Así sí... pero tampoco se gana
La UDA se lleva un punto de Tarragona en un partido intenso y lleno de alternativas en el que los dos equipos fueron a por la victoria
JORDI FOLQUÉ
Domingo, 6 de diciembre 2015, 00:38
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Sexto empate seguido de la UDA de Joan Carrillo. 13 semanas sin ganar. Sumando ya tres meses sin sumar los tres puntos en un partido. ... Pero ayer sí merecieron algo más. Quizás, mucho más. Dos errores defensivos impidieron que el gran choque a nivel ofensivo tuviera más premio. Fue un punto. Pudieron ser tres. Como, también, se pudo quedar en nada. Porque tuvieron que igualar hasta en dos ocasiones frente a un buen Nástic. Y, sobre todo, porque el colegiado señaló fuera de juego en el tiempo de prolongación en lo que podía haber supuesto el 3-2. El paso adelante que pedía Joan Carrillo, para buscar el marco contrario, se produjo. Pero no le sirvió para romper la racha tan negativa y conseguir la tercera victoria de la temporada. Se podría decir que así sí... pero no tampoco se gana.
Los de Joan Carrillo quisieron hacer ayer el más difícil todavía. Se medían a un equipo que buscaba dormir en puestos de ascenso directo. Salieron los rojiblancos (ayer de azul) con un planteamiento muy ofensivo. Queriendo dejar claro que ya no le tienen miedo a nadie. Que han superado, según las sensaciones, el pánico a que les marquen goles. Así que querían ir decididos a la puerta defendida por Reina. Pero con lo que no contaban eran con sus errores propios. O sí. Y por eso salieron con esa mentalidad. Y así sucedió antes de que algunos se sentaran en sus localidades del Nou Estadi. Para darle todavía más empaque a lo que tenían en mente. El más difícil todavía para lograr la victoria después de 12 partidos sin conseguir sumar de tres en tres.
Primer mazazo en contra
Como sucedió en Albacete, el Almería encajó el primer mazazo en el minuto dos del choque. En aquella ocasión fue la puntilla a un proyecto que daba síntomas que no tenía ni una consistencia. Culpa del que fuese, lo cierto es que no lo superaron. Al final, el 3-0 para una derrota que supuso la sentencia de Sergi Barjuan, pese a que fuera destituido una semana después.
Ayer, tras este golpe, quedaba por ver si había capacidad de reacción en un equipo que, poco a poco, está dando mejores sensaciones. Eso sí, sin lograr el triunfo desde hace tres meses en el campeonato liguero. No hubo que esperar mucho para que así fuera. Para ver que la idea seguía pese a que el marcador ya lo hubiera puesto todo muy en contra ante el equipo llamado revelación de esta campaña tras 15 jornadas.
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El gol del Nástic llegó por un desajuste defensivo en la derecha y, tras dos rechaces, Morcillo introdujo el balón en su puerta, después de que Sebastián Dubarbier quisiera despejar un envío de Emaná que buscaba a Álex López. Se pudo ver que para Iago Díaz era su segundo partido como lateral derecho. Tanto en lo negativo (acción del 1-0), como en lo positivo (acción del 1-1). Porque el gallego fue clave en la igualada.
El cuerpo técnico espera mucho de la pareja Iago Díaz-Jonathan Zongo. La banda derecha es suya en los dos últimos partidos. Para darle más mordiente ofensiva. Tal y como hicieron para poner la igualdad en el marcador. Una pared entre el gallego y en burkinés permitió llegar al lateral a la línea de fondo. Con la calidad de extremo (lo que realmente es), el centro buscaba a un rematador. No lo encontró de primera. Pero sí, en el rechace, a Lolo Reyes. El chileno, llegando en segunda línea, logró su segundo tanto de la temporada. El premio al trabajo bien hecho del primer cuarto de hora llegó. Se habían levantado del primer golpe.
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El Nástic estaba viviendo en sus propias carnes que no se medía al colista de otras citas. El que la moral la tenía tocada y un simple aire le dejaba sin fundamentos. La cabeza ha cambiado. Pero hay cosas que no en el seno de la UDA. Como estar dormido cuando no debe estarlo. La jugada del 2-1, en su elaboración y, posteriormente, en la ejecución fueron un claro ejemplo.
El Almería se sentía cómodo en el partido. Como no se había sentido igual desde, casi, la primera jornada del campeonato liguero. Veía más a Reina que el Nástic a Julián Cuesta. Daba la sensación que el 1-2 estaba más cerca del 2-1. Por posesión, por llegadas y porque el cuadro local parecía el visitante buscando las contras ante el buen juego de toque y presión de los almerienses. Pero llegó el doble fallo y, como el pasado fin de semana ante el Numancia, la condena en forma de gol encajado.
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El balón estaba en el área catalana. Reina levantó la cabeza para mandar el balón lo más lejos de su portería. Como se hace cuando no hay ideas y es mejor que el esférico esté en campo contrario. Lo que era un casi despeje se convirtió en la jugada de la primera parte. No hubo comunicación entre Morcillo y Cuéllar. El primero se comió el pase a su espalda. Allí apareció Rayco. No le hizo falta controlar el balón para que el valenciano le tocase el talón. Falta clara y la duda estaba en el color de la tarjeta. Fue amarilla para Morcillo. El no tener el esférico controlado el delantero catalán dejó todo en una amonestación. La condena total llegaría a continuación.
Si hace una semana el tanto del Numancia se produjo por no estar atentos los defensores de la UDA, tras despejar Casto una falta muy bien lanzada, ayer fue lo mismo. Palanca puso su punto de mira en la escuadra izquierda de Julián Cuesta. Y ahí puso el balón. Pero el cancerbero granadino lo despejó. Como una semana antes, los defensores se quedaron mirando el balón. Llegaron tarde. Tanto como para que Emaná pudiera tocar y Álex López anotase su segundo gol de la temporada y pusiese, de nuevo, por delante a los suyos. Cuando parecía todo lo contrario. Cuando parecía que debían haber aprendido la lección del último segundo frente al cuadro soriano. Agua. Segundo mazazo y había que ver si la capacidad de reacción sería como tras el primer gol del Nástic.
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Ocasiones y más ocasiones
Y así fue. Pese a que los catalanes tuvieron alguna acción a la contra, todo el peligro se produjo en el área de Reina. El cancerbero local fue el protagonista y el que impidió, en varias ocasiones, que la igualada llegase. Hasta que Álex López lo hizo en su propio marco.
Fue el premio para una UDA que jugó su partido más completo desde la primera jornada. Buscando siempre el marco contrario. Con unos minutos de Pozo muy buenos. Con todos queriendo más. Hasta tras el 2-2. El paso adelante está dado.
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