cargada de partidos -46 jornadas en la Championship- logran evitar esta colisión. Recordó que las consecuencias del calendario actual también alcanzan a otras categorías, como la Primera RFEF o el fútbol juvenil, y desgranó una larga lista de efectos colaterales: planificaciones condicionadas, ofertas que se pierden por jugar el playoff, contratos firmados que se arriesgan por una lesión en el tramo final, estrés por negociar con las federaciones, pérdida de valor económico por no ascender o menor tiempo de descanso entre temporadas. «El resumen es que todos los colectivos que integramos el fútbol debemos remar hacia el mismo punto», expresó.
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Altura de miras
Pidió altura de miras y voluntad para reformar un sistema que considera obsoleto e injusto. «Sólo desde la sinrazón seguiremos alimentando algo que resulta del todo inaceptable». Insistió en que los aficionados no dejarán de acudir a los estadios si los play-off se juegan antes o con otra estructura. «Los playoffs, que son auténticos partidazos, no destruyen la emoción si se juegan antes y con los mejores jugadores», sostuvo. Como colofón, dejó una propuesta clara. «Considero que nunca un jugador de un club tendría que poder ser seleccionado mientras dicha entidad tenga que disputar un partido de competición oficial, sea cual sea el equipo al que pertenece: primer equipo, segundo equipo, juvenil…».
La advertencia final fue tan directa como esperanzada. «¿Vamos a volver a cometer los mismos errores y perjuicios para la temporada 25-26? Los clubes han votado sí. Quizás reflexionando sobre lo expuesto hoy, su voto podría ser diferente o por lo menos meditado». Y anunció que propondrá a la UD Almería que eleve un escrito formal solicitando la revisión del calendario de la próxima temporada. Porque, como dijo con rotundidad, «es un tema de voluntad y ponerse a trabajar. Estamos a tiempo».
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