UD Almería

Dulce caramelo

El Almería despejó fantasmas ante un Nástic que no ofreció oposición tras quedarse con uno menos, por la expulsión de Gerard, con 1-0

jordi folqué

Domingo, 23 de octubre 2016, 22:48

Si el Almería no dio la sensación de que estaba en las antípodas del Levante, a nivel clasificatorio, cuando los valencianos acudieron al Estadio de ... los Juegos Mediterráneos hace dos semanas, ayer tampoco dio la sensación contraria en la visita del colista. En ningún momento se tuvo la impresión de que se medían dos equipos separados por dos puntos y en el que, el que perdiese, se quedaría como colista después de haberse disputado 11 jornadas en el campeonato liguero. Más bien pudo parecer que los de Fernando Soriano están peleando por algo en la Liga 1|2|3 y el Nástic está ya descartado y pensando en el siguiente ejercicio en la Segunda B. Porque la diferencia que resultó en el marcador fue la que hay entre un equipo que empieza a creer en lo que hace, pese a los contratiempos, y otro que deambula esperando, como si fuese una corrida de toros, el descabello.

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Y eso que las cosas no empezaron bien para los almerienses. Miguel Ángel Corona cayó lesionado en el minuto 10. El talaverano hizo la falta para cortar un intento de contra de Tejera. Pero el que se llevó el golpe fue el primer capitán rojiblanco. Gestos de dolor del '15' que eran compartidos por el respetable. Un golpe del que quedaba la duda de cómo se lo tomaría, a nivel mental, el bloque diseñado por Soriano.

Y logró sobreponerse con un centro del campo de calidad. Con las bandas buscando la superioridad. Sabiendo todos que el primero que pegase tendría gran parte del trabajo hecho. Así que era, como sucediera contra el Levante, un intento de que el golpe fuese muy intenso. Tanto como para marcar algún gol y ver si el Nástic tendría capacidad de reacción o lo acusaría. Algo que, hasta la fecha, no ha demostrado. Por algo llevaban, hasta ayer, 10 partidos sin ganar. Una cifra que aumentó tras pasar por el Estadio de los Juegos Mediterráneos.

Pundonor y calidad

Todo se comenzó a fraguar en la jugada del primer gol. La que demostró la diferencia que hay ahora mismo entre unos y otros. Una jugada ensayada permitió ver, en la misma acción, la calidad y el pundonor necesario para lograr un gol. Lo protagonizó Pozo. El malagueño, como ocurriera ante el Girona, recibió un balón en banda derecha para lograr la superioridad. Se le escapó el esférico. Parecía que era una nueva jugada de pizarra muy mal elaborada. Pero no. Quería que tuviera continuidad. Así que apuró la carrera. Se lanzó al suelo con el fin de que no se perdiera por el lateral. Tocó de cabeza como únicamente pudo. Se rehizo. Levantó la mirada y puso el balón en la testa de Joaquín Fernández. Su toque, buscando al otro almeriense en el segundo palo, permitió que Antonio Puertas anotara el primero de la tarde.

El Almería se había adelantado en el marcador. Le había destrozado los planes a Vicente Moreno. El técnico del cuadro catalán dispuso de una defensa con tres centrales y dos laterales más preocupados por defender que por atacar. Con un Uche muy solo en la punta del ataque y que siempre era superado por Trujillo y Morcillo. Clara demostración de ser un equipo con muchos miedos y que no tiene nada claro. Bueno, una cosa sí, que no está siendo su temporada y que todo lo que intenta le sale mal.

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Una vez por delante en el partido y en el resultado, quedaba por ver si el Almería le entregaba la posesión a los catalanes, para montar contras, o seguiría siendo el dominador del choque. Fue más lo segundo. Mejor tener la opción de atacar que la del contragolpe. Porque con Joaquín, José Ángel y Pozo siempre había superioridad rojiblanca por dentro. Y los extremos nunca encontraron mucha dificultad en superar a Gerard Valentín y Mossa.

