Líbreme de las aguas mansas, que de las bravas me libro yo

Rubi ya dejó bien claro en su intervención del pasado sábado, que hay que ir con cautela. El de Vilassar de Mar, que ha dicho en las previas de las últimas jornadas que «van a pasar cosas», no quiere que su equipo sea el protagonista en la cita de esta noche a la que los rojiblancos llegan dispuestos a mantener la segunda posición, sí o sí, sin mirar si el daño, como queda dicho, afecta más o menos a un equipo al que dirigió y que no se le ha dado bien, históricamente, como ya explicó en la previa. Siempre hay un antes y un después y lo mejor es que esa 'ceño fruncido' no aparezca como consecuencia de un 'ya te lo dije' antes.

El Almería necesita los puntos para que la segunda plaza al término de la jornada siga siendo suya, pero también para que los 'gurús' del fútbol vean que es cierto lo que no tiene mucho de verdad, eso de que a los rojiblancos les queda el mejor calendario de los que aspiran al ascenso directo. Ganar no es más fácil ahora que se toca al final –también la presión entra en juego sabiendo que sus rivales más directos han ganado– y la 'exposición de intereses' hace que los mansos, tiempo atrás, sean ahora los bravos, capaces de sorprender al más pintado. El Almería es cierto que llega a la cita bien posicionado como fruto de la imposición de la experiencia y/o practicidad, pero ha 'bordeado' las derrotas en las últimas fechas. Dijo Rubi que en el José Zorrilla el Valladolid fue mejor, pero también es cierto que no creó mucho más peligro. La UDAlmería, en esa cita, sacó 'ventaja' para, con el empate firmado por Rodrigo Ely, 'ganar' el duelo para depender de sí mismo en este camino que tiene solo seis jornadas más.

Hoy es el partido. La filosofía impuesta hace años por el 'Cholo' Simeone casa con la otra, la del añorado Luis Aragonés. Dos atléticos que se unen en muchas cosas. El argentino porque no hay que pensar más allá de la fecha más próxima en el horizonte, el de Hortaleza porque las prisas, si es que las hay, desaparecen con aquello de «ganar y ganar y ganar y volver a ganar». Es un verbo que bien sabe conjugar el conjunto rojiblanco, aunque en los últimos tiempos ha balbuceado un poco. Aún así, la calidad y las ganas por estar arriba deben volverse aliados en un equipo que, encima, recupera efectivos y en el que todos quieren estar. Chumi, por ejemplo, no estará pero ya dijo Rubi que el central rojiblanco es un ejemplo. El gallego seguramente entre la semana próxima o en dos semanas en la convocatoria. Dyego Sousa ya es un hecho que vuelve, tras no haber estado en la lista desde el partido frente al Girona.

El jugador con pasaporte portugués no entrará, casi seguro, de inicio, aunque todo puede pasar. Quien sí estará, seguramente, será César de la Hoz, que el pasado sábado en Pucela solo apareció en el último minuto porque Iñigo Eguaras ocupó plaza en el centro del campo y vio la quinta amarilla –la segunda con la UDA, tras tres con el Real Zaragoza– y quita un 'quebradero' de cabeza si es que existía porque el rol de cántabro da la sensación que no hay ningún jugador en los rojiblancos capaz de cumplirlo tal y como él lo hace.

Estará para poner orden, por delante de Fernando, fijo bajo palos, y una defensa que podría ser la misma que jugó de inicio en el José Zorrilla ante el Real Valladolid, formada por Alejandro Pozo y Sergio Akieme, en los costados, con Rodrigo Ely y Srdjan Babic, en el centro de la zaga. También es cierto que los minutos de Álex Centelles en los dos últimos partidos, ante la Ponferradina, donde jugó de inicio, y ante el Real Valladolid, donde actuó en la segunda parte, ha vuelto a coger el nivel.

De ahí en adelante podrían 'pasar cosas', como en la Liga, donde por cierto no hubo sorpresas ni con Eibar ni con Valladolid –los dos ganaron– y el rendimiento de Samú Costa en Pucela puede posibilitar acompañante nuevo para De la Hoz, que bien pudiera ser Lucas Robertone, lo que provocaría que Arnau Puigmal apareciera en el enganche para filtrar. Así, las bandas serían para Francisco Portillo y Largie Ramazani, buenos socios para el dueño de la punta rojiblanca, el pichichi Sadiq Umar.

La derrota sufrida por el Sporting el pasado fin de semana puede que haya dejado más secuelas por el 'ambiente' que por el partido en sí. El Sporting sí es verdad que ha visto truncada su fisonomía por las consecuencias de la tángana ocurrida al final del partido. Por eso, Martí, el técnico del conjunto astur, no podrá disponer de Christian Rivera y Berto, además de Jony Rodríguez tampoco podría jugar de estar recuperado.

Lo cierto es que el conjunto astur está metido en problemas, con Real Sociedad B y Amorebieta a siete puntos si no lograra sumar en el Estadio de los Juegos Mediterráneos. Todo fruto de una racha que habla de solo una victoria en los últimos nueve partidos, con cinco derrotas y tres empates, que 'golpean' el recuerdo de la necesidad del Sporting, obligado a cerrar debates con una victoria de 'pedigree'.

Un equipo que fuera de casa solo ha conseguido tres triunfos en 18 encuentros, con seis de esos partidos sin haber conseguido hacer gol en puerta rival.