La lógica que no se entiende

«La única explicación para que este jugador juegue por delante de aquel otro es que entrene mejor. Si no, no lo entendería». «Seguro que no juega porque se lleva mal con sus compañeros, porque cualidades tiene». Estas son algunas de las explicaciones que trata de encontrar el resignado aficionado cuando ve que uno de sus futbolistas favoritos no goza de los minutos que debería. Es lo que ha sucedido este fin de semana con Antonio Puertas y, a su vez, con Jonathan Zongo.

El llevar 6 goles en 98 partidos de liga con la UD Almería, siendo atacante y gozando de confianza plena por parte del entrenador, parece más que esclarecedor para dejar claro que, quizás, había llegado el momento de apostar por otro jugador antes que por el burkinés. Máxime cuando Antonio Puertas o Iván Sánchez han demostrado, en los escasos partidos que han disputado, que tienen bastantes más cualidades técnicas que Zongo. ¿Adivinan la explicación de su suplencia? Que no entrenan igual de bien que el jugador africano.

Es lógico que el entrenador, Soriano en este caso, premie a aquellos que se dejan la piel en cada sesión, pero su misión debe ser la de conseguir que jugadores como Puertas sean tan determinantes en las sesiones semanales como en los partidos, y supongo que el darles confianza a la hora de la verdad ayudará a que se centren. Antonio así lo demostró.