En la rueda de prensa de ayer en el 'Power' sobraron las palabras. En esta liga nadie quiere ser el primero en perder contra la ... UDA y eso, mira por dónde, está perjudicando más aún a los rojiblancos que ve como enfrente nadie baja los brazos por muy colista que sean los almerienses. Porque el primero que no sume ante la UDA sufrirá bromas y chascarrillos durante días. Por eso, en la sala de prensa compareció Javier Aguirre, técnico del Mallorca, relajadísimo y simpático como nunca, repartiendo cariño a periodistas propios y extraños. Su equipo jugó mejor pero pudo perder por aquello de que esto es fútbol y el alivio final lo reflejó el carismático mejicano sin disimulo. No hacía falta que respondiera a preguntas. Su sonrisa abierta, su rostro relajado, sus manos jugueteando sobre la mesa con el micrófono, su exquisita atención con los medios locales y sus bromas recurrentes fueron más elocuentes que sus palabras.
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Lo mismo, pero en el polo negativo, ocurrió con Garitano. Su cara estresada, su sonrisa ausente, sus brazos bajo la mesa junto al cuerpo tenso. No estaba a gusto y sus palabras, que fueron contundentes, no reflejaban ni la mitad de lo que decía su lenguaje corporal.
Total, que ahora que está naciendo la inteligencia artificial casi que sería un ejercicio curioso que los técnicos se dejaran ver, sin hablar, y la I.A. hiciera el resto. Porque Gaizka se mordió la lengua en varias ocasiones y aun así dijo abiertamente que la UDA tiene demasiadas carencias para competir en Primera División. ¡Lo que estará pasando por su cabeza!
Al final todos los caminos conducen a la mala, malísima planificación de quienes ven el fútbol profesional como si del Monopoly se tratara. No es un juego, no. Y por eso los rivales, todos ellos, juegan con la UDA y con todos nosotros.
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