Arnau Puigmal da el 'visto bueno' antes del entrenamiento del jueves. UDA
UD Almería

No nos dejes caer en la tentación

Me parece que Rubi actúa con inteligencia en sus ruedas de prensa contradictorias con la imagen del equipo, porque evita echar gasolina al fuego y con ello calma las almas turbadas

Javier Gomez Granados

Almería

Viernes, 21 de abril 2023, 00:45

Convencidos como estábamos de que jamás volveríamos a ser de Segunda, de que Europa estaba a la vuelta de la esquina, de que grandes jugadores ... sudarían el Indalo en su pecho que, consumidas y consumadas tres cuartas partes de la competición, el bajonazo colectivo está siendo de los que dejan huella. Y es que nada es como esperábamos. Después de ver cómo se las gastaba Turki y de cómo lo gastaba, teníamos razones suficientes para pensar que la UDA rebosaría calidad y haría mucho, pero que mucho ruido, en los grandes estadios de 'LaLiga'. A un cuarto del final, con los medios nacionales apostando fuerte por el descenso de la UDA, aunque son otros tres los que ocupan la zona chunga estos días, los seguidores rojiblancos hemos asumido que somos los de siempre y que, fuera de la Vega de Acá, nos ven como siempre. Como algo pequeñito. Pero es que la UDA, con partidos como el del Metropolitano, Camp Nou o San Mamés, transmitiendo complejos al rival y a todo el que mirara por la televisión, ha dejado a la vista sus limitaciones, sus debilidades y su condición de juguete roto para disfrute de los grandes de la liga.

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Este nuevo estatus para nosotros mismos, que no para el resto de España, nos puede llevar a la tentación de atizar con fuerza a una plantilla que, con ganas y esfuerzo, llega hasta donde llega. A saber, hasta donde está. Ganas de sacudir a todos los laterales del equipo menos a Akieme. A casi todos los centrales. A muchos del centro del campo. A bastantes fichajes, especialmente a los que no están ni se les conoce pese al pastón que costaron. Al que diseño el plantel. Al que lo dirige. Al de la tienda de camisetas. Al del marcador. Al jardinero. A todo el que se mueva con una acreditación por el 'Power'. Vamos, que el pecado capital de la ira nos ronda por la cabeza buscando en quien descargarla con fuerza, sin medir, como analgésico inmediato pero no duradero a nuestra frustración.

Y he aquí que es donde aparece el carácter almeriense para, con el inteligente discurso distópico de Rubi, evitar que caigamos en la tentación. Digo lo de distópico porque suena chulo y actual pero, vamos, que lo que quiero decir es que dice una cosa distinta a la que vemos pero que, en todo caso, calma las ganas de atizar. Porque si él, que se juega el puesto, afirma ver brotes verdes (digo que afirma, no que los vea) habrá que aguantar las ganas de atizar, como Valverde hizo con Baena sobre el campo, para no caer en la tentación de hacer lo que sí hizo fuera del mismo.

Total, a lo que iba. Me parece que Rubi actúa con inteligencia en sus ruedas de prensa contradictorias con la imagen del equipo, porque evita echar gasolina al fuego y con ello calma las almas turbadas de los almerienses que, con un discurso suave, nos sentamos a contemplar la vida. Sin complicaciones, oiga. Sin malos rollos. A gustico.

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No como en Valencia o en Barcelona, que ahí sí que atizan y azotan a los suyos. Ahí sí que tienen el ambiente raro, raro. Ahí si que pueden trocear el aire irrespirable con una faca de Albacete. Y eso, señoras y señores rojiblancos, es algo bueno. Que otros estén más encabronados es un detalle no menor. La apatía que nos cuelga a los almerienses, entendida y utilizada por Rubi, nos puede evitar caer en la tentación de la autodestrucción. Con que se autoinmolen dos más, junto al Elche, bueno será para el megaproyecto de nuestro amado líder. No caigamos en la tentación. Aunque cuesta, eh.

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