Vicente Moreno intentó cambiar lo visto en el primer periodo. Para ello determinó que el experimento de los tres centrales quedase para otro partido. Que en Almería no le había resultado nada efectivo. Porque la virtud, una de ellas, del plantel de Soriano no está en necesitar centrales para contrarrestarlo.

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Pero la modificación tampoco le vino nada bien. Retiró a Iago Bouzón (central) y Zahibo (pivote) para darle más capacidad ofensiva. La jugada le duró poco más de seis minutos. Hasta que Gerard Valentín vio la segunda amarilla y tuvo que dejar a los suyos con uno menos. Demasiado castigo para un equipo que todo lo ve cada vez más negro. Justo lo contrario que una UDA que ha sumado cinco puntos de los últimos nueve, además de una gran dosis de autoestima, pese a que ayer fuera ante el colista de la categoría.

Con este panorama, el Almería se encontró en una mayor tesitura que tras el 1-0. Ir a por el partido de una manera descarada o verlas venir. El Nástic fue el que le facilitó esta disyuntiva. Principalmente cuando decidió quitar a Uche y meter a un nuevo lateral derecho. Así que lo único que buscaba el técnico valenciano era intentar defender el resultado, pese a que iban perdiendo, y que sonase la flauta en alguna ocasión en ataque, intentando que el empate se reflejase en el marcador.

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EL DETALLE

  • La UDA logró su segunda victoria y lo hizo por el mismo marcador que consiguiera en la primera. Además, el Nástic llegaba como colista, al igual que el Rayo.

También este nuevo planteamiento se encargó de dejarlo sin efecto Antonio Puertas. El almeriense está en un gran estado de gracia. Lo que siempre suele ir unido a la autoestima. Lo que antes no se intentaba, ahora sí. Daba igual que hubiera tres compañeros buscando su pase. Quiso hacer la jugada en solitario y mejor no le pudo haber salido.

Recibió como extremo derecho. Encaró a Mossa. Siguió la línea del área grande. Hasta que determinó que ya había andado-corrido bastante y soltó su pierna izquierda. Nada pudo hacer el cancerbero visitante para detenerlo. Doblete para el de Benahadux y los tres puntos que se quedaban en casa. De eso ya no había ninguna duda en el Mediterráneo. Porque el Nástic ya sacó la bandera blanca para que nada más pasase en Almería.

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Sin hacer más daño

Sobre todo cuando en una falta de Quique González, que le valió la amarilla, se lesionó Madinda. Los tres cambios ya estaban hechos por parte de Vicente Moreno. El cuadro catalán jugaba ya con uno menos por la expulsión de Gerard Valentín. Así que no pudo retirarse. Solamente se quedó para hacer número. Cojeando los 20 minutos que restaban, el conjunto tarraconense, que la pasada campaña jugó los play-off de ascenso, no quería sufrir más castigo.

EL PÚBLICO

  • Hubo dos momentos de 'desencuentro' entre los aficionados rojiblancos y el equipo. Un despeje de Casto y el cambio de Pozo, que originó una gran protesta a Soriano.

De ahí que el tiempo que restaba para el final del choque se convirtió en un gran rondo de los rojiblancos. Los que ni se hubieran imaginado que sucediera en un partido tan comprometido, por la clasificación de ambos, y se quedó bastante cómodo para meter cinco puntos de distancia con su rival de ayer.

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Hasta el gol de Quique González, ya con el colegiado muy cerca de señalar el final, fue un perfecto epílogo. El de un choque que necesitó de cuidados intensivos. Al menos, que necesitara la ayuda de algún facultativo. Pero no dio tiempo para que hubiera ni un lamento. Todo se quedó como un susto de lo que pudo haber sido y, de manera grata, no fue. Culminado con un dulce caramelo para ver que el futuro debe ser mucho mejor que el pasado. Si uno se cuida.

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