El Real Betis da síntomas de desgaste

Los sevillanos están manteniendo un buen nivel en los partidos lejos de su estadio, con catorce puntos sumados de los treinta y uno con los que cuentan en la actualidad. Cuatro victorias a domicilio y otras tantas derrotas, con dos empates y un bagaje de ocho goles a favor y nueve en contra.

La defensa ha sido el talón de Aquiles en las últimas temporadas y, aunque con alguna mejoría, sigue sin estar resuelto el problema. De hecho, los béticos son los peores en esta suerte dentro de los diez primeros clasificados, solo por delante de la revelación de la temporada y quinto clasificado, el Rayo Vallecano.

Manuel Pellegrini aplica habitualmente un dibujo 1-4-2-3-1. La idea siempre es la de mirar de frente a la portería rival. En todo momento con mentalidad ofensiva, como ha demostrado el técnico chileno a lo largo de su trayectoria profesional.

Los laterales son de largo recorrido, carrileros ofensivos que abren mucho el campo y al rival, aunque la exigencia física para replegar es muy alta. Los centrales sacan el balón jugado aprovechando la calidad de la mayoría de los que forman parte de la plantilla. En todo caso se apoyan de forma constante en los dos mediocentros, posiciones para las que Pellegrini tiene jugadores de alto nivel como Guardado, Guido Rodríguez o Carvalho. Garantizan la salida fluida del esférico, así como del juego de creación. Los mediocentros juegan de forma escalonada alternándose en estas funciones, ofensiva y defensiva, según el desarrollo de la jugada. Los movimientos los tienen muy trabajados e interiorizados lo que le permite jugar casi de memoria en muchas fases de cada partido.

Uno de los aspectos más reconocibles de la puesta en escena bética es la presión tras pérdida. Con un exigente trabajo físico, busca recuperar de forma inmediata la posesión del balón cuando con él se hace el rival, para lo que despliega una estrategia coral asfixiante, aunque en ocasiones con algunos desajustes que dan salida al rival. La idea de ese esfuerzo de recuperación inmediata tras perder el balón pretende dificultar la transición ofensiva del adversario, los contraataques así como recuperar el control lo más cerca posible del área contraria.

Si los laterales son de largo recorrido, los extremos con los que cuenta la plantilla también son de muchos quilates. Desborde, rapidez, centros al área, diagonales y, además, un exigente trabajo de repliegue para evitar descompensar la transición defensiva.

Uno de los sellos de identidad de los equipos de Pellegrini son la libertad que tienen sus hombres más talentosos. La suerte del Betis es que los creadores de fútbol son hombres consagrados, con experiencia y calidad suficientes para liderar un proyecto europeo. Si a ello le acompaña una buena nómina de delanteros finalizadores, se explican los buenos años que están viviendo los béticos. Entre los llamados a marcar goles destaca Borja Iglesias.