La crónica

El Almería pudo pagar cara su desidia

El Almería impone su calidad para conseguir la victoria frente a un Leganés impreciso en defensa que nunca dio su brazo a torcer y que pudo sumar un punto

JUANJO AGUILERA

Domingo, 23 de agosto 2015, 23:31

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Aunque el refranero sea contrario y hable siempre de los principios, que no deben ser buenos, lo cierto es que lo que se sume ahora ... no hará falta hacerlo luego. El Almería entendió ayer la lección y demostró que el intento de ascender a Primera División debe nacer de la solvencia. De todas formas, esa solvencia debe aplicarse durante los 90 minutos que dura un partido.

El conjunto de Sergi Barjuan fue letal en la primera parte, pero la desidia, en la segunda, pudo costarle cara porque permitió al Leganés meterse en el partido. De todas formas, hasta llegar a ese instante, los rojiblancos fueron un equipo fuerte en defensa y terrible en ataque.

Los rojiblancos llevaron a cabo una gran primera parte, en la que en menos de media hora parecieron dejar sentenciado el partido, con dos goles conseguidos por Iago Díaz y uno de Quique González, que fue uno de los destacados del partido inaugural del campeonato. Pese a que pudo aumentar las diferencias, el Leganés estaba vivo. Los cambios efectuados por Asier Garitano y la actitud de los jugadores rojiblancos, en la segunda parte, quitaron mérito al triunfo debió ser más amplio porque el partido no gustó ni al propio técnico de Bergara, porque Candela y Guillermo metieron el miedo en el cuerpo a los de Sergi, que casi terminaron pidiendo la hora.

Con firmeza

El conjunto rojiblanco comenzó el partido algo impreciso en el pase, en gran medida por el viento, pero también por la presión ejercida por el Leganés, siempre muy adelantado, tratando de impedir la circulación de balón. Los dos equipos, con un esquema y unas ideas muy similares. Sin embargo, el trabajo de contención de los de Asier Garitano duró poco porque la imprecisión del conjunto pepinero se dejaba notar y mucho en la parcela defensiva. En el minuto 2, un balón en largo de Morcillo que parecía perdido lo peleó Chuli con Albizua, el onubense lo robó y, pese a caer derribado por Mantovani en la frontal del área, pudo prolongar el balón para que Iago Díaz, de fuerte disparo, inaugurara el marcador para aventurar un plácido reencuentro con la competición oficial. Era un motivo para confirmar el favoritismo que a los rojiblancos les han ido colgando semana tras semana, desde que comenzó a formar la plantilla para este el reto de ascender de nuevo a Primera División, tras el descenso de mayo.

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El gol hizo daño al conjunto madrileño, a la par que el Almería, con el ghanés Fatau como destructor en el centro del campo, situado por detrás de la creación, jugaba a esperar, pero siempre preparado para salir en velocidad y tratar de sorprender. No hubo que esperar mucho para que el equipo de Asier Garitano sufriera el segundo latigazo. El cronómetro marcaba el minuto 6 de partido. Chuli apareció de nuevo, esta vez por banda derecha, y acabó poniendo un centro que la defensa pepinera no atinó a despejar el despeje de Mantovani se fue hacia atrás y Quique González, en la boca de gol, puso el segundo del partido.

Con ese segundo tanto, el fútbol bajó de intensidad y el partido se mostró carente de llegadas. El Almería no lo necesitaba, ante un Leganés con superioridad en el centro del campo, pero sin capacidad de llegar al área defendida por el rojiblanco Casto Espinosa. Lo intentó el exrojiblanco Omar Ramos, en el minuto 20, después de una falta de Fran Vélez sobre Borja Lázaro, señalada a escasos centímetros de la frontal del área, pero el lanzamiento del canario se marchó muy por encima del larguero y, en el minuto 22, en un pase en profundidad del canario al que no llegó el propio Borja Lázaro. El balón se paseó sin remate final.

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Sentencia...

No tuvo más ocasiones el cuadro dirigido por Asier Garitano, porque la UD Almería recuperó el control del partido, aunque cedió el balón al Leganés, pero tapándose bien en defensa, donde no había fisuras ni concesión alguna. Cuando se cumplía el minuto 26, el conjunto almeriense dejó visto para sentencia el partido, aunque ya se sabe que en fútbol hasta el rabo todo es toro. Lo hizo como consecuencia de una buena acción de Sebastián Dubarbier superior en el partido de ayer, por la banda izquierda, que profundizó hasta situarse en las cercanías del área, pasó el balón a Chuli, este vio a Iago Díaz entrar por el flanco derecho y le puso un pase preciso que el barcelonés criado en Lugo, de sutil disparo que tocó en Mantovani y despistó a Serantes, puso el tercero en el marcador de un Estadio de los Juegos Mediterráneos, cuyos asistentes se frotaban los ojos, incrédulos por lo que estaban viendo sobre el césped.

A raíz del gol, el conjunto de Sergi Barjuan volvió a imponer la manera de jugar. Se jugó menos al fútbol, eso sí, ante un Leganés que seguía intentando meterse en el partido, aunque lo hacía tarde por esos tres goles encajados.

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El inicio de la segunda parte no fue diferente. Fue el Almería el que siguió marcando la forma de jugar. En los primeros diez minutos, tuvo dos nuevas ocasiones. En el 49, otra acción de Dubarbier por banda izquierda acabó con centro al segundo palo para que Iago Díaz la empalmara. Un bote del balón impidió que el extremo rojiblanco acertara con la portería.

El balón era rojiblanco y la velocidad aumentaba las posibilidades de ver goles. En el minuto 53, un balón recuperado en el centro del campo por Fatau que se la puso a Quique González, este la puso al espacio para Iago Díaz, que se quedó solo ante Serantes, pero pecó de generoso porque se la puso a Quique González al que le llegó el balón muy escorado.

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Paso atrás

Se jugaba menos. El conjunto rojiblanco no lo necesitaba y el Leganés, pese a buscar fórmula con la entrada de Miramón y de Guillermo, para ganar presencia arriba, se mostró carente de acierto en los metros finales. De todas formas, esa actitud de los pepineros metió a la UD Almería atrás, incapaz de volver a tener el balón. Pisó área, pero no encontró la portería. Lo cierto es que el equipo rojiblanco se dejó ir y el Leganés se metió en el partido. En el minuto 88, otra vez a balón parado, Candela, que había entrado de recambio, aprovechó una falta a 25 metros de la meta de Casto para hacer el primer gol de los pepineros.

Aún pudo hacer más, pero el propio Casto evitó, en el minuto 88, el segundo, después de una acción de Borja Lázaro que se la puso a Miramón y el disparo de este lo despejó el meta rojiblanco. El Leganés, sin embargo, no bajó su intensidad. Empecinado en irse con algo, empujó hasta que Guillermo, en el minuto 92, puso el segundo y consiguió que los aficionados rojiblancos, que se las prometían felices, respiraran con alivio por edia hora de desidia.

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