Un empate que no deja buen sabor
Ahora toca mirar hacia Alcorcón
JUANJO AGUILERA
Sábado, 31 de octubre 2015, 23:25
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La palabra equilibrio en fútbol se ha convertido, de un tiempo a esta parte, en el eje sobre el que parece girar este deporte nacido ... dos siglos atrás en Inglaterra, de una forma reglada. Las reglas hablan de muchas cosas, pero lo más importante no es el equilibrio, sino justo lo contrario. El fútbol sólo habla de una cosa, con las reglas definidas por la International Football Association Board (IFAB) en la mano. No habla de equilibrio, para nada aparece la palabra sistema. Joan Carrillo, por ejemplo, no cree en los sistemas. Lo dijo el viernes en rueda de prensa y también en su presentación o en su primera comparecencia previa a un partido, el del domingo en Mallorca, donde faltó equilibrio, pero el partido se definió por esa cosa de la que habla la IFAB, el gol.
El Almería no necesita hablar de otra cosa que no sea ganar y, por tanto, del gol. Aunque la IFBA no hable de equilibrio, ni tan siquiera se mencione en su reglamento, este Almería que hoy juega, desde las 19.15 horas en el Estadio de los Juegos Mediterráneos el sexto partido de Liga como local, el undécimo del campeonato, necesita del equilibrio para que esa palabra mágica se pronuncie con la intensidad que da cuando sirve para certificar victorias.
El Almería debe ganar, no ya porque quede o no tiempo. Matemáticamente quedan 96 puntos por jugarse, el Almería tiene 8 y podría acabar la Liga con 104 puntos en su casillero, que serían para hablar de récord. Lo que pasa es que una derrota supone no poder ganar a prácticamente nadie, además de meter al equipo en una dinámica incontrolable en la que el miedo es esa ausencia que no presiona a los rivales, por mucha conciencia de respeto que se le pueda tener a un equipo con el mayor presupuesto de la categoría, con, aseguran, la mejor plantilla, pero que solamente ha ganado dos partidos, en las jornadas primera y tercera, y que todo lo más 'bueno' hecho hasta el momento habla de empate en casa ante Tenerife y empate fuera en Girona.
Desequilibrio
El Almería es presa del desequilibrio, pero también esclavo de un gol que no aparece porque, pese a todos los 'números' estadísticos que señalan al equipo como el más preparado de la categoría, la manta de la que habló Oltra en su día, la temporada del primer descenso de Primera a Segunda A, no tapa y debería hacerlo porque cuando fue comprarla había 'mantas' a la medida. El paso de las jornadas ha demostrado que no sirve para tapar cabeza y pies a la vez y que cuando se tapa una parte deja descubierta la otra.
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Pongámosle que la cabeza es la portería propia y los pies la contraria. El fútbol moderno prefiere hablar de no resfriarse la garganta, ya que consiguiendo eso se está más cerca de puntuar -aunque en Mallorca no sucedió lo mismo, con Joan Carrillo, y en casa frente al Tenerife, con 'edredón' incluido, el equipo de Sergi provocó que este pasara por cuidados intensivos y al final no salvara el asiento-.
Habló Joan Carrillo de que la clave, más que una, dos o tres victorias, es salir convencidos de las posibilidades que tienen quienes forman la plantilla. En cierto modo lleva razón porque lo primero que necesita esta UD Almería es creer en que el objetivo de ganar es factible. A partir de ahí, la confianza concederá el resto de 'utensilios' necesarios para crecer.
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Lo del convencimiento es obligatorio metérselo en la cabeza para la cita de hoy -ya debería estar en la cabeza- porque es la salida de un problema mental que les 'psicotiza' e impide acercarse al objetivo del triunfo, tan inalcanzable ahora como necesaria la victoria.
