Nadie dijoque fuera fácil

Aunque hay que ser inevitablemente prudente a la hora de evaluar la lesión de Iván Martos, la previsión es que el defensa catalán se una a la lista de Juanjo Nieto y Chumi; es decir, echar la persiana a la temporada actual. Serían tres los jugadores que acaban precipitadamente la temporada, a quienes hay que sumar a Lucas Robertone y Dani Carriço, cuyo retorno no se espera hasta Semana Santa.

Como la receta necesita un poco más de picante, añadámosle un poquito de molestias en la espalda de Babic, una pizca de molestias musculares de Sousa y, por último, sazonar con una convocatoria de Sadiq con su selección. Al final nos sale un plato «rico, rico» para animar la lucha por el ascenso directo, pero «amargo, amargo» para el 'chef' Rubi.

Difícil solución tiene el problema surgido en estos últimos días, aunque quien únicamente tiene en sus manos encontrarle remedio es la dirección deportiva que debe apretar la maquinaria de forma inmediata. El asunto del central es lo único prioritario y debería resolverse esta misma semana porque, en caso contrario, el tiempo inexistente de adaptación del nuevo fichaje con el grupo se volatilizaría. Habrá que confiar.

Y precisamente confianza es la cualidad principal en las dos acciones que marcaron el desarrollo del partido del viernes. La confianza para lanzar un penalti de forma ortodoxa y el exceso de confianza para detener un balón que no llevaba peligro. Protagonistas, dos jugadores sólidos. A Fernando Martínez no se le puede lapidar por semejante 'pifia', aunque también es cierto que si hubiera sido Makaridze, el ruido popular hubiera sido colosal. Y a Dyego Sousa solo le debemos exigir una ejecución contundente de la suerte de los once metros. Dos jugadas clave, y dos acciones erráticas que marcaron el desarrollo del choque en La Romareda.

Luego hubo más fútbol, aunque casi todo vaciado en la primera parte, pero el infortunio parece ligado al Almería esta temporada. Aun con esas, el equipo sigue su ruta. Va alternando el 'sterrato' con el asfalto, pero eso no va a hacerles desviarse de su objetivo, ni a la afición doblegar su ilusión. ¿Nos gustaría que el transito fuese menos sinuoso? Indudablemente, pero al final se saboreará mejor.