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Rubi entendió que necesitaba 'gente de Primera', creo que lo sabía desde el principio aunque el 'marketing' y el 'business' le tenían maniatado. Comoquiera que estaba con el agua al cuello, se dejó de escaparates y buscó a futbolistas curtidos en 'LaLiga', la mayoría nacionales, para morir con su propia idea y no con la de otros. La consecuencia de tal atrevimiento la pudimos ver todos. La sufrió el Rayo Vallecano. Y quedó grabada para volver a repasarla.

La juventud es un divino tesoro, claro que sí. Pero la veteranía, a pesar de los tiempos que corren, sigue siendo un grado. Y ayer, en el 'Power Horse Stadium', asistimos a cuarenta y cinco minutos de concierto de viejos rockeros. Los niños de la UDA, buenísimos pero sin referencias de quien aprender, tomaron nota de que no están solos. Hay gente en la UDA que está a la altura emocional de la categoría. Son los hombres de Rubi, los que le han salvado desde la segunda línea de batalla, desde el lado oscuro del 'marketing'. Ellos han marcado el camino y los 'El Bilal Touré', 'Lázaro Vinicius', 'Gui Guedes' y compañía deben seguirlo, con la presión del futbolista profesional que quiere abrirse camino pero sin la añadida de estar llamados a solucionar los problemas creados por otros.

Ayer pasamos página. Rubi y los suyos comenzaron a escribir otra llena de motivación, solidaridad, intensidad, convicción… La era Sadiq Umar por fin quedó atrás. Comienza la que, aún sin un nombre que la identifique, nos debe devolver la alegría por el fútbol y la esperanza de seguir en la Liga Santander.