El Leganés recibe al Almería en su mejor momento

La mala racha que sufrían los pepineros cuando se disponían a recibir a la UD Almería según el calendario regular, está ya ampliamente superada con la destitución del técnico Pep Martí y la vuelta de Asier Garitano. Este Leganés ha cogido velocidad de crucero y mira de frente a Primera.

Garitano, quizás con menos vistosidad, ha dotado el juego de los madrileños de mayor rigor táctico y una clara vocación de juego por las bandas, sin duda, la principal seña de identidad del equipo junto con el trabajo defensivo, otra función en la que el orden táctico de Garitano se deja ver constantemente. Los pepineros, más allá de los resultados, no suelen tener altibajos muy pronunciados y pocas veces han comenzado un partido por debajo del cien por cien de concentración.

Uno de los mayores peligros que plantean a sus rivales son las rápidas transiciones después del robo de balón que, por su trabajo de presión continua, se produce con cierta asiduidad. La presión la hace todo el equipo, apretando la defensa con un paso al frente, permitiendo que los delanteros presionen sin quedar aislados del resto del grupo. Será, sin duda, una de las más exigentes pruebas de fuego para el juego combinativo desde atrás que propone la UD Almería.

Eso sí, el nivel de exigencia física para llevar a cabo ese trabajo de asfixia al rival, suele pasar factura en los tramos finales de muchos partidos, al llegar ciertamente cansados los jugadores pepineros.

Más allá de la intensidad en el juego presionante y de la idea del ataque con bandas bien abiertas, como principal vía de entrada en el portal rival, los esquemas utilizados por Garitano son muy clásicos. El dibujo 1 4-2-3-1 es el que más utiliza en Butarque, donde el doble pivote acompaña en labores defensivas una vez que los laterales se lanzan al ataque, cosa que ocurre con mucha frecuencia en cada duelo. Lejos de su estadio siguen la misma idea de juego, aunque algo más reforzada en defensa con un tercer central que alivie las constantes subidas y bajadas de algún pivote, al tiempo que las bandas juegan con más profundidad, permitiendo, en el momento del repliegue, mayor concentración de efectivos en tareas defensivas.

Con Garitano se ven algunos cambios importantes respecto de la etapa de Martí. Mayor presión en el campo rival, transiciones más rápidas, intensidad en la zona ancha para recuperar el balón lo más lejos posible de la portería propia y, quizás motivado por todo lo anterior, mayor puntería de cara a gol.

A pesar del rigor referido, lo cierto es que la propuesta futbolística del Leganés es agradable para el espectador, con mucho atrevimiento en sus hombres de ataque y mucha movilidad del balón con fluidez y en ocasiones detalles de alta escuela. Con esa forma de jugar, armados de paciencia, desarbolan defensas con relativa frecuencia. Pero como medida de emergencia siempre tienen el juego de estrategia a balón parado muy trabajado cada semana, faceta en la que tienen hombres de sobrada calidad tanto para el centro como para el remate.

El Leganés espera el momento de dar el zarpazo en la clasificación y acercarse a los puestos de ascenso directo. Después de tres victorias consecutivas tras la llegada de Asier Garitano, frente al Almería quiere dar el golpe definitivo.