La UDA cayó ante el Rayo Vallecano en la última derrota como local de los almerienses. AGENCIA LOF

¿Lo mejor está por llegar?

El calendario, cruel y caprichoso, apunta con bala de plata a los rojiblancos que tendrán que lidiar contra dos equipos que se juegan la temporada

Javier Gómez Granados

Jueves, 20 de mayo 2021, 23:19

Los optimistas compulsivos y los que lo son sólo por postureo, siempre tiran de aquello tan manido de que «lo mejor está por llegar». Si ... tenemos en cuenta que optimistas, de ambos tipos, los hay en Gerona, Leganés, Vallecas y Gijón, todos ellos quedarán unidos por el refranero español y el saber popular. Total, que sí o sí, los que ven el futuro en colores de una de las cinco localidades, caerán irremediablemente en el lado oscuro en los próximos días. El dilema es saber quién.

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Los catalanes de Gerona están demostrando que, para ellos sí, lo mejor está por llegar, porque han vivido en la mediocridad durante toda la temporada y han alcanzado la excelencia en el tramo decisivo de la competición. Los madrileños de Leganés, sin tanto brillo, también van a más, aunque con paso más corto, en el momento clave. Los asturianos de Gijón y los otros madrileños de Vallecas, con picos de sierra, subiendo y bajando durante todo el año, han encontrado cierto repunte, leve pero real, en las fechas señaladas.

Sin embargo, la UD Almería, en clara regresión desde la excelencia hasta la vulgaridad actual, parece haber vivido sus mejores episodios esta temporada, con José Gomes, durante la primera vuelta. Lo mejor, para la UDA, era el ascenso directo y este ya se esfumó. Lo mejor no es, porque así lo interiorizaron desde el mes de agosto, jugar los playoff, que se consideran un mal menor. Y claro, si para los rojiblancos jugar las eliminatorias (aunque el premio sea el deseado ascenso) es una especie de maldición o castigo, incluso una injusticia después de sufrir la sinrazón del VAR, el estado anímico para encararlos es exactamente el contrario al de sus cuatro rivales. Es más, sufriendo por tener que jugarlos, la UDA se puede quedar sin ellos. El calendario, cruel y caprichoso, apunta con bala de plata a los rojiblancos que tendrán que lidiar contra dos equipos que se juegan la temporada. El Logroñés, motivado por ganar al 'Fuenla' y con la salvación a tiro de piedra en el estadio 'Mediterráneo'. Y el Sporting, rival directo que pasó del liderato a vivir a la sombra de Espanyol, Mallorca y Almería y que puede servirse una particular venganza en la última jornada.

Para Rayo, Sporting, Gerona y Leganés lo mejor está, sin duda, por llegar. Así lo sienten y así lo transmiten, entre otras cosas porque jamás tuvieron opciones reales de ascenso directo. Viven con ilusión la llegada de los playoff. Para el Almería, lo mejor ya pasó, al menos eso parece indicar su apagón colectivo y mira a la disputa de los playoff con angustia. Definitivamente, y a pesar de lo que dicte la clasificación a estas horas, los rojiblancos son los que más apuros tienen, principalmente porque han dejado de creer en ellos mismos. Transmiten tal inseguridad, nerviosismo y desilusión que han contagiado a la mayor parte de la afición almeriense entre la que hay que rebuscar mucho para encontrar algún optimista convencido.

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Pero el mayor de los problemas no es la caída a plomo de la UDA. La gran complicación es que no se observan signos que permitan ilusionarnos con alcanzar los playoff, disputarlos con garantías e, incluso, tener serias opciones de ascenso. Sí que han existido ocasiones de gol muy claras que podrían entenderse como brotes verdes. Pero es más cierto que fueron erradas de forma incomprensible por futbolistas de alto nivel en un mensaje definitivo de desconfianza, inseguridad y temor.

En talento futbolístico seguramente el Almería es el mejor de los cinco aspirantes. Lo ha demostrado de forma indiscutible a lo largo de la temporada. Pero el talento sin mentalidad sólo sirve para exhibiciones sin presión. La cabeza, la de cada uno de los futbolistas, será la que de salida a ese saber o la que le ponga todas las trabas del mundo. Las mentes rojiblancas andan bloqueadas, desilusionadas, temerosas y así, el talento no encuentra vías de escape. Sin ser pesimista, que no lo soy, me gustaría ser optimista, que tampoco. Porque me da a mí que el único camino que le queda a la UDA para ascender es el del sufrimiento, el del sacrificio sin fisuras, el de aguantar la presión y el de olvidarse de la clase individual para unirse de forma sólida como grupo. No es tiempo de pensar en que lo mejor está por llegar sino de centrarse exclusivamente en qué se puede hacer hoy, cada uno y todos juntos. Sólo hoy.

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