Ud almería

El Almería se trae un punto y deja una mala imagen

El cuadro almeriense sólo disfrutó cuando marcó de penalti; luego el Girona se adueñó del partido

juanjo aguilera

Domingo, 11 de octubre 2015, 19:42

¡Un punto, un punto! Como el anuncio aquel del 'palo', el empate logrado en Montilivi se celebra como si fuese una victoria porque es ... el primero que se consigue lejos del Estadio de los Juegos Mediterráneos, pero lo cierto es que el partido disputado en tierras gerundenses deparó muchas cosas de las que aprender para no volver a hacerlas. El Almería no despegó en Montilivi tampoco, como no lo había hecho en los últimos partidos disputados que terminaron por costarle el puesto a Sergi. Y es que frente al Girona, a la UD Almería no le salió su propuesta de fútbol rápido nada más que al principio. Después se quedó anclado y el Girona se hizo dueño del partido hasta conseguir empatar, en el 8, por parte de Aday.

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Las tablas debieron dejar sobre el campo un partido más abierto, pero sólo se abrió el Almería, porque la separación entre líneas dejó espacios, acercó el centro del campo a la portería propia y dejó a los hombres de arriba muy desasistidos para ver casi 80 minutos cuesta arriba, si bien los cambios, con el intercambio de posiciones entre Eldin Hadzic y Antonio Puertas, dieron otro aire al partido, pero para no perder porque méritos para ganar no hizo. Exento de pegada y verticalidad, al Almería se le vieron escasas opciones para encontrar algo distinto frente a un Girona que se tropezó con un buen trabajo defensivo.

Dura poco la alegría

Miguel Rivera quiso trabajar con un equipo con más calidad a la hora de la creación y comenzar derribando muros. No hubo tiempo para que ninguno de los dos equipos tomara aposento en el terreno de juego cuando al Almería le salió una sonrisa 'de oreja a oreja' porque Quique González, que apareció de inicio, se hizo con un balón en las proximidades del área del Girona, entró y fue derribado por Richy. El penalti, transformado por el delantero pucelano, puso al Almería con ventaja para dar esa tranquilidad que casi nunca había tenido en partidos anteriores, salvo frente al Leganés.

Sin embargo, duró poco la alegría para los almerienses, porque apenas hubo tiempo para disfrutar de la ventaja, en la que se produjo una buena acción del Girona, no despejada por la UD Almería. El último rechace le cayó a Felipe Sanchón y de este a Aday. El lateral diestro, con gran maestría, la puso cruzada al fondo de las mallas.

El Almería acusó el golpe, aunque sin que llegara el 'k.o.', pero en el minuto 11, el Girona pudo hacer el segundo como consecuencia de una buena acción por banda izquierda con balón para Felipe Sanchón que recibió un pase de Álex Granell y el disparo al primer palo lo despejó a córner Casto, que volvía a la portería tras el 'impás' de la pasada semana en la que bajo palos estuvo Julián Cuesta.

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Defensa blanda

El acoso local no cesó nunca. La defensa blanda almeriense permitió que el Girona estuviese más cerca del gol. En el 16, una falta de José Ángel la botó Álex Granell al área y Kiko Olivas la estrelló en el larguero y posteriormente despejada a saque de esquina.

El Almería tenía el problema de las pérdidas, que eran muchas ante un rival más intenso que se había adueñado del centro del campo, aunque ese problema comenzó a equilibrarse en las cercanías a la media hora de juego. El Girona, aunque tenía el balón, no comprometía la tranquilidad de los unionistas, que tampoco ponían en peligro a Isaac Becerra, con mucho juego parado y sin apenas fútbol.

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Con el paso de los minutos, sí es cierto que el Almería comenzó a presionar la salida de balón del Girona que pasó por apuros y debió jugársela a sacar el balón sin control. De todas formas, sin aprovechar el robo porque el intento de ataque del Almería moría en la zona de ante los fallos en la entrega a los hombres de arriba, bien encimados por los defensores del equipo de Pablo Machín.

El Girona perdió la llegada en el último cuarto de hora, pero el Almería no lo aprovechó para crecerse. Eso sí, se quedó como el último en dar, cuando un saque en largo de Casto fue prolongado en el centro del campo, el balón le llegó a Quique González que se la puso a Chuli, pero el onubense erró en el remate que, flojo, llegó manso a las manos de Isaac Becerra.

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Desequilibrios

El inicio de la segunda parte quedó desequilibrado por aspectos que nunca tuvo el equipo almeriense. El Girona propuso empuje, intensidad y anticipación, suficientes para desequilibrar el partido. Así, en el minuto 48, Felipe Sanchón tuvo ocasión para batir a Casto que lo evitó con una gran intervención.

Comprometido por las pérdidas, el Almería careció de llegadas porque el espacio entre líneas era demasiado amplia. Aún así, hubo llegadas. Por una de ellas, en el minuto 63, el Almería pidió penalti por un centro cortado por Aday.

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El Girona tuvo una fase de dominio en la que el peligro lo creó en acciones a balón parado que no llegaron a concretar. Por eso, la entrada de Rubén Alcaraz y Borja García. El Almería, mientras, carecía de acciones de ataque. Miguel Rivera optó por dar entrada a Fernando Soriano y a Iván Sánchez por Antonio Puertas y Eldin Hadzic, sin acierto.

Conforme se aproximaba el final del partido, el Girona se acercaba más y más al área defendida por la UD Almería, aunque por fortuna fue sin ningún acierto, que obliga a pensar que los números del equipo gerundense no son casualidad y sí fruto de la causalidad.

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Los del Almería también es fruto de causa para un equipo carente de equilibrio, sin verticalidad y con algo común a los últimos partidos, su mala imagen.

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