Y no hay más remedio que creer porque la 'tormenta' amenazadora sitúa al equipo con problemas que no son excusas, pero que dificultan. Como el técnico dijo el viernes, cuando se está en dinámica negativa, habrá piedras en el camino. La sanción para Michel Macedo, la lesión de Sebastián Dubarbier cuando no hay un recambio específico -Adri Castellano está también lesionado-, la caída ahora de Eldin Hadzic... son muchas piedras con las que no tropezar para lograr el objetivo.
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La semana, sin embargo, ha dejado tiempo para trabajar, con dos sesiones dobles a lo largo de la semana para recuperar precisamente tiempo que aumente en Joan Carrillo la capacidad cognitiva necesaria para sacar 'datos' sobre lo que tiene entre manos y lo que necesita.
El viernes advirtió de conocer un once donde lo más dificultoso puede ser la capacidad de control que deberá ejercer el equipo para ganar la batalla, que posiblemente esté en el centro del campo, pero apoyado en una seguridad defensiva que mejoró el domingo en el Iberostar Estadio de Palma de Mallorca, pese a que se acabó perdiendo el partido. Hoy, tras lo visto durante la semana, parece que el técnico rojiblanco tiene 'acomodado' a los cuatro de atrás. Con lo que tiene, Fran Vélez y Morcillo formarán la pareja de centrales. Para los laterales, donde están los mayores problemas, Antonio Marín parece que jugará por su banda, por la derecha, mientras Míchel Zabaco podría hacerlo por la izquierda.
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A partir de ahí, Lolo Reyes y Fatau deben ser quienes batallen en un centro del campo que tendría a Soriano como enganche. El partido le puede venir que ni pintado porque es jugar o no utilizarlo si el partido está cuesta arriba. El capitán debe aportar lo que tiene de salida, nunca a remolque, y ante el Valladolid es de esos partidos en los que la experiencia es tan necesaria que quienes la pueden aportar no deben ser sacrificados.
Las bandas son cosa de dos, Quique González, porque está bien y tiene el añadido del valor sentimental de la cita, e Iván Sánchez, aunque Iago Díaz, que vuelve a la convocatoria tras quedarse fuera la pasada semana por decisión técnica, también puede aparecer por la izquierda. Arriba no hay más 'cera' que la de alinear a Chuli, que podría intercambiar su posición en banda con Quique González.
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Espabilado
Enfrente un equipo con una dinámica parecida a la de la UDA. Un equipo llamado a estar entre los mejores, que ha luchado desde la temporada posterior al descenso por los puestos de cabeza, pero esta categoría es tan 'ingrata' que no concede puntos por historia. Lo ha pasado mal, está en una mala situación, con sólo dos puntos de 'alivio' sobre el descenso, que marca poco más de un gol por partido y que encaja 1,4 por duelo o más de cuatro goles cada tres partidos.
El fútbol de Garitano, hasta hace dos semanas, no funcionó en Pucela y el de Portugal sí lo hizo la pasada semana, con ese cambio en las formas del que habló Carrillo, pero lo cierto es que también al Almería le funcionaron las cosas en los tres primeros partidos de Liga, más allá de que cayera en Zaragoza, y desde entonces deja las victorias sólo para la Copa.
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El cuadro pucelano llega con problemas en defensa, por lo que no será un equipo que hoy salga alegremente a por la victoria. Hasta el empate podría valerle, pero el Valladolid necesita esa mejoría que ansía también la UDA. En ambos casos, la herida que abre la poca consistencia en las áreas supone un problema que requiere una solución rápida. A las bajas seguras, de los sancionados André Leao y Javi Moyano y del lesionado Alfaro, se han unido las de Álvaro Rubio y Óscar González, con molestias que les impedirán jugar en Almería.
Ante tanta ausencia en el primer equipo, han cobrado protagonismo en la convocatoria los futbolistas de la cantera, ya que en esta ocasión los medios centros Anuar y Espinar, más el extremo derecho José, estarán en el Estadio de los Juegos Mediterráneos para disputar este encuentro.
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El portugués Pedro Tiba será una de las novedades en la alineación, bien como medio centro organizador o como media punta para romper un equilibrio que habla de derrotas.
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