Sexto empate seguido de la UDA

Si hubiera que atenerse a los roles con los que se inicia la competición, el de hoy debería ser uno de esos partidos en los que la victoria rojiblanca debería estar asegurada, pero ya se sabe que una cosa es lo que uno quiere y otra lo que se consigue. El Almería es ejemplo de esta aseveración que habla de un equipo, inicialmente, organizado y armado para ocupar, por ejemplo, la plaza que ocupa el rival de esta noche y, curiosamente, este Nástic estar pasando más problemas que los que supone su honrosa y destacada cuarta plaza en la clasificación.

En esto del fútbol nada está dicho, los partidos duran hasta el último segundo y la competición, eso sí, da opciones para resarcirse siete días después, sólo, de cualquier traspié, aunque esa posibilidad al Almería se la escapado tantas veces como once semanas. Entre esas fechas, quedó la ocasión de la Copa del Rey, pero esta dio el miércoles el traspié esperado porque el destino le condujo a enfrentarse a un Primera de los que lucha por estar en Europa, como es el Celta.

Pasado olvidado

El Almería debe olvidar la Copa, al Numancia, a Bilbao Athletic y a todos aquellos equipos con los que se ha cruzado después de saborear la última victoria de la competición. En el fútbol no se vive de recuerdos. Este es un deporte donde el respeto se pierde a la par que los partidos y en doce jornadas el Almería se ha quedado sin crédito en esa cuenta. Ahora toca ir a pedir préstamos con intereses a casas de duros prestamistas, que no quieren oír hablar de dádivas con caros intereses.

El Nástic responde a ese perfil, conquistado a base de actuaciones sólidas, de una actitud rocosa que no tenerla le ha costado a los rojiblancos purgar en la cola de tabla clasificatoria sin verle salida al túnel. Y este la tiene, tanto que la sexta plaza está a sólo nueve puntos de distancia. Pero alcanzarla requiere de continuidad en algo que no ha existido nunca esta campaña, la victoria.

Por lo dicho, por el comportamiento de un equipo que no concede mucho en su Nou Estadi, al Almería le costará conquistar lo que pretende, porque por más que haya crecido defensivamente -las cifras así lo indican, con dos partidos con la puerta 'cerrada'-, siempre han aparecido errores que, aunque no hayan penado como suelen hacerlo, son avisos que no deben caer en el olvido. Lo cierto es que han deparado una lectura puede que demasiado optimista, pero también es cierto que esa mejoría llegó en tiempo difíciles.

Durante muchas semanas, el Almería ha tenido que jugar con la rémora que significan las ausencias de jugadores habituales, que han tambaleado al equipo en defensa. La banda izquierda ha sido un 'campo de minas' por el que han pasado Antonio Marín, Jorge Morcillo, Míchel Zabaco o José Ángel y ninguno es zurdo. Recuperados Dubarbier y Adri Castellano, al Almería le debe aparecer una sonrisa que, aunque no demasiado visible, invita al optimismo.

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Del mismo modo, el sistema empleado el pasado sábado frente al Numancia, más allá del resultado final, parece ganar enteros para quedarse hasta que se estabilicen los resultados positivos si alguna vez llegan. De momento, parece claro que el hecho de mantenerse resguardado con un sistema más equilibrado que el utilizado hasta ahora acerca al Almería al rival en cuestión.

Por ese motivo, por el que significa entrar en la pelea, en cierto modo, en igualdad de condiciones no ha lugar la posibilidad de un cambio que ofreció el pasado sábado motivos para justifica la victoria que no llegó, pero que se quedó a un segundo de quedar plasmada en el marcador. Sin Michel Macedo, la defensa se debate entre repetir a los mismos tres que aparecieron de inicio frente a los castellano-leoneses con el añadido de Dubarbier, que jugó primero en Copa del Rey frente al Celta para descansar después, dejando su sitio a Adri Castellano. Bien es cierto que Iago Díaz actuó como lateral diestro.

El descanso de jugadores como Lolo Reyes, Morcillo o Fran Vélez da motivos para pensar en estos como ocupantes de puestos de 'responsabilidad' en la cita de hoy en tierras tarraconenses, tal y como pudo suceder con Quique González o Jonathan Zongo, que fueron titulares ante el Numancia, si bien el 'gallego' lo hizo en la posición de lateral derecho.

Un Nástic lanzado

En cuanto a los tarraconenses, su posición de privilegio es tal que si vencen a la UDA y se da hoy otro marcador favorable a sus intereses, acabarían la noche como líderes. Algo impensado cuando comenzó el ejercicio y acababan de volver a la Liga Adelante tras estar unos años en la Segunda B. Todo está saliendo mejor de lo que creían en tierras tarraconenses.

Hasta para hoy está prevista una reunión de los peñistas del Nástic. Descuento en las entradas para hacer del Nou Estadi un recinto prácticamente lleno. Todo lo contrario que ocurre en el Mediterráneo. Cada vez son menos en las gradas. Algo lógico y normal. Como lo será el retorno de los seguidores cuando vuelvan las victorias. Como ocurre al montar en bicicleta. Nada se olvida.