Ya se nota la intensidad en los entrenamientos.

Obligados a ascender

Javier Gómez Granados

Viernes, 29 de mayo 2020, 01:54

Turki Al-Sheikh sigue empeñado en que, pese a que no haya fútbol en activo, los focos de todo el mundo se dirijan, de vez ... en cuando, a Almería. Que su equipo de marketing está funcionando de maravilla es algo que salta a la vista. Pero él mismo, en sí mismo, es puro marketing. No conocemos con precisión la dimensión del personaje en el mundo árabe pero, visto lo visto, debe ser algo difícil de calibrar. Porque el nivel de seguidores que tiene, más allá de cómo los reclute, es algo de tal magnitud que escapa al entendimiento del club que ahora le sirve como instrumento de diversión y negocio. La UD Almería no se ha visto en otra. Saberse reconocible por personajes del deporte, cine y espectáculo de relevancia mundial es algo imposible de imaginar hace sólo unos meses. Turki, con su camiseta rojiblanca siempre visible, ha puesto en boca del mundo entero la marca UD Almería y eso, como punto de partida, no es poca cosa para un club que vivió escondido porque así lo exige su propia naturaleza. No es que sea importante pero, ya puestos, vamos a disfrutarlo mientras dure.

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El partido de 'Play Station' que promocionó y disputó el otro día fue noticia universal. Un duelo de videoconsola del que hablaron personajes como Messi, Maradona, Dennis Rodman, Ronaldinho, Kaka y un montón más de 'celébritis', escapa a nuestro entendimiento como rojiblancos. Es cierto que la UD Almería no dejaba de ser sino el objeto que mediaba en el cruce de guiños entre aquellos personajes y el presidente 'almeriense' pero, qué caray, la UDA estuvo en medio del fregado como marca reconocible. Y eso, no nos engañemos, es una gran noticia. Da igual que Turki vea a su equipo como un juguete virtual y/o real, según el momento, ya que la realidad es que todo lo que rodea al fútbol de elite es un puro juego en el que se mueven millones de dólares, euros y hasta petrodólares. Lo difícil es entrar en ese mundillo de excesos y lujos que, como club restringido que es, está reservado sólo para algunos. Que la UDA haya conseguido introducir su nombre en alguna ocasión porque su propietario sí que da el perfil para formar parte de él, es algo más cercano a lo milagroso que a la pura gestión de club. En todo caso y a efectos prácticos, irrelevante para el día a día del equipo y sus próximos objetivos.

Ahora toca que ese partido virtual de Turki contra otro jeque disputado con el propósito de recaudar dinero para causas nobles, se lleve también a la vida real. Y esperar a que, poco a poco, la UDA pueda entrar en el exclusivo club, como cenicienta ruidosa. Pero para ello es necesario que sobre el césped se traduzcan en puntos los esfuerzos de imagen que el magnate saudí realiza por medio mundo. Sólo un ascenso a Primera permitirá a Turki seguir convirtiendo en tangible lo que de momento es sólo una partida 'on line' que, eso sí, ha tenido repercusión planetaria.

Estamos siendo testigos de lo que es capaz el nuevo propietario. El problema es que él no puede marcar los goles que hacen falta para alcanzar el objetivo. Eso les corresponde a los hombres de 'Guti' que, después de dos meses encerrados viendo cómo se las gasta su presidente, han tomado conciencia de que en esta UD Almería, de pequeño tamaño e historia casi irrelevante, la presión ha empezado a ser parte de su nuevo ADN. Así lo están aceptando los futbolistas que, según declaran en masa estos días, asumen el reto no ya de ascender, sino de quedar campeones de Segunda. Pues eso, que como Turki contagie a los suyos, nos podemos divertir sin descartar un batacazo, claro está, como parte de la apuesta. Pero que la UDA se mueve ya con otros criterios desconocidos para nosotros, es una evidencia que empezamos a asumir sin dejar de frotarnos los ojos.

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