José María Salmerón tiene un encargo: cambiar la dinámica y experiencia tiene de sobra. UDA
UD Almería

Un nuevo punto de partida para el Almería B

Segunda RFEF ·

El filial se enfrenta a un Xerez Deportivo FC que tampoco está mucho mejor que los rojiblancos, con un cambio de técnico antes del último partido jugado

Juanjo Aguilera

Almería

Sábado, 8 de noviembre 2025, 23:42

El Almería B afronta una cita marcada por la urgencia, la necesidad y el cambio profundo. Penúltimo en la clasificación del Grupo IV de Segunda ... Federación, con sólo tres puntos sumados en nueve jornadas, el filial rojiblanco visita hoy (17:00 h.) Chapín para medirse al Xerez Deportivo FC con la obligación de mostrar una reacción inmediata. El arranque de temporada ha sido demoledor para un grupo joven que, pese a sus buenas intenciones, se ha visto superado por la exigencia de la categoría. La derrota sufrida la pasada jornada ante La Unión At. (0-3) fue el octavo tropiezo consecutivo y sirvió de reflejo de un equipo desbordado, sin confianza y que necesita reencontrarse con su identidad cuanto antes para evitar que el curso se convierta en una cuesta imposible de remontar.

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La situación ha obligado al club a mover ficha. La dirección deportiva ha apostado por un giro en el banquillo con el objetivo de revertir la dinámica negativa y recuperar la competitividad perdida. José María Salmerón asume desde esta semana el mando del filial en sustitución de Alberto Lasarte, que continuará vinculado a la entidad, pero sin responsabilidades técnicas directas sobre el segundo equipo. Se trata de un movimiento de calado, ya que Salmerón, almeriense y técnico de amplia trayectoria en el fútbol nacional, regresa a casa con la misión de reanimar a un vestuario tocado y de devolver la esperanza a un proyecto formativo que, en estos momentos, sufre para sostenerse.

Nada

Salmerón no es un desconocido en escenarios de reconstrucción. Su hoja de servicios incluye ascensos, permanencias agónicas y proyectos con recursos limitados, lo que le convierte en un perfil idóneo para esta situación. Su primera tarea será recomponer el ánimo de una plantilla muy joven, acostumbrada a competir desde la formación, pero que ahora se enfrenta al rigor del fútbol sénior. «Rearmar la cabeza» y «recuperar la estructura colectiva» son dos de los objetivos prioritarios del nuevo entrenador, que ha insistido en la importancia de «ser sólidos desde atrás» y «competir cada minuto como si fuera una final».

Los números B reflejan con crudeza el desafío que tiene por delante. En nueve jornadas, el equipo sólo ha sido capaz de ganar una vez –en la segunda, ante el colista At. Malagueño (0-1)– y desde entonces ha encadenado siete derrotas consecutivas sin sumar un punto. Con tres goles a favor y 16 en contra, es el conjunto menos realizador y uno de los más goleados del grupo. La fragilidad defensiva y la falta de acierto en los metros finales han ido de la mano, convirtiendo cada partido en una prueba de resistencia. Sólo en Málaga, en aquella solitaria victoria, el equipo mantuvo la portería a cero; desde entonces, la tendencia ha sido la opuesta, con encuentros como el 4-0 sufrido en La Minera que evidencian los problemas estructurales de la zaga.

El contexto, sin embargo, no invita al pesimismo. El filial cuenta con jugadores de proyección, talento y capacidad para mejorar. Futbolistas como Josema, Marciano, Taufek, Luis Martins, Joan Gázquez, Martim Alberto han mostrado destellos de calidad en medio de la tormenta y con el nuevo técnico se espera que encuentren el equilibrio necesario para explotar su potencial. El club, además, mantiene su confianza en el valor formativo del proyecto, la prioridad sigue siendo el crecimiento, pero sin renunciar a competir con rigor y responsabilidad.

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Diferente, pero...

Enfrente un Xerez Deportivo FC que vive una situación diferente, aunque también ha conocido la incertidumbre en este arranque. El conjunto azulino, dirigido ahora por Diego Caro tras la destitución de Antonio Fernández, parece haber encontrado un punto de estabilidad y confianza después de semanas convulsas. Su triunfo ante el Antoniano (2-0) el pasado fin de semana fue más que un simple resultado, pues sirvió de bálsamo y de impulso emocional para un equipo que necesitaba recuperar la sonrisa. Por primera vez en la temporada, el Xerez mantuvo la portería imbatida, un detalle que su afición recibió con alivio tras partidos con errores defensivos.

El cuadro de Chapín afronta su segundo compromiso consecutivo como local con el propósito de confirmar su recuperación. Un nuevo triunfo le permitiría salir de los puestos de descenso y mirar hacia la zona tranquila. Sin embargo, los problemas bajo palos han sido una constante por la lesión de Perales, la irregularidad de Oier y la incorporación de urgencia del francés Florentin Bloch –tras la baja de larga duración de Mauro– han provocado una rotación continua en la portería. Pese a ello, ha compensado parte de su fragilidad con un dato tan curioso como elocuente, sus defensas son los que más goles han marcado del grupo (cuatro), pero también los que más se han hecho en propia puerta (tres), una estadística que simboliza la montaña rusa emocional que vive el conjunto.

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El encuentro, que será dirigido por el extremeño Gargantilla Fernández, se presenta como un duelo de urgencias y de estados de ánimo contrapuestos. Para el Almería B, representa una oportunidad para reiniciar el curso, recuperar la confianza y mostrar la huella del nuevo entrenador. Para el Xerez, en cambio, es la ocasión de confirmar que el cambio en el banquillo ha surtido efecto y que Chapín puede volver a ser un fortín.

Más allá de la clasificación, el choque se perfila como un examen de carácter. De un lado, un filial que necesita crecer de golpe para no verse arrastrado por la dinámica; del otro, un histórico que busca consolidar su reacción en una fase en la que ganar no sólo significa sumar tres puntos, sino también recuperar la fe.

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