«Los presidentes del gobierno se examinan cada cuatro años; nosotros cada siete días»

El técnico aseguró ser el mismo ahora que si hubiese sido al comienzo. «Yo por mi forma de ser me gusta ser bastante cercano. Entonces a mí no me gusta no dar explicaciones. Creo que como personas que somos, cuando el futbolista entiende lo que su entrenador quiere hacer, más allá de que no esté dando explicaciones porque ningún futbolista cuando le expliques lo que sea, sin él no juega, no va a estar de acuerdo, pero sí que creas ese vínculo de que él sabe por qué se ha hecho y que tiene una intención. Eso va a ser así en estas jornadas y yo creo que es el camino correcto».

Son cosas de la edad. «La experiencia del banquillo te hace ver el camino correcto. Llevo más de 20 años en la élite, más de 20 años en un banquillo de fútbol profesional. Tendría que ser muy burro si no hubiera aprendido que la broma que le gasto a Leo Baptistao, esa misma broma se la hago a Robertone y no le sienta bien. Eso lo tienes que aprender en el minuto uno. Es la llave del éxito». Y es como aprender a leer. «Está claro que eso es lo primero que uno debe de aprender. Cuando un entrenador llega nuevo a un vestuario está siendo examinado por toda la plantilla. El futbolista siempre intenta buscar el defecto del entrenador o dónde puede tener el problema. Es un examen continuo. Los entrenadores no somos como los presidentes del gobierno que se examinan cada cuatro años. Nosotros nos examinamos cada siete días».