El Mirandés, la plantilla más joven, recibe al Almería con un fútbol atrevido

Así las cosas, el Mirandés puede mostrar ante el Almería sus grandes cualidades futbolísticas. Ambos son los equipos más jóvenes de Segunda y son capaces, como ya demostraron en el duelo de la primera vuelta, de ofrecer un buen espectáculo.

La clave del buen hacer del Mirandés está, precisamente, en la juventud de su plantilla (24 años de media, la misma que la UDA) y la ausencia de estrés añadido. Con un ambiente de vestuario envidiable, pese a existir un once tipo que obliga a muchos de sus componentes a esperar con paciencia en el banquillo o en la grada, lo cierto es que la unión es destacada por todos los medios de comunicación de Miranda como una de las claves del buen campeonato que están cursando.

Claro que esa virtud que es la juventud del equipo también es un hándicap en según qué momento, por la falta de experiencia en una competición que sanciona muy duramente este detalle en situaciones de máximo estrés. Ese es uno de los aspectos que más trabaja su técnico, José Alberto López.

El dibujo más utilizado por el joven entrenador (38 años) es el clásico 1-4-2-3-1. Rigor defensivo combinado con libertad ofensiva suponen una tarjeta de presentación que, en cierto modo, también coincide con su próximo rival.

Un pivote más estático y otro con más libertad de movimientos permiten dar fluidez al juego sin descomponerse. Más aún cuando los costados son armas muy utilizadas por el Mirandés, lo que provoca que el equipo se abra mucho con el riesgo de dejar demasiados espacios al rival. Sin un goleador de altas prestaciones, suele buscar el ataque coral, con especial atención a la segunda línea como opción sería de golear la portería adversaria. De hecho, llega con muchos hombres no especialistas al área en busca del remate. Aún así, en el mercado invernal firmó al centro delantero tinerfeño, Cristo, que en cualquier caso únicamente ha podido aportar cuatro dianas.

Cuando llega la hora de defender el dibujo muta para poblar el centro del campo, recogiéndose los hombres de banda más hacia el centro, en una variante de 1-4-4-2. Mucha intensidad en el trabajo de destrucción, incomodando siempre la construcción de más talento de su rival, como ya pudo comprobar la UD Almería en el Estadio de los Juegos Mediterráneos.

El Mirandés presiona casi sin cansancio y asfixia a sus rivales en la zona ancha. A partir de ahí, los ataques en oleadas, con la línea medular dando un paso en firme en busca de la portería rival, hace difícil defenderlo ya que entra del mismo modo por ambas bandas, así como por el centro utilizando certeras combinaciones.

Como ocurriera el pasado año, el CD Mirandés se ha convertido en un animador de la Liga. Buen fútbol, buenos resultados, aspiraciones crecientes, aunque aún lejos de hacer realidad el sueño del ascenso y, sin duda, firmeza en su guion de partido, hacen de este equipo un rival extremadamente complicado de superar. Más aún en Anduva.