UD ALMERÍA

Del llano a la alta montaña

La considerada mejor plantilla de la Liga Adelante tiene que remontar desde el farolillo rojo

JORDI FOLQUÉ

Lunes, 26 de octubre 2015, 23:29

El entorno de la UDA se ha acostumbrado a leer y escuchar, cada vez que el cuadro almeriense se mide a un rival de la ... Liga Adelante, que el plantel rojiblanco es «la mejor plantilla de la categoría». Parece un discurso ya hecho del resto de los 21 equipos que disputan la competición junto a los almerienses. Una frase que está haciendo «daño». Así lo manifiestan los profesionales del club. Un cartel, el de máximo favorito al ascenso, que dejó este curso, tras el descenso de la Liga BBVA el pasado, como si fuese una plácida carrera ciclista por el llano y con un ganador claro. Pero no. Todo se está convirtiendo en justo lo contrario. A la décima jornada, cubierto prácticamente un cuarto del ejercicio, la UDA está colista. Es decir, como dijo hace un par de semanas el presidente (Alfonso García), siendo «el peor equipo».

Publicidad

Sí al mejor plantel y no al mejor equipo. Una búsqueda, la de que las dos cosas se junten en el lado positivo, que se está desarrollando, con el tercer técnico ya al frente de la sala de máquinas, sin haber encontrado el premio buscado. Siete jornadas consecutivas sin lograr puntuar. Desde que en la tercera cita lograran vencer a Osasuna (actual líder de la competición), no han logrado sumar de tres en tres. Tan solo dos puntos de los 21 disputados. Una racha que ha condenado al actual equipo de Joan Carrillo (debutó el domingo en Mallorca) a la última posición de la tabla.

Pese a estos datos, no hay entrenador o jugador rival que se mida al Almería que no tenga, todavía, la coletilla de «mejor plantilla» cuando se refieren al cuadro rojiblanco. Aunque Alfonso García, dueño de la entidad, insista en que no lo son porque «no lo hemos demostrado», los rivales siguen considerando que medirse a la UDA es hacerlo «al favorito para el ascenso». Incluso, como aseguró 'Chapi' Ferrer -entrenador del Mallorca-, «el Almería al final estará arriba y luchará por el ascenso a Primera».

Una escalada que deberá hacerla, o al menos intentarla, desde el puesto más bajo de la clasificación. Desde el último puesto. Cambiando lo que parecía una competición en llano y sin excesivos obstáculos a, como está ahora mismo la situación, una carrera completa de etapa de alta montaña. El máximo dirigente ya ha cambiado el discurso. Desea que todos tengan en mente que «el único objetivo ahora mismo es salvar la categoría». Lo dice para intentar poner los pies en la tierra a todos. Tanto a los propios como a los rivales. Que la escalada sea para salir de la zona de quema. No quiere pensar más allá. Su círculo más cercano apunta que «cualquier otra cosa es desviar la atención y que se siga pensando en algo que no es. Que nos ha perjudicado desde que se inició la temporada». También, a nivel de jugadores, «para que sepan claramente lo que nos jugamos. Ahora hay que pelear, si es que alguna vez no se pensó en hacerlo, y nada de ser muy superiores al contrario».

Una afirmación que también se quiere trasladar a la grada. «Que se olviden de que si hay mejor o peor plantilla. Que vayan al Estadio para sufrir y apoyar al equipo en los malos momentos. Solamente así llegaran los buenos que todos esperamos», declararon ayer a IDEAL fuentes internas de la entidad.

Publicidad

Colista de la Liga Adelante

Como también ocurrió en una campaña de excelente recuerdo en la UDA. Decía Alfonso García tras perder en Mallorca que no recordaba al primer equipo como colista de la Segunda División. Pues la hemeroteca está y dice que lo fue en la campaña que Unai Emery era entrenador del conjunto almeriense y que, al final de la campaña, lograron el ascenso a la máxima categoría.

Ahí también fue una escalada para dejar atrás el peligro que sobrevoló en el Estadio de los Juegos Mediterráneos y se terminó tocando la gloria de ascender a la Primera División. Un hito que no se lograba en Almería desde hacía 26 años.

Publicidad

Aunque algunos puedan decir que el actual técnico del Sevilla lo logró desde la tercera jornada (cuando no había sumado ni un punto), también es cierto que el plantel no se encontró hasta mediados la primera vuelta. Antes, después de las tres derrotas seguidas en las jornadas iniciales, el preparador vasco, bien aconsejado, determinó que debía cambiar el esquema. No ser tan ofensivo como así lo quería en el comienzo del ejercicio. Dejó de jugar con el 1-4-3-3 y reforzó el centro del campo. También le valió el cambiar sus ideas iniciales en cuanto a jugadores. Los Albert Crusat y Míchel tomaron el mando de las operaciones y fueron claves. Algo similar a lo que pretende hacer ahora Joan Carrillo. No le salió bien, en cuanto a resultado, su primera medida en Mallorca. Reforzó el centro del campo para que la línea defensiva no sufriera tanto. Lo logró hasta el gol de Brandon en el minuto 81. En ataque, agua. Como ya preveían los propios jugadores en la preparación del encuentro y asimilaron. «Les hemos dejado sin poder salir mucho al ataque. Era lo que necesitábamos en este momento», manifestó el técnico catalán.

Pese a la derrota, los propios pupilos parece que aceptaron de buen grado las nuevas ideas de Carrillo. Podría parecer que deseaban hacerle la 'pelota' al nuevo jefe para tener más opciones de estar en el equipo en partidos sucesivos. Craso error. Al menos, este plantel ha ido diciendo lo que ha estimado oportuno desde que comenzó la temporada. Asumiendo como propios los errores individuales que costaron el puesto a Sergi Barjuan y que no permitieron (si es que alguna vez pudo haberla) que el presidente depositara su confianza en Miguel Rivera para llevar los destinos del primer equipo. De haber dicho que el equipo lo ha intentado todo sin salirle nada hasta la fecha.

Publicidad

Como tampoco les salió en Mallorca. El fallo puntual costó, como viene siendo habitual en las tres últimas campañas, puntos para que no suban en el haber de la UDA. Pero que sí permitió que creyeran que este camino es el correcto para salir de la zona más baja de la clasificación. Como en 2006, caer a lo más bajo fue un punto de inflexión para cambiar radicalmente. En ese momento fue en la tercera jornada. Ahora ya han pasado 10. Nadie quiere hablar de ascenso. Parece, desde ahora, una palabra tabú en la UDA. Solamente quieren pensar en salir de la quema.

El domingo ante el Real Valladolid, que como el Mallorca ha salido este fin de semana de la zona baja, nueva prueba de fuego. Quizás la más importante de lo que se lleva. Para no darle vida a otro rival y tener vida propia. La que se ha ido perdiendo poco a poco.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad