El júbilo rojiblanco contrasta con la desazón valencianista. Carlos Barba/A. Lof
UD Almería

Puntos, golaveraje y vendetta

Minuto 91 ·

Los rojiblancos, aún preocupados pero con mucho alivio y algo parecido a una sonrisa

Javier Gómez Granados

Almería

Lunes, 10 de abril 2023, 20:28

Tres cosas pedíamos para este partido y tres cosas, muy importantes para el futuro inmediato del equipo y del club, se consiguieron. Sumar tres puntos ... después de tanto tiempo. Ganar el golaveraje a un rival directo. Y, finalmente, ver como esta vez fueron los valencianistas los que se desplomaban al final del partido sobre el césped. Ciertamente no podemos decir que se consumara una vendetta pero, en cierto modo, la imagen de aquel descenso al que nos condenó en 2015 el Valencia, en este mismo estadio, ha quedado suavizada, matizada, dulcificada.

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Pero hay más. Bonus extra, que dirían los 'gamers'. El estado de ánimo también jugó durante todo el partido para desequilibrar la balanza hacia una u otra portería. Y el estado de ánimo fue, también, un premio añadido al finalizar el drama. Los rojiblancos, aún preocupados pero con mucho alivio y algo parecido a una sonrisa en sus labios. Los 'che', preocupadísimos y con la mirada pérdida. Ese estado anímico colectivo va a condicionar los próximos partidos de ambos equipos y ese fue, tal vez, el principal éxito de la UDA. Los de Valencia tienen tanto miedo a no sobreponerse de cualquier tropiezo que siempre llega en cualquier partido, que la losa que ellos mismos se echan a la espalda puede terminar de partirlos. Los de Almería, marcando una suave pero esperanzadora línea ascendente en sus resultados y en su puesta en escena, tienen menos peso que arrastrar, menos miedos aunque, tampoco nos pongamos espléndidos, sí que les pesa la inseguridad y la incertidumbre. Pero no más que al resto de rivales por el descenso que, a estas alturas, son unos cuantos.

Hoy toca descansar la mente porque el insoportable estrés viajó en autobús a Valencia. En él viajaba Miguel Ángel Corona, sufridor de ida y vuelta que ayer sólo acertó a un tímido saludo a sus viejos conocidos condicionado por un ambiente siempre denso y a veces irrespirable en el entorno valencianista. Es tiempo de tomar aire. Un aire que, por cierto, no hay para todos.

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