Los jugadores de la UD Almería lamentan el gol de Kubo. Agencia LOF
UD Almería-Minuto 91

Txirimiri

El caso es que la UDA apenas ni se mojó pese a perder tres puntos. Pero como nadie contaba con ellos y las rotaciones de Rubi apuntaban claramente al Valladolid, pues todo correcto

Javier Gómez Granados

Almería

Martes, 23 de mayo 2023, 23:40

Sabíamos que iba a llover para el Almería esta jornada. De hecho, esperábamos que jarreara porque los precedentes, en campos de similar nivel que Anoeta, ... fueron un sinvivir en el que pasar del centro del campo parecía una aventura interestelar. Más aún cuando la Real, que echó una pachanga en una sola portería en su visita al 'Power', se jugaba certificar su cuarta posición y su entrada en la 'Champions' por la puerta grande.

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Total, que todo pintaba que las lluvias del lunes iban a ser una broma para lo que se venía encima. Y resulta que sí, efectivamente llovió, pero fue un leve txirimiri o sirimiri, en castellano. El primer lanzamiento a puerta, recién comenzado el partido, fue otro detalle de calidad de Lázaro que supuso una declaración de intenciones y un plus no visto en las visitas a los grandes estadios de la liga.

El caso es que la UDA apenas ni se mojó pese a perder tres puntos. Pero como nadie contaba con ellos y las rotaciones de Rubi apuntaban claramente al Valladolid, pues todo correcto. El partido no hizo daño mental a los rojiblancos. Incluso les reforzó de cara a los dos momentos angustiosos que esperan ya mismo. El hecho de tener una última opción de empatar en una falta lateral en el tiempo añadido, después de jugar más de una hora con uno menos, fue un regalo para la autoestima almeriense.

Eso sí, el daño emocional que no existió sí que se multiplicó en cuanto a las prestaciones para las dos finales ante Valladolid y Espanyol. Perder a Luis Suárez fue, literalmente, una puñalada con la que tendrá que jugar, clavada en el costado, la UDA. Sin El Bilal, sin Baptistao y sin Suárez, el horizonte calmado que veíamos se torna en tormentoso. Pero es lo que hay y no existe ni un solo segundo para lamentarse. O sí. Porque la expulsión del colombiano a mí me pareció excesiva porque, entiendo, el balón estaba dividido y se llevó la patada el que llegó antes al balón que, por cierto, pudo ser Suárez. No sé. Será que no soy objetivo, aunque me crea lo contrario, pero entiendo que la jugadita fue más bien una jugarreta para el futuro de los nuestros.

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